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En este país son escasos los
aficionados que deciden dar un paso adelante y lanzarse al mundo
de la publicación de autores españoles, empleando su propio dinero
en una empresa que pocas veces fructifica en algo más que un fanzine
de periodicidad incierta y corta vida. Sin embargo, esporádicamente,
alguien persiste en su empeño y no sólo se hace con un hueco sino
que consigue prosperar, a base de invertir trabajo y toneladas de
ilusión. Ahí tenemos a Luis G. Prado y Artifex, Pedro G.
Bilbao y Silente, a Raúl Gonzálvez del Águila y Albemuth,
y a Juan José Aroz y Espiral Ciencia Ficción.
La aventura editorial de Juanjo Aroz nació en
1994 con una premisa muy clara: ayudar a que nuestros autores tuviesen
una cierta difusión entre los aficionados a la ciencia ficción.
Desde entonces ha publicado 29 libros que han cumplido con creces
su premisa. Sobrevivió en un mercado muerto publicando el producto
más difícil de colocar; ha mejorado el aspecto de sus libros hasta
llegar a ofrecer productos con un acabado casi profesional; agota
las tiradas de cualquier título que publica (bastante cortas, eso
sí); y ha conseguido, entre otros galardones, los dos últimos Ignotus
a la mejor novela en castellano (en los años 2001 y 2002 con Nuxlum
y Demonios en el cielo);
Como se puede comprobar en la siguiente entrevista,
Juanjo es un tipo especial con las ideas muy claras. Otro, en su
posición, quizás hubiese sido más ambicioso e intentado saltar al
profesionalismo. Sin embargo tiene asumido cuál es su lugar y qué
debe hacer para que Espiral Ciencia Ficción siga funcionando
tan bien como hasta ahora, de tal manera que pueda continuar apoyando
a los nuevos escritores de ciencia ficción, muy necesitados de un
lugar donde poner la primera piedra de sus carreras. Ya sea a través
de una novela o, por qué no, un relato breve. Algo elogiable que
esperemos dure, al menos, 9 años más.
Nacho, agosto 2003
¿Cuando empezaste a leer ciencia ficción?
Desde muy crío me acostumbré a, semanalmente,
leer algún libro de la biblioteca juvenil del colegio. De ahí pasé
rápidamente a los cómics, novelas generales,... Vamos, fui un poco
precoz en ese sentido. Recuerdo que una vez, en el quiosco, me acerqué
a coger un cómic de Conan y vi una extraña revista con formato
libro que se llamaba Nueva Dimensión. La compré por curiosidad
y, a través de sus páginas verdes, fue como después accedí al fandom
y a las colecciones de ciencia ficción. Ahí me enganché a escritores
extranjeros, autores que escribían en castellano, supe de otras
publicaciones que se estaban haciendo en aquel momento y de convocatorias
de congresos que había en Madrid, que era donde estaba entonces
el movimiento asociativo.
¿Y cuándo pasaste al mundo de la edición?
En mi caso, una cosa llevó a la otra. Era una
época de mareas revueltas. Estamos hablando del ´75 al ´80.
Entonces oíamos música electrónica, leíamos textos de Nova Expresión,
revistas tipo Ajoblanco y Star. Junto a Brian Aldiss,
tenías también libros de Jack Kerouac o Kropotkin, había mucho caldo
de cultivo político,... Tiempo de cambios, que diría Robert
Silverberg.
Yo seguía los fanzines que se estaban
haciendo como Zikkurath, Blagdaross o Space Opera.
Algunos, más sencillos, se editaban también en ciudades como, por
ejemplo, Valencia. Estaba en contacto con ellos y, bueno, me animé
a hacer algo por mi cuenta desde Bilbao.
Teníamos que tirar de máquina de escribir, recortar,
pegar, páginas fotocopiadas y hacer distribuciones muy pequeñas.
Pero, por otra parte, eran momentos muy creativos. Escribía reseñas,
artículos, cuentos, guiones de cómic o cine.
Pero la mayoría de los lectores se quedan
en su posición de lector y nunca se deciden pasar a la edición.
¿Qué fue lo que propició que tú dieses ese paso adelante? ¿Difundir
lo que escribía gente que conocías?
Al ser muy lector desde crío y en concreto gustarme
tanto la ciencia ficción, pensé que igual podía hacer algo más.
Aquí teníamos un grupo de gente en esa época, muy variopinto: el
grupo Caos. Nos reuníamos mucho, charlábamos, intercambiábamos libros,...
Entonces empecé con la edición de un fanzine
que se llamó If..., y que cogía el nombre del título de una
película de Malcom McDowell en la que unos alumnos británicos se
dedican a disparar y rebelarse contra los profesores que tienen
en su colegio. En ese fanzine me ayudaron otros dos amigos
con los que formé después el grupo Caos. En cinco números cambiamos
tres veces de nombre: los tres primeros If..., el cuarto
Caos, y para el quinto anunciábamos Clon, pero finalmente
se convirtió en la antología de relatos Procesos Cuasiestáticos.
Vamos, que fue una temporada de mucho movimiento.
Posteriormente me vino la mili
y lo dejé como aficionado activo, pero sí que continuaba
viendo películas, leyendo novelas de una forma más relajada. En
el año ´91 tuve el accidente de tráfico en el que me quedé lesionado
medular en silla de ruedas y después de la rehabilitación tenía,
lógicamente, tiempo libre. Mi situación era estable, y quise volver
otra vez al fandom. Vi lo que se estaba haciendo en ese momento,
que eran básicamente los Cuadernos UPC, la revista BEM
y poco más. Alguna convocatoria de algún premio,...
En 1994, en Burjassot (Valencia), volví a ir
a una HispaCon, contacté con los aficionados y presenté mi primer
Cuaderno Espiral: unas cuantas hojas fotocopiadas encuadernadas
con canutillo. Era la novela corta de Gallego y Sánchez titulada
Nina.
Es ahí cuando nace Espiral ciencia ficción,
¿no?
Sí, yo tenía muy claro dónde quería llegar con
mi proyecto y sabía que había un hueco importante entre los fanzines
y las editoriales profesionales. Por ejemplo, se estaban presentando
sobre un centenar de novelas al Premio UPC y en teoría se quedaban
en un cajón, porque no había posibilidades de edición para ellas.
Ese hueco fue el que intenté cubrir.
Miquel Barceló en ese primer año me ayudó mucho,
me pasó información de escritores que habían sido finalistas o meritorios
y que me permitieron poner en marcha la colección.
Fuimos evolucionando. En el número 7 cambié a
formato libro. Ya tenía más presencia en el mercado de los
aficionados y suscripciones. Sabía que contaba con una respuesta
favorable. Por eso me decidí por empezar publicando pequeños libros,
de ciento y pico páginas a un precio contenido.
¿Has cambiado mucho respecto a aquellos primeros
tiempos?
Ahora en octubre voy a sacar ¡el número 30!,
con lo cual llevo ya 9 años y se puede decir claramente que estoy
establecido. No me he hecho profesional porque continuo con mi política
de hacer de intermediario entre el fanzine y la editorial.
O si lo quieres decir de otra forma, ser un escaparate de lo que
se está escribiendo en castellano y de ciencia ficción en el fandom.
Por mi especial situación personal, en la que
tengo una estabilidad económica y social, me puedo permitir el lujo
de sacar cada 4 meses un libro, no ganar dinero con ello, y, simplemente,
tener una ocupación con la que estoy muy a gusto.
¿Cuáles son los criterios por los que te guías
a la hora de decidirte por la publicación de una novela?
Ha quedado ya claro que tiene que ser una novela
escrita en castellano y de ciencia ficción. En ese contexto, todos
los que leemos CF sabemos que es una temática muy amplia, que tiene
muchas variantes. Pero también hay por ahí una definición que dice
ciencia ficción es aquello que el lector de ciencia ficción considera
que es ciencia ficción. Parece una perogrullada, pero es que
los que la leemos distinguimos sin demasiados problemas entre una
novela erótica, gótica, fantástica o de ciencia ficción. Aunque
luego esa novela de ciencia ficción pueda tener unas gotas de, por
ejemplo, policíaco.
Esas dos premisas anteriores
son fundamentales. Y a partir de ahí, decir que sólo puedo publicar
3 títulos al año. Normalmente, tengo el siguiente plan: dedico una
para promocionar a un autor novel. Si ese autor tiene también otras
cosas escritas, está colaborando con páginas web o e-zines,
es un aficionado activo,... suma puntos. Porque a la hora de elegir
entre dos novelas de autores desconocidos, lo hago por el que además
está haciendo cosas en pro del fandom.
Otro de los tres libros lo dedico a autores reconocidos.
Aunque en este momento no hay muchos escritores profesionales que
vivan de la ciencia ficción, sí podemos hablar de una docena larga
que están saliendo en ediciones profesionales o semiprofesionales
y que al lector le suena su nombre. He publicado a gente como Gabriel
Bermúdez, Ángel Torres Quesada, Rodolfo Martínez,... Así, de esta
manera, estoy dando una de cal y otra de arena: estoy ofreciendo
una novela de alguien primerizo y, a la vez, otra de alguien que
ya está valorado.
Por último, el tercer título, ahora saco una
antología de los mejores relatos del Premio Espiral ciencia
ficción, aunque a veces también edito una segunda novela a algún
autor que ya haya publicado en la colección, que, por los motivos
que sea, tiene material, no ha podido acceder a otros sitios y yo
considero que se le debe seguir apoyando. Entonces le doy un otro
libro en la colección. Podría ser el caso de Joan Antoni Fernández,
Daniel Mares, Gallego y Sánchez, Carlos F. Castrosín, etc.
De esa forma hay variedad. Porque no me gustaría
que alguien viese en la colección una dinámica única, una política
rígida. No, la colección es amena, cubre todos los campos y gustos
e intenta llegar al mayor número de aficionados. Ahí sí que
lo recalco: no tengo ningún interés en llegar al gran público lector.
Sé y acepto que mi público es aficionado, es especializado y es
que considero que alguien tiene que ocupar también ese sitio.
Y entre todas las temáticas presentes en la
ciencia ficción, ¿hay alguna que te guste especialmente? ¿Qué valoras
más a la hora de leer una novela?
Quizás por la trayectoria que he seguido, la
que más me atrae es la especulativa y de futuro próximo. Yo leí
mucho en mis comienzos a Ursula K. LeGuin, Robert Silverberg y gente
de ese estilo. Me gustaron películas como Blade Runner, Gattaca
o Minority Report... novelas como Todos sobre Zanzíbar
en su momento me inquietaron.
¿Por qué nunca haces segundas ediciones cuando
un libro se agota rápido?
Intento que, como mínimo, duren
3 meses en el mercado. Lo normal es que, durante un año, me queden
ejemplares para nuevos suscriptores, gente que se apunta a posteriori.
Pero claro, yo no tengo una bola de cristal y con algunos títulos
he recibido una acogida excelente. Puedo citar el caso de Demonios
en el cielo de Gabriel Bermúdez Castillo, que se llevó al año
siguiente el premio Ignotus a la mejor novela y a la mejor
portada, y en el propio congreso de Zaragoza, donde lo presenté,
todo el mundo iba con un ejemplar bajo el brazo. Lo agoté al acabar
el mes.
La gente me ha pedido desde entonces que haga
con él una segunda edición, el propio autor me lo comentó, pero
yo no soy profesional. Soy amateur. Y eso quiere decir que no tengo
un almacén detrás, no tengo ni distribuidoras ni un personal administrativo
que esté trabajando para mí. Yo mismo hago la maquetación con software
de autoedición, la corrección con la ayuda de mi mujer, la distribución
entre librerías especializadas, enviar los libros a los suscriptores,
etc. Mi tiempo es limitado porque además, como espero comprenderán
los usuarios de Cyberdark, también tengo mi propia vida y
mis ocupaciones, donde yo tardo el doble de tiempo en hacer cualquier
cosa dada mi situación física.
Así, aunque quisiera, tendría que robar el tiempo
que dedico a los nuevos títulos y, evidentemente, prefiero preparar
uno más para la colección que ponerme a reeditar y promocionar otro
que ya he hecho. Creo que esa tarea le corresponde (y por cierto,
ya ha ocurrido) a los editores profesionales. Citaré el caso de
Nuxlum, que también se llevó un premio Ignotus, cuya
segunda edición con la segunda parte, El despertar de Nuxlum,
lo publicó la editorial profesional Sirius. El libro de Demonios
en el cielo lo tiene ya apalabrado otra editorial.
Espiral - CF, como viene en la primera página
de cualquier libro, no tiene derechos de autor, que siguen siempre
en poder de los escritores. Sólo podemos hacer una primera edición
como difusión cultural, para expandir nuestro género favorito.
Otra reedición de un libro que publicaste
primero en Espiral es Seis, de Daniel Mares, recién reeditada
en la colección Gotas...
Cierto, en formato libro de bolsillo. También
Nina ha sido reeditada en la revista Pulp Magazine. Sé de
otras novelas de Espiral, que no puedo contar, que ya están apalabradas
y que los propios autores me han preguntado si no me importaba.
Y les he dicho, por supuesto, que adelante.
Como editor supongo que estarás orgulloso.
Me da una gran satisfacción
porque mi tarea, que es en buena medida promocionar autores, se
ve refrendada en cuanto a que esos títulos que he sacado consiguen
nuevas ediciones y lleguen al gran público. Eso quiere decir que
algún acierto tengo. Y para mí es suficiente porque, a diferencia
de Nova o Minotauro, que tienen que sacar libros vendibles, yo puedo
permitirme el lujo de jugar al póquer con los escritores y, de vez
en cuando, marcarme un farol y ver qué pasa. A veces acierto, a
veces no. Pero es una posibilidad que tengo por ser amateur.
¿Y nunca has tenido el gusanillo de pasar
a una labor más profesional, publicando algún libro de un autor
extranjero?
No. Ya desde la primera época como faneditor
a finales de los ´70, me dediqué a los textos en castellano. Mi
teoría era que para el material que viene de fuera ya hay revistas
y colecciones que van a lo seguro, lo traducen y lo publican aquí.
Pero a los autores nuestros, por aquello de que nadie es profeta
en su propia tierra, siempre se encuentran con un plus
de dificultad para poder encontrar acomodo a sus textos. Creía entonces
y creo ahora, que es necesario ofrecerles un cauce de salida. Yo
soy el primero que leo autores extranjeros encantado, pero también
reconozco que a veces me apetece leer a un autor en castellano que
me está hablando, por ejemplo, de un SupraBeni, que es un Benidorm
a 20 años vista. Contándome cosas cercanas. Porque lo mismo que
me gusta tomar un plato de cocina francesa, también me apetece una
buena tortilla española o unos huevos fritos con chorizo. En la
variedad está el gusto. Y, por lo tanto, para el lector de ciencia
ficción, tener en su balda de lectura algún libro nuestro ayuda
a que el género continúe y no nos convirtamos en un páramo cultural
en el que todo son traducciones de autores superventas.
No hace falta decir que los autores ahora conocidos,
en algún momento, alguien tuvo que apostar por ellos.
Háblanos un poco del Premio Espiral - CF.
¿Cuándo te planteaste su creación?
Hubo un momento en el que estaba con más tiempo
libre y vi que los concursos que había en el país eran de ciencia
ficción, pero abiertos. Podías mandar cualquier tipo de ciencia
ficción o, incluso, fantasía. Y luego podías enviar varios relatos.
Por mi parte, como editor de la colección Espiral, me había dado
cuenta de que había una cierta dinámica anual de repetir tendencias
o argumentos. De repente recibía varias novelas que tocaban la religión;
otro año la teoría cuántica, la vieja anécdota del gato que está
dentro de la caja; otro muchas novelas policíacas. Y, claro,
me dije por qué no intentar desde mi sitio, que es reducido pero
con una relativa repercusión, que los escritores españoles especulen
de una forma clara, con un tema de ciencia ficción que, en principio,
interese a los lectores más curiosos.
Al escoger la extensión de "hasta 8 páginas"
daba la posibilidad de que no fuera un trabajo excesivo para nadie,
de forma que incluso los autores más noveles pudiesen entrar en
él y participar. La cuantía del premio, una placa y 150 € no es
excesiva, pero intenté enganchar al escritor que participara con
una posible antología editada en formato libro, que siempre es interesante
para los autores, con la repercusión de que son leídos por el aficionado.
Este año será ya la quinta edición y hemos recibido
en la anterior escritos de 97 participantes de una docena de países.
Con lo cual yo creo que estamos empezando a encarrilar el premio
hacia lo que yo quería, que es hacer un concurso de relatos diferente.
Hasta ahora todos los temas tratados
son de una actualidad fehaciente: globalización, la estación internacional,
la crisis del petróleo,... ¿Tienes intención algún año de abordar
algún tema más clásico del género, como el viaje en el tiempo o
la ucronía?
En principio no. Mi intención
consiste, como ya he dicho antes, en que los escritores especulen.
Si hiciese una convocatoria en la que se hablase de, por ejemplo,
guerras interestelares, el ascensor espacial o la
máquina del tiempo... temas que han sido ya tocados por los
autores de las diferentes épocas de la ciencia ficción, para mí,
sería desperdiciar de alguna manera el esfuerzo que dedico a esta
convocatoria.
Como posibilidad no me parece mal, pero para
eso ya hay otros premios establecidos y muy conocidos como el Aznar
en Madrid, el Domingo Santos en cada congreso que se celebra
anualmente en diferentes ciudades, o cualquier otro. Insisto en
que mi hueco es diferente.
Quería preguntarte también por el premio que
acaba de convocar Minotauro, sobre la influencia que va a tener...
No es difícil adivinar que va a ser otro hito,
va a suponer un punto y a parte. La cuantía del premio (18000 €)
es enorme. La extensión además no es ya novela corta sino novela,
que será publicada después por Minotauro. Yo creo que va a haber
un antes y un después con este premio. De hecho, por lo que me ha
llegado, gente que escribía CF hace tiempo y que se había ido un
poco a la literatura general, a libros juveniles, terror, policíaco,...
están volviendo a escribir ciencia ficción y van a regresar para
participar en esta convocatoria. Eso creo que ya es sintomático.
¿Cómo te va a repercutir a ti y a Espiral
la llegada del premio?
Va a dinamizar el género, y eso siempre viene
bien. La ciencia ficción, como cualquier otro estilo literario,
necesita de caballos que empujen. Y Minotauro ahora con la colección
de libros de bolsillo, con la convocatoria, con la difusión de su
colección que llega a muchas librerías y centros comerciales, está
haciendo esa tarea de locomotora.
A mi editorial le va a repercutir, en un primer
momento, disminuyendo un poco las ventas de mis libros. Pero no
demasiado ya que mi público es de suscripción y de librería especializada.
Y a medio, largo plazo me va a beneficiar, porque cuantos más lectores
entren en el mundillo gracias a Minotauro, un pequeño porcentaje
de ellos será más activo, más curioso y querrá conocer lo que estamos
haciendo los pequeños editores.
¿Qué presentas en la Hispacón de Getafe, en
Xatafi?
Como había comentado antes, la colección quiere
guardar uno de los tres títulos para autores que son conocidos.
Gente que a los aficionados que acudan hasta Getafe les puede apetecer
conocerles personalmente, que les firmen el libro o charlar con
ellos. Desde hace varios años llevo una dinámica de que el autor
que presento en el congreso sea alguien de la zona o alguien que
asistirá y es conocido. Por ejemplo, a Barcelona el año pasado fue
Carlos F. Castrosín. Es madrileño pero cumple con los requisitos.
Para Getafe voy a presentar la
novela Peregrinos de Marte de José Antonio Suárez, que es
un escritor de Albacete que va a acudir y que ya tiene una cierta
presencia: ha obtenido un premio Ignotus, ha sido publicado
por Edebé, en Sirius,... Además es un escritor con un estilo muy
fluido, entretenido, mordaz, un poco irónico,.... Y escribe novelas
que son recibidas por los aficionados de Espiral con gusto, con
ganas.
Una curiosidad. ¿Por qué Espiral?
El nombre de Espiral se le ocurrió a mi mujer.
En el año ´94 miramos lo que había en el mercado y estuvimos pensando
en uno que fuera corto pero no demasiado. Tres sílabas podría estar
bien. Espiral ciencia ficción, para diferenciarlo de cualquier otra
posible espiral que hubiera podido haber en el mercado a nivel de
música, colecciones generales o lo que fuera. En un primer momento,
por la sonoridad del nombre, pero sobre todo por lo que significa
el símbolo de una espiral, con su forma siempre abierta hacia
el infinito. Es un nombre tan ciencia ficcionero...
Ha habido lectores que nos han preguntado si
venía porque nuestros seis primeros números de la colección eran
hojas Din A4 fotocopiadas y encanutilladas en un formato como el
de los apuntes universitarios. Y la respuesta es negativa. Todavía
me estaba dando a conocer y no tenía un mercado hecho, por lo que
hacía tiradas cortas de 10, 20 ejemplares o más que iba reponiendo
según se iban agotando. Pero no era por el canutillo. Era por el
término galáctico de la espiral.
¿Unas últimas palabras?
Lo único que quería añadir era daros las gracias
por la tarea que estáis haciendo para promover, en concreto, el
tema que más me gusta, la ciencia ficción. Y si alguien tiene curiosidad,
encontrará más información sobre nuestro proyecto en la web de Espiral
- CF
¡Ah! Deciros finalmente que si os queréis suscribir
y apoyar así la labor de nuestros escritores, indicarnos en vuestro
mensaje que sois usuarios de Cyberdark para que así tengamos
un detalle de bienvenida con vosotros ;-)
Web de Espiral Ciencia Ficción http://aroz.izar.net/
Premio Espiral Ciencia Ficción http://aroz.izar.net/premio.htm
Estado actual de la colección http://aroz.izar.net/coleccion.htm
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