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Los Matrimonios entre las Zonas Tres, Cuatro y Cinco,
de Doris Lessing Título original: Canopus In
Argos: Archives. The Marriages Between Zones Three, Four And Five
Traducción:
Matilde Horne
2003, Editorial Minotauro
La autora en cYbErDaRk.NeT |
por Iván Fernández Balbuena (cebra),
junio 2003
Shikasta podría haber sido perfectamente
un interés aislado y único en la carrera de Lessing. Se trata de
una historia autoconclusiva en la que es muy difícil encontrar una
posible continuación que no caiga en el autoplagio. Sin embargo,
y en el prologo del libro, la autora británica reconocía su fascinación
por la ciencia ficción y anunciaba posibles continuaciones a su
historia.
La promesa se cumplió en 1980 (bastante pronto,
Shikasta se publico en 1979) con Los matrimonios entre
las zonas tres, cuatro y cinco. Y hay que reconocer que
Lessing, en cierta forma, fue muy hábil, al ser capaz de contarnos
una historia totalmente nueva y absolutamente desvinculada de Shikasta
pero que transcurre en ese mismo universo. Claro que, para conseguirlo,
hizo trampa.
Me explico. En Shikasta se hablaba de
la zona seis, una especia de infierno donde iban a parar las almas
de los shikastianos antes de su reencarnación. Nunca se mencionaba
nada mas de las otras zonas aunque yo siempre sobreentendí que la
propia Shikasta era la zona uno. Y ahora es cuando Lessing se saca
de la manga las zonas dos, tres, cuatro y cinco para volver a ocuparse
del planeta. Y aunque sigue sin explicar nada y raya lo incongruente
(uno de su mayores defectos), parece que cada una de las zonas es
una especia de dimensión o universo paralelo al que pueden acceder
sus vecinos inmediatos con algunas dificultades (los de la dos con
la tres, estos con la cuatro y así en adelante).
O sea, un simple truco, mas que discutible, para
poder retornar a un ambiente totalmente distinto pero shikastiano
a fin de cuentas y sin tener que dar muchas explicaciones. Y creo
que esto fue un error por parte de la autora ya que esta novela
podía haberse planteado de una forma independiente sin tener que
meterla con calzador dentro del universo de Canopus en Argos.
Y es que las diferencias entre Los matrimonios
entre las zonas tres, cuatro y cinco respecto a Shikasta
son notables. Por ejemplo, aquí la historia es narrada por los
propios protagonistas shikastianos y los canopianos no aparecen
en todo el libro (justo lo contrario que en el anterior volumen).
Frente a la compleja estructura formal del primer libro no encontramos
ahora con una narración continua, sin ninguna división en capítulos
y bastante mas clásica y sencilla. Pero lo mas importante, si Shikasta
se podía clasificar claramente como una novela de ciencia ficción
esto resulta mas difícil de hacer ante Los matrimonios entre
las zonas tres, cuatro y cinco. Efectivamente, si no fuera por
que de vez en cuando se menciona a los canopianos, podríamos decir
que estamos ante una novela de fantasía pura y dura, un tanto atípica,
pero fantasía claramente. Y si no, veamos la historia.
La novela se inicia con la noticia de que la
reina de la zona tres, Al-Ith, debe casarse con el rey de la zona
cuatro, Ben-Ata, por orden de los canopianos. Ambas zonas, aunque
vecinas, no guardan ningún tipo de relación y no solo por las dificultades
físicas que tiene cada uno de sus nativos para vivir en la otra
si no, especialmente, por sus radicalmente diferentes estilos de
vida.
El reino de Al-Ith solo puede definirse como
una especie de bucólica fantasía hippy: el amor libre es la norma
básica de comportamiento, la propiedad privada brilla por su ausencia,
no hay división de clases, el trabajo es comunitario y la paz es
algo tan natural que hasta la palabra guerra no existe en su vocabulario.
De hecho, las atribuciones de Al-Ith son mas simbólicas que reales.
La zona cuatro es radicalmente diferente, el
reino entero vive por y para la guerra, todos su hombres entre los
7 y los 65 años son guerreros, Ben-Ata, su rey, es ante todo el
general en jefe de estos ejércitos, y todo este aire militarista
impregna el resto del país, las mujeres se encargan de todos los
trabajos manuales, totalmente sometidas a los hombres y despreciadas
de una forma brutal, la zona es extremadamente pobre debido a este
estilo de vida, las desigualdades son sangrantes y la escala social
se basa en el poder y la humillación (nota erudita, la zona cuatro
parece una especie de Esparta de cartón piedra).
Tanto Al-Ith como Ben-Ata no desean casarse pero
ambos obedecen resignadamente la orden de Canopus e inician una
compleja vida en común. ¿Se lo pueden imaginar? Al principio se
odian pero con el paso del tiempo se enamoran de una forma feroz.
Y ese es el eje de toda la novela, la historia de amor entre ambos
personajes, como los dos van cambiando al conocerse mejor y como
estos cambios se acaban trasladando a ambas zonas que también evolucionan
hacia mejor. Una evolución que finalmente alcanzara a las zonas
dos y cinco, siempre presentes aunque nunca de una forma clara.
Y, personalmente, creo que este es el gran handicap
de la novela, su carácter de cliché. Lessing, como otros escritores
del mainstream que deciden sumergirse en la fantasía, no consigue
nunca crear un libro realmente original y únicamente es capaz de
contarnos de nuevo una historia mil veces vista (un buen ejemplo
aquí en España seria Rosa Montero). Los dos reinos diferentes hasta
lo grotesco (el pacifico y el guerrero), los dos reyes opuestos
como agua y aceite (el salvaje y bárbaro Ben-Ata y la dulce y civilizada
Al-Ith) pero, sorpresa, sorpresa, resulta que Al-Ith tierna donde
las haya no conoce la pasión y Ben-Ata, duro como el acero, esconde
en su interior un corazón de oro; y, como no, ambas zonas tienen
unos problemas que solo gracias a su vecina se podrán solucionar.
En fin, que a estas alturas de la vida uno se
espera algo mas de una escritora como Lessing que parece muy emocionada
habiendo descubierto la pólvora cuando ciertos autores de fantasía
de esa época iban ya camino de la bomba H.
Por supuesto, la novela es mucho mas compleja
que todo esto, las razones de Canopus para obligar a este matrimonio
son mas profundas de lo que parecen y afectan realmente a todas
las zonas (algo que se descubre al final del libro), hay un buen
elenco de secundarios, también tópicos pero bien dibujados, y Lessing,
cuando quiere, puede ser muy efectiva a la hora de retratar la psicología
de los personajes y de mostrarnos algunas escenas de una cierta
crudeza (poca, eso si). Sin embargo, la lectura de la novela no
acaba nunca de despegar y llega a ser tediosa en muchos momentos.
En concreto, la parte central llega a ser muy aburrida con tantos
desencuentros y reconciliaciones entre ambos enamorados (máxime
cuando cualquier lector avispado sabe como van a acabar las cosas
entre estos dos en la pagina tres).
Por otro lado, el estilo seudo-poetico del libro
tiene un aire un tanto artificial y engolado que tampoco ayuda a
la lectura, al igual que la falta de divisiones en capítulos que
parecen obligar a leerte de un tirón todo la novela.
Con todo, Los matrimonios entre las zonas
tres, cuatro y cinco fue el libro con mayor éxito de toda la
serie de Canopus en Argos, hasta el punto de hacerse una opera de
él con música de Philipp Glass y libreto de la propia Lessing. Desde
luego, aquellos a los que las alegorías les emocionen, o los que
comulguen con las tesis progresistas aunque un tanto pasadas de
moda de la autora (pacifismo y feminismo al estilo del mayo del
68), además de los que disfrutaron con Shikasta, realmente
también pasaran un buen rato con este libro. Claro que para los
que se esperen otra cosa quizás su lectura no sea una buena idea.
Y por ultimo un par de cosas sobre la edición,
queda claro que Minotauro es el rey y a la hora de editar libros
es difícil en el mundo del fantástico encontrar unos volúmenes tan
bellos y bien presentados como estos, con su tapa dura, su sobrecubierta
y demás. Y, realmente, a un precio muy cercano al de otras editoriales
que presentan libros menos cuidados. Ahora, lo que ya es mas discutible
es su acierto a la hora de elegir traductores. Matilde Horne es
una colaboradora habitual de esta editorial y su presente traducción
parece ser la misma que la de la anterior edición en los 80 de este
libro. Si es así, alguien debería de haberse preocupado de revisar
su trabajo, hay demasiados errores tontos, de esos que son fruto
mas de las prisas o del descuido que de la ignorancia o la incompetencia.
Un par de ejemplos: constantemente se traduce literalmente my
darling por mi querida, algo realmente extraño para un
castellanohablante (no se los demás, a mi me suena mas querida
mía); en un párrafo Al-Ith dice cuando fui menarca cuando
habría que haberlo traducido por cuando alcance la menarquía,
y no es una errata por monarquía, en el contexto queda claro que
se esta hablando de la menstruación de la protagonista; por ultimo,
la zona cuatro se describe a menudo como tierras aguanosas
cuando lo mas lógico hubiera sido tierras anegadas o tierras
pantanosas. Errores pequeños, pero que viniendo de un grande
como Minotauro tiene menos explicación aún.
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