Este artículo ha sido leído
12460 veces
Llevemos atrás nuestra memoria hasta el estreno
de X-Men. Personalmente recuerdo que fui a verla con mucha
expectación, y también que una cierta decepción me sobrevino al
abandonar la sala. No había sido una película mala, vaya, pero había
algo que no acababa de cuadrar. Los personajes habían sido sacados
de contexto para poder meter a los que interesaban (principalmente
aquellos cuyos poderes eran baratos de llevar a la pantalla), y
muchas situaciones parecían forzados clichés, en un intento de querer
contar más cosas de las que se pueden contar en una película de
acción. Demasiados personajes cargados de demasiados años de historia
en el tebeo para la duración del filme. Y aún así no era mala. Sólo
había que evitar compararla con ciertas historias del cómic para
no hacerla quedar en ridículo y obteníamos una película divertida
y resultona que se dejaba ver muy bien.
El final no daba excesivo lugar a una continuación
clara, a excepción de que los personajes continuaban todos vivos
y Magneto era capturado. No había más pista o indicio, aparte de
la gran recaudación, que indicara cómo podía ser la secuela. Tras
X-Men, los defensores por excelencia de la gran manzana (Spider-Man
y Daredevil) llegaron al celuloide, abriendo un nuevo mercado
cinematográfico. Para unos meses más tarde, se veían a lo lejos
el retorno de los Imposibles X-Men y el Increíble Hulk
(La Masa para los más viejos del lugar).
Llega el momento y me arriesgo. Compro la entrada,
voy al cine y me siento en un lugar bien centrado. Comienza la película
y, tras las logoformas de Twentieth Century Fox y Marvel
Entertainment Group, aparece el titulo de la película, un simple
X2 que hace que un escalofrío me suba por la columna y se
me erice el vello de los brazos (este friquismo mío no me va a llevar
a ninguna parte en la vida). Tras casi dos horas de silencio (excepto
para aclarar alguna pregunta del tipo ¿ese es malo? de los acompañantes),
salgo del cine. Y aún durante más de una hora sigo en silencio,
dándole vueltas a todos los detalles de la película. Y es que, por
primera vez, todo casa, todo está en su lugar, y todo se corresponde
con lo que esperaba de esos personajes, de MIS personajes. Bueno,
seamos sinceros, casi todo. Pero al menos en esta ocasión ya hay
que ser un auténtico entendido del Universo-X para saber captar
las diferencias (pequeñas, pero existentes) que pueden llegar a
chirriar.
Analicemos. La película es correcta, el guión
es creíble (dentro de la fantasía de un tebeo, naturalmente), y
la "suspensión de la incredulidad" es la mínima necesaria
para creerte todo lo que te ponen en pantalla. Correcta la música,
correcta la imagen, la fotografía, los personajes e incluso la interpretación
de los actores (sigue siendo una película de acción y no es necesaria
en exceso, pero no parecen hacerlo mal). Correcta significa simplemente
que al salir de la película no piensas "que mal ha quedado
(rellenar aquí con lo que sea)", sino que simplemente no te
has estado fijando en esas cosas porque la historia fluye con la
coherencia necesaria como para no permitírtelo. No creo que deba
extenderme más en el plano cinematográfico, ya que ni es la función
de este artículo ni es mi deseo convertirlo en eso.
Y ya que deberíamos desviar la conversación hacia
la adaptación (y me estoy extendiendo en demasía en otros menesteres),
voy a hablar de la historia. En esta película no hay un malo súper
poderoso que lance rayos de lo que sea y, sin embargo, la maldad
está presente. Se hace incluso necesario colaborar con el antiguo
enemigo, Magneto, y las excusas no chirrían a la vista del giro
argumental final. Descubrimos a Xavier como alguien realmente poderoso
y nos acercamos más a la escuela para jóvenes talentos. Pero vayamos
por orden que estoy mezclado cosas.
Nada más empezar, y enlazando perfectamente con
el final de la primera película, vemos a Logan (Lobezno) en Alaska,
tratando de encontrar pistas sobre un pasado confuso y una memoria
perdida. Flashbacks de lo que podría ser el proyecto Arma-X en el
que participó. Aunque fuera en Alberta, Canadá, y no en Alaska,
Estados Unidos. Recordemos que Lobezno no es estadounidense, sino
canadiense, algo que creo no se ha mencionado en las películas y
debe dolerles a los busca-héroes cinematográficos yankees. De hecho,
si consultamos la Web sobre la película, veremos que el clásico
‘Origen: Canadiense’ ha sido cambiado por un ‘Origen: Desconocido,
posiblemente canadiense’. Tampoco se nos dan nombres, fechas, ni
pistas mas allá de lo necesario; no aparece referencia alguna a
Arma-X, al Departamento-H ni nada que se le aproxime. Probablemente
sea lo mejor, ya que la historia de Lobezno es quizá la más compleja
de entre todos los personajes Marvel. Pese a la edad que representa,
no debe quedarle mucho para cumplir el siglo de vida (o más, quizá
lo sepamos con exactitud al terminar la nueva serie Lobezno:
Origen, ya en el mercado). Y la historia de una persona que
ha sido desde agente secreto hasta soldado en la segunda guerra
mundial, desde aprendiz de samurai hasta miembro de organizaciones
inter-dimensionales, puede llegar a ser tan compleja que es mejor
no liar demasiado la madeja y dejar para la película únicamente
los detalles más importantes. Simplemente algún tipo de relación
con Stryker, un coronel norteamericano reconvertido a científico,
nos da pistas sobre su reinventado pasado.
|
Primer número de la serie limitada que
explica el origen del que quizá sea el más importante mutante
de Marvel. Guión de Paul Jenkins y dibujo de Andy Kubert.
|
Detalle importante: Lobezno aparece en escena
fumando, y lo hará durante toda la película. Recordemos que es una
película made in Hollywood, aparentemente juvenil, y que Lobezno
es el protagonista. Es "el bueno", y fuma. Esto es más
importante de lo que parece, una demostración que la película no
se centra únicamente en ser el típico producto comercial sino que
pasa a respetar a unos personajes que son como son y cuentan con
una historia sobre sus espaldas. También convendría recordar que
la propia editorial en ocasiones ha intentado maquillar este tipo
de comportamientos en algunos de sus personajes como Lobezno, La
Cosa (4 Fantásticos) o Nick Furia, grandes fumadores de habanos,
con lo cual podríamos hablar de fidelidad por encima de la propia
editorial.
Más adelante, en la magnífica secuencia de la
invasión de la escuela de Xavier, veremos las impresionantes escenas
del verdadero Lobezno. La imparable máquina de matar, el asesino
implacable del tebeo aparece durante cinco minutos en los que se
deshace de los soldados de las tropas especiales uno tras otro utilizando
únicamente sus garras. La primera víctima es la más impactante,
quedando ensartado contra la nevera de la cocina en una escena que
se me ha quedado grabada. Este tipo de reacciones viscerales del
personaje han sido tratadas de las más diversas formas según qué
autores fueran los encargados de contar sus aventuras en cada momento,
y solían ser dejadas como última vía de escape, pero sin conseguir
evitar que los aficionados supiéramos cómo era el personaje en realidad.
|
Las aventuras de los
"muties" mas jóvenes. Tras la desaparición de Los
Nuevos Mutantes (que se convirtieron en X-Force), ocuparon
su puesto. Algunos de los alumnos en la película han salido
de estas páginas.
|
También se nos premia a los aficionados con detalles
de cierta relevancia. El grito sónico de Siryn que pone en problemas
a ambos bandos, la huída de Kitty Pride atravesando personas y paredes,
y un magnífico Coloso (Piotr -Peter- Nikolaievitch Rasputín, en
el tebeo enamorado de la chica) que pese a contar con apenas un
par de frases tiene una de las transformaciones más emocionantes
de la película (mi reino por haber “ascendido” a este personaje
a la "primera división"). Aunque parece que haya pasado
de ser un ruso a ser un estudiante americano más, dado que ha perdido
todo rastro de su acento, tan marcado al menos como el de Rondador
Nocturno. Y no son los únicos jóvenes mutantes reconocibles. Los
lectores de la ahora extinta Generación-X habrán entrevisto
a muchos de los chicos que rondan por la escuela durante todas estas
escenas.
|
Lobezno y Magneto, enemigos
irreconciliables.
|
Más tarde asistimos a la huída de Magneto de su
prisión de vidrio y plástico, al extraer de un guardián todo el hierro
que ha sido inyectado en su sangre. Cantidad ínfima para un organismo
vivo, pero suficiente para que el amo del magnetismo sea capaz de
controlarlo. Es la prueba del poder que puede atesorar un mutante
que lleva toda su vida ejercitándose. Es imposible no recordar el
dramático momento de la extracción del adamantium a través de la piel
de Lobezno (Los sueños se desvanecen, X-Men 25 USA,
perteneciente a la saga Atracciones Fatales), de donde probablemente
saliera la idea para esta escena.
Xavier y Cíclope son hechos prisioneros y se convierten en
marionetas del malo de turno. Uno no puede evitar pensar que esto
ya lo ha visto antes, y esa es precisamente la gracia de la película:
que este tipo de situaciones sean reconocibles. La mente de Xavier
es dominada por Jason Wingarde (Mente Maestra), personaje existente
en el tebeo pero completamente tergiversado para la película. Pese
a que en el tebeo tuvo un importante papel, dominando la mente de
Fénix (Jean Grey) y obligándola a tomar el papel de Reina Negra
en el club Fuego Infernal (¡Y su nombre es Fuego Infernal!,
Uncanny X-Men 132 USA), aquí no es más que un esclavo del
malo de turno que lo utiliza para llevar a cabo sus fines.
|
Dos de los números de
la saga del Club Fuego Infernal, con el verdadero Jason Wingarde.
|
Y es que, ¿quién es el malo? El coronel Stryker,
supuestamente el padre de Jason. Así que ese podría ser un primer
fallo argumental. Naturalmente, esto es perdonable al intentar mezclar
distintos personajes y dotarlos de ciertos lazos familiares para
tener que hacer las menores explicaciones posibles. Si en el par
de horas que dura la película tuviésemos que respetar la historia
de todos y cada uno de los personajes, habría que contar tantas
cosas que sobrepasaríamos la capacidad de asimilación de cualquier
ser humano medio (incluidos los propios aficionados).
Buceando entre los arcos argumentales de los
X-Men encontramos la novela gráfica Dios ama, el hombre mata,
donde aparece William Stryker, reverendo y ex-sargento del ejército
norteamericano. Vemos que en la película no queda nada del reverendo,
y ha sido ascendido a coronel. Por culpa de las radiaciones recibidas
por él y su familia durante su época militar como investigador de
tecnologías nucleares, su hijo nace con horribles mutaciones que
lo atormentan y enloquecen hasta el punto de llegar a asesinar a
ambos, eliminar las pruebas y terminar culpando de todo a los mutantes.
Pocas similitudes han quedado con el personaje original, que ha
pasado de ser un orador público, exaltador de la ola anti-mutante,
a un militar perteneciente al proyecto Arma-X. Al menos para la
película se inventan otro hijo para que la excusa del odio a los
mutantes siga siendo la misma. Naturalmente, hacer que un predicador
fuera el malo probablemente sea demasiado para ciertos públicos
puritanos, y toda referencia a ese pasado ha sido ignorada.
No obstante podemos ver ciertos paralelismos
con esa historia original. Magneto termina ayudando a la Patrulla
para vencer al enemigo y el plan de Stryker es dominar mentalmente
a Xavier para utilizar una tecnología de detección de mutantes y
matarlos con un rayo psíquico. Aunque todo lo que ocurre entre medias
no tienen mucho que ver, podríamos estar hablando de una adaptación
muy libre de dicha novela gráfica. Si todo esto lo mezclamos con
el proyecto Arma-X (aunque en realidad no tengan nada que ver),
explicamos en la misma película otro pedazo del puzzle que compone
el pasado de Lobezno y el espectador se queda tan contento, sin
marearse ante la avalancha de nombres y datos que le sobrevendrían
de otro modo.
|
Dios ama, el hombre
mata (1982), con guión de Chris Claremont y dibujo de Brent
Anderson.
|
Pequeños detalles que merece la pena recordar:
en el bar en el que Mística "seduce" a uno de los guardianes
de Magneto, quien está apareciendo en un debate televisado no es
otro que Hank McCoy, alias la Bestia, miembro fundacional original
de la primera Patrulla-X (a saber: Cíclope, la Chica Maravillosa
-Jean Grey-, el Hombre de Hielo, el Ángel y la Bestia). Una pena
que ni Ángel ni Bestia aparezcan en la película, y que el Hombre
de Hielo (Bobby Drake) haya descendido de categoría. Años después,
en la segunda génesis de los X-Men, se unieron al grupo (no exclusivamente)
Tormenta, Coloso, Lobezno y Rondador Nocturno, con lo que el elenco
de superhéroes de la película va tomando una forma más próxima a
la de esta alineación.
Muy posterior sería la incorporación de Pícara
que, desde luego, era muy diferente, con unos poderes más avanzados,
más adulta y, por qué no decirlo, simpática y atractiva. También
más adelante llegaría el personaje de Gámbito (Remy LeBeau), el
eterno pretendiente de Pícara en el cómic, función que en el celuloide
parece recaer sobre el Hombre de Hielo. Por mencionar a otro de
los personajes que fugazmente aparecen en la película, tendríamos
a otra de las incorporaciones más tardías, Júbilo, que ocupaba el
puesto de niña que no controla sus poderes y proporciona los argumentos
adolescentes. Podemos observar que esta Pícara fílmica viene a ser
una mezcla de la verdadera Pícara y aquella joven Júbilo, al menos
en cuanto a posición dentro del grupo y forma de actuar.
Y ya que hemos mencionado a Gámbito, recordemos
el momento en el que Mística accede a los archivos secretos de Stryker
y podemos ver por un instante una lista de mutantes clasificados,
entre los que aparece el nombre de Remy LeBeau, Jamie Madrox y otros
(habrá que esperar a la versión Dvd para que pueda fijarme con mayor
detenimiento).
Precisamente en ese momento Mística se está haciendo
pasar por el que puede ser el único enemigo "físico y tangible"
al que se enfrenta Lobezno (y, por añadidura, la Patrulla-X) durante
la película. Yuriko Oyama, Dama Mortal. Uno de los más perseverantes
y carismáticos enemigos de Lobezno, que aquí está tan desaprovechada
que da cierta pena. Originalmente, Yuriko era la hija de un científico
japonés investigador del metal conocido como adamantium. Por extraño
que parezca, no tenía nada que ver con los personajes mutantes,
ya que fue creada como personaje secundario para Daredevil, mientras
éste perseguía a Bullseye en Japón (Daredevil 197 USA). Más
adelante fue aprovechada como enemigo para Lobezno, ya que ella
creía que éste podía estar relacionado con las investigaciones de
su padre. Tras trágicos sucesos familiares en aquellas aventuras
de Daredevil, en los que tanto su padre como su marido perdieron
la vida, su mentalidad cambió por completo y pasó a ser una despiadada
asesina obcecada en terminar con la vida de Lobezno, a quien irracionalmente
relacionaba con lo sucedido. Tomó el nombre de Dama Mortal y se
enfrentó a Lobezno en varias ocasiones, primero dirigiendo un pequeño
ejército y posteriormente convertida en Cyborg, ya con implantes
de dureza superior al acero como los que luce en la película.
|
Primera aparición de
Yuriko Oyama, Dama Mortal. Guión de Larry Hama, lápices de
Klaus Janson y William Johnson, tintas de Klaus Janson y Mike
Mignola.
|
Hay que tener en cuenta que aquí a la historia
se le vuelve a dejar del revés para conseguir que todo entre en
su lugar. Se desaprovecha por completo la historia personal que
pudieran tener ambos personajes. O bien se ha borrado del guión
o bien Lobezno no parece recordarlo (algo que en el tebeo sería
imposible cronológicamente hablando). Yuriko aparece durante toda
la película dominada mentalmente y no llega a decir palabra alguna
(personaje realmente desaprovechado, no he podido evitar encontrar
parecidos con el Sapo de la primera parte o con Darth Maul, villanos
visualmente atrayentes pero utilizados únicamente para repartir
tortas sin permitirles ni una mísera frase). Aunque creo que podemos
conformarnos con la original batalla que el director nos regala
a los fans de Lobezno… como siempre, sufriendo hasta el final.
Convendría recordar que no dispone de un poder
regenerativo tan grande como el de Lobezno, aunque sí lo suficiente
como para convertirse en un rival difícil, de no ser porque tampoco
cuenta con un esqueleto de adamantium como en la película, sino
simplemente de implantes cibernéticos. Por descontado queda que
no ha tenido ninguna relación con el proyecto Arma-X, como tampoco
la han tenido Stryker ni Rondador Nocturno, pero parece que en esta
película quieren hacernos creer que ha sido la única historia decente
de los mutantes y que todos han pasado por estas instalaciones.
Y ya que sacamos a Rondador Nocturno, debiéramos
decir que no se le hace mucha justicia. Pese a que está excepcionalmente
retratado, en realidad no tiene todas estas marcas religiosas en
la piel, incluso aunque nos sirva como perfecta excusa para explicar
su intrínseca religiosidad. Lo que sí se le puede achacar es tener
menos protagonismo que el que en un principio se podría esperar
de él, exceptuando los primeros y espectaculares cinco minutos que
le sirven de presentación. Incluso los Bamf! del teletransporte
parecen sonar igual que en el tebeo.
Otro detalle interesante sería la inclusión de
Pyros como alumno de la escuela Xavier en un principio, para asistir
a una progresiva toma de conciencia de su posición en el mundo.
Observamos determinados cambios de actitud que hacen presagiar lo
peor antes de que termine la película, aunque al final únicamente
tenemos un simple cambio de bando de cara a una nueva continuación.
Algo a mi parecer bastante creíble y bien tratado, perfectamente
consistente con el cómic, donde formaba parte de la Hermandad de
Mutantes Diabólicos, el grupo liderado en su comienzo por Magneto
y, posteriormente, por Mística.
Y por último, pero no menos importante, queda
recordar que en esta película comienza (si, únicamente comienza,
y ahora sí queda abierta claramente la puerta a X-Men 3)
una de las sagas que los aficionados más recuerdan de toda la etapa
guionizada por Chris Claremont. La Saga de Fénix. Cualquier
fan habrá sabido reconocer el fuego especial en los ojos de Jean
Grey cada vez que utilizaba sus poderes, la lógica escondida tras
el aumento de sus habilidades y el claro paralelismo entre su muerte
en la película y en el cómic.
En éste, tras una aventura espacial, la Patrulla
tiene que realizar la reentrada en la atmósfera en una nave con
una computadora dañada y a unos minutos de la llegada de una tormenta
estelar de proporciones épicas. Sólo es posible la supervivencia
de todos (incluido un astronauta) si se recluyen en la cámara interior
de la nave y uno de los presentes se sacrifica por los demás para
intentar pilotarla lo suficiente antes de morir abrasado por el
calor y la radiación. Únicamente alguien con súper poderes sobreviviría
lo suficiente como para asegurar el descenso y, de todos los presentes,
sólo alguien con los suficientes conocimientos puede pilotar la
nave. Jean es telépata, lo que le proporciona ambos factores, aprendiendo
los detalles necesarios extrayéndolos directamente de la mente del
astronauta y creando un campo protector que le permite aguantar
el tiempo suficiente, aunque no lo necesario como para sobrevivir
ella misma, que debe incluso dormir mentalmente a Cíclope para que
éste se lo permita. Durante el descenso, en una emocionante escena
que termina con un gran accidente, ocurre lo impensable: uno de
los miembros originales de la Patrulla ha muerto (No hay mayor
amor y ¡Como un fénix, desde las cenizas!, Uncanny
X-Men 100 y 101 USA).
|
La historia utilizada
para celebrar los primeros cien números de la colección. Nueva
época y nuevos poderes. Guiones de Chris Claremont y dibujos
de Dave Cockrum.
|
Aquí, dependiendo de lo quisquillosos que nos pongamos,
podemos ver o no el error argumental de no comprender la necesidad
que tiene Jean de salir del Pájaro Negro para realizar una operación
similar en la película, sacrificándose por los demás para proporcionarles
una escapatoria. Es muy posible que hubiera podido hacer lo mismo
desde dentro del avión. Quizá debamos escudarnos en que aún es la
chica con pocos poderes del principio del cómic, con poca confianza
en sí misma y prefiere tener sus objetivos a la vista para poder controlarlos
mejor (excusa burda y facilona, pero no se me ocurre otra). Probablemente
ninguno de los otros personajes presentes en la escena podía hacer
nada más, dado que el Hombre de Hielo está venido a menos y hubiese
sido el más indicado. Siempre nos queda la duda de si Tormenta hubiera
podido elevar el avión con ráfagas controladas de viento y un poco
de concentración.
Sea como fuere, el fuego en sus ojos, el aumento
de sus capacidades psíquicas, el fuego que envuelve sus manos durante
sus últimos momentos de vida y esa sombra dorada que puede intuirse
bajo el agua en la última escena no dejan lugar a dudas. Habrá X-Men
3 y ya se sabe cuál será una de sus historias principales. Algo
seguramente complicado de llevar a cabo al incluir, originalmente,
varios sub-argumentos de temática galáctica difíciles de llevar
al cine (y probablemente de poco interés a estas alturas). Y la
duda que tendrá el aficionado tras esas escenas es: La siguiente
película será únicamente un Fénix Desencadenada (Uncanny
X-Men 105 USA) o llegaremos hasta la máxima aspiración de
Fénix Oscura (Uncanny X-Men 135 USA). Podemos desde llevarnos
el mayor chasco del mundo, en forma de bodrio infumable, hasta una
grata sorpresa que respete nuestras aspiraciones de encontrar a
nuestros amigos del papel.
@2003 Iván Alonso para cYbErDaRk.NeT
Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor
|