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En alas de la canción: una rara obra maestra,
por Iván Fernández Balbuena (cebra)

   Thomas M. Disch es un escritor peculiar dentro del universo de la ciencia ficción. Nació en 1940 en el Medio Oeste estadounidense, una zona de referencias míticas para cualquier lector de Ray Bradbury o Orson Scott Card. Aunque en su caso más bien se parece a un muy personal infierno del que huyó en cuanto pudo a su adorada Nueva York pero al que vuelve una y otra vez, como una maldición, en la mayoría de sus novelas. De vida azarosa y producción literaria ecléctica (como podrá observar cualquiera que se lea su ficha en nuestra sección de biografías), él mismo se considera, sobre todo, un gran amante de la ciencia ficción, a pesar de lo cual ninguna de sus obras ha acabado de cuajar en el imaginario colectivo de los lectores, ni vender una gran cantidad de ejemplares, tanto aquí como en su país, por razones que más adelante aclararemos.

   Con semejante perspectiva cualquiera se animaba a publicar alguno de sus libros inéditos. Y he aquí que una de las nuevas editoriales del genero, Bibliópolis, se arriesga a semejante empresa, descolgándose con En alas de la canción (On wings of song 1979), cuyo único aval entre el lector hispano es el estar mencionada en la famosa y controvertida lista de David Pringle sobre las 100 mejores novelas de ciencia ficción.

   Leído el libro, sólo se me ocurre una palabra que expresar a Luis G. Prado, el esforzado traductor y editor: gracias. Gracias por permitirme gozar de uno de los libros mejor escritos, más imaginativos y de mayor sensibilidad a la vez que dureza de toda la moderna literatura de ciencia ficción. Digámoslo sin ambages. Pringle acertó y merece estar en esa hipotética lista de las 100 mejores novelas de nuestro género preferido. Reconozco que en parte sufro el furor del converso. La anterior obra de Disch, aunque me gustó, no despertó en mí la misma admiración que a la pequeña minoría de fans que siguen al norteamericano. Pero después de En alas de la canción me rindo incondicionalmente. Es uno de los grandes.

   La principal razón de ello es quizás también su mayor handicap y el que ha lastrado el resto de su obra. Disch posee un estilo literario realmente impecable, un gran dominio de la arquitectura narrativa y del ritmo, y una maravillosa habilidad para la construcción de personajes creíbles, ambiguos, incoherentes y, a la vez, fascinantes, reales como la vida misma. Es, me atrevo a decir, un autor al que nadie del mainstream actual o de su época supera. Y me estoy refiriendo a las primeras espadas de la literatura norteamericana de los últimos años, a gente como Updike, Roth, Pynchon, Carver, Auster y demás.

   Personalmente creo que, al igual que otros coetáneos suyos como Silverberg o Aldiss, se embarcó en la meritoria empresa de dignificar la literatura de ciencia ficción, de demostrar a lectores de ambos lados de la línea que merecía la pena leer un libro de género y que dicho libro podía alcanzar los mismos niveles que cualquier otra obra literaria. Y este empeño, por desgracia, le hizo quedarse a medio camino: ni llegó al corazón de los fans, más preocupados por novelas más sencillas, ni consiguió convencer a lectores de literatura "seria", siempre reacios a ciertos experimentos. No es raro que haya quedado como un autor apreciado principalmente por críticos y otros escritores, que no escatiman elogios sobre él y este libro concreto (entre los que se pueden encontrar, además de a Pringle, a Harlan Ellison y al prestigiosos crítico Harold Bloom).

   Pero lo mas increíble de En alas de la canción es que, a pesar de su innegable calidad y su aire de literatura académica, es pura ciencia ficción. Nos hallamos en un futuro cercano en el que algo salió mal, buena parte de Europa parece arrasada por las bombas, Estados Unidos es un país que vive en una continua crisis de subsistencia (las hambrunas y los cortes energéticos son habituales), muchas de sus ciudades han sido devastadas por rebeliones internas y la mayoría de los estados funcionan al margen del gobierno central. Este futuro está también plagado de nuevas costumbres (como los faunos, blancos que tiñen de negro su piel en homenaje a sus ídolos musicales de origen africano) y nuevas tecnologías, entre la que destaca el gran protagonista del libro, "el vuelo". Una máquina en la que, una vez conectados, ciertos humanos de especial sensibilidad (conocidos como hadas), si son capaces de entonar de una forma emocional una canción, transcienden su carne e inician una especie de viaje astral extracorpóreo lleno de visiones de sobrecogedora belleza. Su poder es tal que muchas hadas jamás regresan a sus cuerpos, quedando durante años en estado de coma.

   En semejante panorama se nos muestra la vida de Daniel Weinreb, protagonista absoluto del libro, criado en Iowa (ese Medio Oeste que parece obsesionar al autor), uno de los lugares más importantes de USA gracias a su carácter agrícola, en medio de un ambiente de decadencia, feudalización y, sobre todo, fanatismo religioso; el estado parece estar controlado por los sumisos, una secta imaginaria que encarna lo más odioso de la actual derecha religiosa norteamericana y que impone con mano férrea un duro estilo de vida en el que cualquier expresión artística, especialmente el "vuelo", está estrictamente prohibida.

   La vida de Daniel no es fácil. Su sensibilidad e inocencia le impiden adaptarse a semejante entorno. Su único sueño es huir de Iowa para probar una de las prohibidas máquinas de "vuelo". Mientras persigue sus sueños, Weinreb crece, sufre las decepciones y ansiedades de la adolescencia, pasa por la cárcel, se enamora y casa con la hija de un rico hacendado local (Boadicea), con la que huye a Nueva York (retratada sin concesiones, como una metrópoli inhumana pero de gran atractivo) en pos de su destino.

   Aunque parte de la novela recuerda a otros libros de Disch como 334 (la descripción de una ciudad en decadencia), Eco alrededor de sus huesos (la temática extracorporal), Campo de concentración (las escenas carcelarias) y Los genocidas (la descripción de la fría y fanática mentalidad religiosa de ciertos protagonistas), e, incluso, a otros autores (parte de la ambientación neoyorquina recuerda algo a ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! de Harry Harrison), hay que reconocer que con todos estos temas logra algo nuevo y diferente nunca antes realizado y pocas veces repetido: una novela fresca y adulta. Un libro que es realmente duro pero está lleno de humor, demostrando que se pueden escribir escenas de una ternura y patetismo extremos, que muchas veces bordean el ridículo, pero sin caer nunca en la sensiblería más odiosa (y estoy recordando, en concreto, la muerte de uno de los secundarios menos importantes de la trama, una escena que hará llorar a más de un lector).

   Y es que Disch es tremendamente listo y hace lo que todo buen escritor debe hacer: hablar de lo que conoce. Así, el libro puede verse como una velada autobiografía. Su adolescencia en el Medio Oeste, su paso por la cárcel, su huida hacia un despiadado pero a la vez deseado Nueva York,.... En concreto, las escenas que retratan la ópera de la ciudad de los rascacielos están tan logradas que sólo pueden haber sido escritas por alguien que conoce bien dicho ambiente.

   Pero En alas de la canción es mucho más: una metáfora sobre la propia carrera de escritor de Disch y su ambigua sexualidad; una novela realista y de costumbres; una historia de iniciación y rito de paso, de cómo un adolescente madura y se convierte en hombre con todo lo que ello conlleva; una maravillosa historia de amor y un buen ejemplo de una de las temáticas preferidas de la ciencia ficción, el relato de advertencia ("si esto continúa"), centrado en los males de los gobiernos despóticos de la derecha religiosa norteamericana (para entendernos Reagan y el actual Bush).

   Para terminar, unas pequeñas líneas sobre la edición, un tema aparentemente secundario pero de una importancia nada despreciable. Ya de principio el libro tiene un aspecto agradable, tanto visualmente (una ilustración conceptual preciosa, que resume a la perfección la historia y de la que el propio Disch ha afirmado que es la mejor que nunca ha decorado su novela) como al tacto. El manejo es de lo más cómodo, ni el papel es transparente, ni las hojas se te caen, ni las erratas son legión,... En fin, un libro que podría haber sido publicado perfectamente por cualquier editorial "grande" (Planeta, Mondadori, etc) y que dice mucho de la labor de Bibliópolis: desde la modestia también se puede llegar a la profesionalidad. Y lo último, pero no lo menos importante, una traducción impecable, a la altura de la cristalina prosa de Disch.

   Por todo ello, de verdad, corred a vuestra tienda más cercana y compraros el libro. Sinceramente, merece la pena y a más de uno le cambiará su manera de entender la ciencia ficción. Y, por qué no, la vida.

 

@ 2003 Iván Fernández Balbuena (cebra) para cYbErDaRk.NeT
Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor

2003-09-07 11:47   SARTIR
No se si iré corriendo a la Librería... pero has conseguido que el gusanillo empiece a incordiar...
AVE.
2003-04-26 12:12   Andolini
Felicidades Cebra, te ha quedado redonda. Helter skelter en todas las librerías de mi ciudad.
Una pregunta al viento ¿alguien estaba despierto el pasado sábado a las tres de la madrugada, escuchando un SORPRENDENTE programa de RNE 1 dedicado a la ciencia ficción, con "famosa y controvertida lista de David Pringle sobre las 100 mejores novelas de ciencia ficción", y narraciones incluídas? ¿Este programa es un fijo de la parrilla de RNE? ¿O una alucinación mía?
Saludos, Cebra, ¿Qué viene ahora?
2003-04-24 21:48   Knut
Está muy bien... el artículo y el libro. :)
2003-04-22 20:27   Des_frankenstein
Tengo muchisimas ganas de leer el libro y este artículo es como una tortura... aun dan más ganas

Muy bueno...
2003-04-21 15:24   Alaia
Delicioso artículo, tan bien tramado que me has convencido casi desde el principio. Tendré que irme corriendo para buscar el libro :D
2003-04-20 13:16   Starhawk
Felicidades, cebra. Escribes tan bien que es una gloria leerte y esos placeres todos sabemos que son bien escasos en los días que corren...
Que escribas muchos más artículos y que todos los leamos con salud y los disfrutemos tanto!!.
2003-04-19 18:29   LadyBlack
Resulta que ahora no voya poder dormir hasta k encuentre el susodicho librito... (también es que donde yo vivo los recursos son escasos).
2003-04-19 16:52   kaliffa
Bien por Cebra!!! Una vez leída la obra en cuestión, sólo puedo suscribir de buen grado su crítica. Acierto pleno al comparar al autor con genios del relato breve como Carver. Si sigues con recomendaciones como ésta no me quedará más alternativa que tener muy en cuenta tu opinión... Siempre!
2003-04-18 19:06   yarhel
Lo tenía casi decidido, pero ya no me demoro. El artículo muy bien. Tengo ganas de tener el libro en las manos.
2003-04-18 18:12   vorkosigan
Un articulo magnifico, un razonamiento impecable. Una vez mas es un gustazo leer las criticas de los libros de cebra ¿Para cuando la proxima?
2003-04-18 17:00   Eonia
Felicidades por la critica Cebra. No conocía a este auto, pero por como lo has explicado creo que tendré que ponerme las pilas y pillar cositas suyas... jejeje
No se si era tu intención o no (seguro que si), pero vamos, el libro fijo que me lo pillo... :) Saludos!!!