Cuando, tras mucho navegar, llegué a esta página y me sentí
como náufrago que llega a la isla paradisíaca. Por fin, una página
en mi idioma, donde podía entenderme a la perfección con la gente
y hablar de esos temas que me apasionan. Ja. Ilusa de mí.
Dejo un mensaje en el foro y me responden "nas,
nas" bienvenido, tío. Yo empecé a hacerme cábalas. ¿Qué es nasnas?
¿Tío de quién? ¿Somos parientes? Total, mujer, déjalo pasar,
ya sabrás de qué va el rollo. Tiempo después alguien comentó
que el chollo era un marrón, y yo me quede con la duda de si el
tal chollo era algún nick y si lo de marrón sería algo así como
cuando a alguien de izquierdas le dicen rojo. Pues bueno, ni hablar,
sigamos leyendo, a ver si me entero, porque el asunto tiene tela
marinera. ¿Y eso? ¿nos disfrazaremos e iremos a rayas?
Total, con el tiempo empecé a entender ese extraño lenguaje que se maneja
del "otro lado del charco" -¡Pa’charquito, compadre!- y comencé a comunicarme
mejor con mis colegas cyberdarkianos, algunos de los cuales estaban medio
tontos del culo seguro que lo estaban, que ni se enteraban donde estaba
la cabeza.
Pero es que estos españoles están majaras chiflados,
porque tienen una obsesión con la familia… Que todos son tíos, pero
quieren evitar que les vean la cara de primos. Y cuidado y te metas
con la parienta la esposa, hijo, porque te andan arriando
un tortazo no, no te pegan con una torta, te parten tu madre.
Y no hablemos del lenguaje de MSN, que me dejaba flipada sacada de onda.
Bastante problema me creaba ya entender los modismos correctamente (o eso
creo) escritos, para que encima me las tenga que ver con las k’s, q’s,
tb’s y demás barbaridades que me brincan a los ojos y hacen llorar.
Si Cervantes alzara la cabeza… seguro que se daba un buen golpe contra
la tapa del ataúd.
Lo
chistoso fue el principio, cuando la gente se enteraba que yo era
de México. Ya no digamos que soy mujer, porque con mi nick está
un poco complicado en chino, cañón, grueso adivinarlo. Y
he recibido todo tipo de mensajes donde me hablan con palabras popularizadas
hace décadas por Cantinflas, cuando ese lenguaje no necesariamente
es el que más se apega a mi realidad (¡Cuídese, manito!, ¿verdad
Whydah?). Cuando sí me quedé asombrada de a seis, fue el
día que recibí un correo de Cyber, donde al final me decía Chido.
¿Chido? ¡No digas chido, que se oye regacho! ¡Chale, que naco!
Y entonces comprendí que probablemente haya yo usado erradamente
los modismos más de una vez mientras foreaba. Espero no haberle
dicho alguna barbaridad a alguien, que por eso pongo mucho cuidado
con lo que escribo, no sea que haga alguna burrada la riegue,
meta la pata, haga el oso.
Porque si no se tiene cuidado con lo que se dice, y uno no está bien seguro,
surgen confusiones que pueden cabrear al personal ¡que se encaracolen,
emputezcan, se les suba el ph, la bilirrubina!; ¿El Personal? ¿Qué
no se llama así un grupo de rock tapatío? ¿O es que todos están en nómina?
y luego le echan a uno el pleito de que se ha pasao tres pueblos osea,
se pasó de azteca, de listo, de veras. Y no entienden que uno no quiero
agarrarlos de su burla de su puerquito, cargarles la mano, la canasta.
En fin, ¿Cuántas veces no habré confundido churras con merinas? La gimnasia
con la magnesia, mi buen. Y cuantas más no les pasaría lo mismo conmigo.
Creo que nunca le dije a nadie Maestro, que para la mayoría de los chilangos
y anexos es algo así como Tío (Sí, sí, les juro que ya lo entendí, o eso creo).
Como sea, que con el tiempo hemos ido acortando
la brecha, conociendo la cultura de "los otros" y comprendiendo
que, en el fondo pero muuuuy en el fondo, no somos tan diferentes.
Que podremos tener gustos culinarios diferentes, formas distintas
de ver la vida nocturna ya me veo yo haciendo la Visita de las
Siete Casas cada viernes entrando en una disco, tomando una copa
y una botana y saliendo en peregrinaje a la siguiente, y la siguiente…;
distintas formas de nombrarnos necedad de decir que los Gringos
son los únicos Americanos, ¿y en dónde vivo yo, en China?, y
dificultades para entender la política de "casa", que ya se sabe:
fútbol, política y religión, mejor ni tocarlos que te crea tu
abuela, que a cada rato vas de metiche. ¡Qué mas da! Es un gran
placer descubrir que se pueden hacer amigos tan lejanos, pero que
comparten formas de ver la vida, de encararla, de ver a los demás
y de sentirse un pelín discriminados por tener unos gustos tan peculiares,
pero que al convivir con los miles de entes que pululamos por aquí,
se muestran tan normales.
Así pues, cerrando la brecha cultural, y ampliando nuestro conocimiento más
allá de las fronteras, celebremos un año más de existencia de esta peich,
y que siga creciendo nuestra hermandad cyberdarkiana.
¡Y olé I’ñor!
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