Ficción, la Fantasía
y el Terror que ha tenido un crecimiento más espectacular
y merecido en el último año, sin duda, lo que se impone
es relatar mi experiencia personal; dar mis puntos de vista acerca
del fenómeno en que Cyberdark.Net se ha estado convirtiendo
en este corto lapso de tiempo. Corría el mitificado año
de 2001, y este que suscribe descubrió eso llamado Internet...
Tal como suena. Un recién llegado, podríamos
decir. Sin caer en ninguna clase de exageración he de reconocer
que el descubrimiento me cambió la vida. Yo sigo siendo el
mismo, pero mi vida no. Acostumbrado desde años atrás
a colaborar en fanzines y mantener contacto con personas a las que
me unían los mismos intereses (cómics, literatura,
ciencia ficción...); resignado también al carteo tradicional,
a la proverbial lentitud del correo y sus agónicas consecuencias,
entrar en un mundo que ofrece tal posibilidad de comunicación
inmediata y de propagación de ideas e información
resultó poco menos que un shock. Con todo el Universo por
descubrir, me lancé de lleno a buscar páginas de viñetas,
de CIFI, de terror, de cine... una sorpresa tras otra... Al poco
tiempo, a través de un enlace, llegué a los dominios
de una página anaranjada y, a pesar del nombre, bastante
discreta. Parecía que otras webs tenían más
contenido, incluso (evidentemente, en aquellos momentos) más
fama entre el personal. De hecho, había encontrado antes
esas webs que la discreta web anaranjada. En ella existían
apenas unos testimoniales foros con muy poco tráfico, un
par de cositas más y varias vaguedades que no recuerdo. Pero
es hora de revelaros uno de los Dos Secretos; deciros por qué
aquella web me enganchó desde el principio. Aquella web me
enganchó porque en ella existía una pequeña
base de datos de libros de Ciencia Ficción y Fantasía
Épica (de Terror, Bolsilibros y Revistas todavía no
se había oído hablar) y, por si no lo sabéis,
yo soy un forofo de las listas, tengo (mal que me pese) alma de
bibliotecario. Así que la exploré, mil veces; busqué
libros que tenía y que no tenía, intenté encontrar
fallos -¡por supuesto! – y, finalmente, un poco acongojado
todavía por encontrarme en un medio que no era el mío
habitual, me atreví a sugerirle a un tal Cyberdark, webmaster,
que le faltaba este libro en la base de datos, o aquel otro... a
lo cual recibí como respuesta que sí, que sí...
que la base se estaba construyendo y... oye, por cierto... ya que
lo tienes, ¿por qué no me mandas los datos para meterlo?
Y así, de esta forma, PIQUÉ... (no, el ministro no).
Y después... ya fue todo una avalancha...
oye, por cierto... tienes un pequeño fallo en esa ficha...
¡ah!, gracias, por cierto... ¿qué te parece
esto que acabo de meter?... muy bien, pero, por cierto... ¿no
podrías poner nosequé cosa que hiciera más
bonito?... por cierto que sí... aunque, (por cierto...) ¿te
animas a escribir un comentario de tal libro para la web?... ¡huy!,
ya no lo tengo por tan cierto... pero lo puedo intentar, a ver...
Y así un día, y al otro... y poco a poco fue llegando
más gente. Se hizo justa y necesaria una base de libros de
Terror, fueron creciendo (y mejorando su aspecto) los foros, empezaron
a colgarse textos originales en la portada, se cambió ligeramente
su diseño – después de discusiones varias -,
se establecieron los grandes adelantos del changelog y el canal
de chat... y continuó la riada de cambios y añadiduras,
siempre para mejor: los enlaces directos con Pasadizo y el Sitio
de Ciencia Ficción, los puntos otorgados a los usuarios por
su participación, las entrevistas a autores, la creación
de grupos públicos y privados, y – en un gran paso
adelante que confirmaba la complejidad a la que se había
llegado – la delegación de ciertas tareas en las manos
de algunos colaboradores con diferentes “encargos”.
Y miles de pequeños detalles más que día sí
y día también pulían el aspecto y los contenidos
de la primitiva y un tanto sosa web.
¿Y ahora mismo? Ahora mismo, puedo jurarlo
con la mano sobre una espada ardiendo, aquella web anaranjada ha
cambiado tanto en menos de dos años, que no parece ni remotamente
la misma. El ritmo de mejoras y trabajo ha sido tan brutal y vertiginoso
que incluso se me hace difícil recordar bastantes de las
cosas que antes he esbozado apenas. ¡Me he olvidado ya de
tantas! No es fruto de la casualidad, ni aparece de la noche a la
mañana, un elemento tan indispensable, ni de tanto valor
intrínseco como Cyberdark.Net. Esa es la realidad. Si se
ha llegado hasta aquí, es gracias a la dedicación
y a la atención diaria de la web, a que se han ido haciendo
bien las cosas. Despacito, pero con buena letra, en una línea
de ascensión constante.
Y ahora, os revelo el segundo de los Dos Secretos.
Como ya dije, la primera vez que entré en la ya perdida web
butano, pude comprobar que había poquitas cosas, que otras
webs de las que venía rebotado tenían más carne
que trinchar. Como había encontrado la base de datos para
entretenerme, cada día la visita era obligada, de todas formas.
Y tras algunas visitas, muy pocas visitas, capté algo. Comprendí
algo de mucha importancia, que entonces me pareció claro
como el agua, cristalino, evidente... Y ese algo se llama POTENCIAL.
Aquel webmaster con el que empecé a escribirme casi cada
día, realmente se preocupaba por su web y, lo mejor de todo,
se preocupaba por la gente que entraba en su web. Aceptaba cualquier
sugerencia, respondía los mensajes de todo el mundo, de verdad
que se desvivía por mantener y aupar todo aquello. Y desde
el primer momento, antes de las oleadas de usuarios registrados,
antes de los récords de visitas y los colapsos, antes de
los zillones de páginas vistas, antes de la fama (¡je,
je, je!), antes del reconocimiento de que esto es “algo más”,
yo ví que aquel webmaster tenía la base, el potencial
y la capacidad para construir algo importante. Lo ví en un
yermo anaranjado y pelado sobre el que se edificó una ciudad
próspera y con mayor número de habitantes cada vez.
Y no es mérito mío haberlo visto; es que estuve en
el lugar apropiado y en el momento justo.
Me alegro de haber asistido con mis propios
ojos casi, casi desde las primeras noches en ese yermo naranja a
la historia de esa, esta, web. Me alegro de poder decir que he aportado
un grano de arena a los materiales de su construcción. Y,
llegados a este punto, solo me queda imaginar lo que puede llegar
a pasar en otros tres años. ¿Y sabéis qué?
Soy incapaz de imaginarlo... porque el motivo de que esto siga adelante
es el trabajo y la dedicación diaria, y en ello seguimos.
Gracias a esta web me he dado cuenta de que existen dos clases de
personas: las que quieren construir y las que quieren destruir,
así de sencillo.
Me alegra pensar que he conseguido introducirme
en el bando de los que queremos construir. Y que sea por mucho tiempo...
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