Esta crítica ha sido leída 18343 veces [ La película ] - [ La novela ] - [ El autor ] por Iñaki Bahón
Solaris 2002
En principio éste parecía un material poco adecuado para el Hollywood al que estamos acostumbrados actualmente y, personalmente, estaba seguro de que la adaptación de Steven Soderbergh iba a olvidar el espíritu de la novela, dejando aparte los aspectos intelectuales y metafísicos de la historia para convertirla en algo así como un thriller espacial; algo tal vez más divertido, pero seguramente mucho menos interesante. Ojalá hubiera acertado. Nada parece indicar que esta nueva versión cinematográfica de Solaris sea una película "de encargo". A pesar de que se basa en una novela prestigiosa y bien conocida para los amantes del género de ciencia-ficci??ón, su fama entre el gran público no es suficiente como para que pueda asegurar una gran recaudación, ni su argumento parece, a priori, fácil de trasladar al cine. Por otra parte, el hecho de que su primera adaptación al cine (Andrei Tarkovsky-1972) sea considerada mayoritariamente "un ladrillo" tampoco ayuda a que el libro resulte un material especialmente apetecible para un estudio cinematográfico. Teniendo todo esto en cuenta, parece bastante probable que si esta revisitiación del clásico de Lem ha visto la luz ha sido por el empeño que Soderbergh ha puesto en la tarea. Basta con echar un vistazo a la ficha técnica de la película (y comprobar que su nombre aparece como responsable, además de la dirección, del guión, el montaje, y la fotografía, con el seudónimo de Peter Andrews), para hacerse una idea del nivel de implicación que el cineasta ha demostrado en la realización del filme. No sé si se ha dedicado a todas estas funciones para conseguir un producto totalmente personal, o si lo ha hecho para reducir costes de producción y facilitar así que se diera luz verde a la película (evidentemente, la presencia de George Clooney como protagonista y de James Cameron como productor también habrán ayudado), o por ambos motivos a la vez, pero parece evidente que el director de Traffic se tomó esta labor como una apuesta personal. Precisamente por todo esto me resulta tan incomprensible el resultado final obtenido. Si Steven Soderbergh ama tanto la obra de Sanislav Lem como para comprometerse hasta este punto con un proyecto tan poco comercial ¿cómo es posible que su guión aborde tan superficialmente la novela, descartando, casi por completo, lo auténticamente esencial de ésta? Al igual que la cámara, el guión de la película jamás se acerca a la superficie del planeta que da nombre al libro para mostrarnos esas asombrosas formaciones pl??ásticas que se producen en la superficie de Solaris, el cual, al fin y al cabo, es el auténtico protagonista de la función. Pero no voy a extenderme estableciendo paralelismos entre novela y película; en el comentario que escribí acerca de Las dos Torres ya dejé claro que no creo que una adaptación tenga por qué ser fiel al material en el que se basa. Siguiendo mi filosofía, y aunque reconozco que la película de Soderbergh no nos cuenta casi nada acerca de todo lo que hace interesante al libro, el hecho de que se trate de una película mediocre no se debe a sus infidelidades respecto a la novela. Los problemas del filme son otros. No sé si es un defecto mío, pero siempre tiendo a analizar las películas, principalmente, basándome en el guión. Por supuesto que tengo en cuenta otros factores, pero si la historia no está contada de forma adecuada y eficaz, es difícil que la película me guste. Y aquí es donde, desde mi punto de vista, más falla Solaris. A pesar de haber leído la novela antes de ver la película me resultó difícil entender la historia que se me estaba contando, por lo que supongo que aquellas personas que no conociesen previamente el libro tendrían serios problemas para entender algo. Da la impresión de que la película intentara ser elíptica, pero si una elipsis es un hueco que la mente del espectador puede "rellenar" basándose en la información previamente recibida, en Solaris el público está bastante indefenso. Apenas se sabe nada acerca de las razones que han llevado a los seres humanos a este planeta, ni queda claro qué ha pasado antes de la llegada de, ni se entiende bien la escasa extrañeza con la que la que los personajes reciben a esas inquietantes réplicas de sus difuntos seres queridos, o de dónde salen és??tas (de hecho, la vinculación de dichas criaturas con el planeta no se establece con claridad, dando la impresión de que los acontecimientos podrían suceder en cualquier otro lugar). Una película que no se entiende y que no avanza es, inevitablemente, una película aburrida, y aunque estoy seguro de que ésta es una lección que Soderbergh conoce perfectamente, el director se muestra más interesado en mostrarnos la relación entre Chris y Rheya que en darnos cualquier otra explicación que nos lleve a entender la historia (y por lo tanto a interesarnos sobre ella). A cambio de toda la información que hubiera sido interesante recibir, la película nos muestra diversas escenas de la vida de la pareja en la tierra, escenas en su mayoría totalmente vacías y gratuitas, que no aportan prácticamente nada para entender la narración, y cuya única misión parece ser la de hacer bulto Por otra parte, el tono resulta bastante presuntuoso. Ya se ha comentado que Solaris, la novela, trata de temas densos, pero están tratados de forma que la lectura del texto no resulta pesada: Lem demuestra una gran capacidad para hablar de asuntos profundos de forma sencilla. En cambio la película hace todo lo contrario: elude tratar cualquiera de los asuntos filosóficos que aparecían en la novela, para centrarse, básicamente, en la relación de George Clooney con su difunta esposa. Pero aunque la temática se simplifica, aunque no se está abordando ninguna cuestión realmente trascendente, el enfoque resulta demasiado pedante, como si el director estuviese intentando rodar su propio 2001. Diálogos fríos y sin contenido, escenas que se dilatan sin sentido, personajes que reaccionan de forma extraña (por no hablar de Snow, una presencia que acaba convirtiéndose en francamente insoportable), situaciones que no acaban de definirse, y una historia realmente aburrida (más que nada porque no parece que vaya a ningún sitio), son los elementos básicos de Solaris. Todo ello culminado por un desenlace que, lo confieso, fui incapaz de entender (ojalá alguien pueda aclarármelo). Uno no acaba de entender que la conjunción de tres figuras como Soderbergh, Clooney y Cameron (tres tipos a los que realmente admiro) haya producido tan pobre resultado. De hecho, después de aburrirme soberanamente con Solaris, sólo pude extraer algo positivo: el valor y el desparpajo que este trío ha demostrado al embarcarse en un proyecto tan suicida.
@2003 Iñaki Bahón para cYbErDaRk.NeT
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