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EXPERIENCIAS EXTREMAS, S.A.,
de Christopher Priest

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Experiencias Extremas, S.A.,
de Christopher Priest

Título original:
The Extremes
(1998)

Traducción:
Claudia Casanova

Portada:
OPALWORKS

Minotauro, 2003

 

El autor en cyberdark.net

 

por Ignacio Illarregui Gárate, agosto 2003

   No se puede decir que la carrera de Christopher Priest esté orientada a afrontar problemas de índole social. Si descontamos Fuga para una isla (1972), que indaga en las posibles consecuencias de la inmigración masiva proveniente de países africanos, su obra está más inclinada a tratar temas que afectan al individuo como persona, su relación con los demás y la forma que tiene de afrontar la realidad en la que vive inmerso. Experiencias Extremas, S.A., sin abandonar esta vertiente, retoma la perspectiva presente en la novela antes mencionada para ofrecernos su visión sobre uno de los asuntos más en boga hoy en día: el problema de la violencia en que se utilizan armas de fuego (que ha tratado, por ejemplo, Bowling for Columbine). Pero más que profundizar en sus causas, como hacía el filme de Michael Moore, utiliza su historia para estudiar cómo afecta a la persona que la sufre indirectamente y cómo contempla la sociedad dichos sucesos. El resultado es lúcido y sorprendente.

   Priest hace crecer la narración de un par de hechos que en el pasado le afectaron muy de cerca. Como contó en una reciente visita a Madrid, a finales de los 80 estuvo en las proximidades de una experiencia extrema (sucesos en los cuales, sin motivo aparente, alguien coge todas las armas que hay en su casa, se acerca a un lugar público y empieza a disparar contra todo lo que se mueve) acaecida en Hungerford. No sólo residía cerca de esa población sino que estaba conduciendo por sus calles cuando un perturbado inició su particular carnicería, que afectó a una treintena de personas (15 víctimas mortales) y trastocó la vida de todos los habitantes del lugar. Por otro lado, a su mujer, Leigh Kennedy, escritora de ciencia ficción estadounidense conocida en España como autora del zoofílico Su cara peluda, le incomodaba en grado sumo el aire que se respiraba en su hogar Tejano, con vecinos que tenían auténticos arsenales, y se vino a vivir a Europa. Resulta obvio que ambas circunstancias se encuentran recogidos de forma nítida en la trama, especialmente en su protagonista, Teresa Simmons.

   Simmons es una agente del FBI que ha sufrido en sus propias carnes la dureza de las experiencias extremas. Primero durante su entrenamiento en el FBI, donde en un simulador de realidad virtual ha tenido que enfrentarse a decenas de esos vívidos acontecimientos mientras aprendía a sobrevivir y neutralizar a los asesinos, y después en su vida personal: su propio marido acaba de morir en una. Destrozada, descubre que el mismo día en que era asesinado, en Bulverton, un pueblo (ficticio) de Inglaterra, ocurría un hecho muy similar con el que comparte extraños paralelismos. Decidida a encontrar qué se esconde detrás de esa casualidad, pide una excedencia en su trabajo y viaja hasta el pueblo.

   A través de ella y de los afectados que conoce en Bulverton, fundamentalmente los dueños del hotel donde se hospeda, penetramos en el dolor de las víctimas y cómo intentan rehacer sus vidas, ya sea olvidando o buscando una explicación para hechos que difícilmente la tienen. Asimismo, confrontamos la perspectiva de alguien que ha estado toda su vida relacionada con las armas (hija de un oficial del ejército del aire, en su casa había todo tipo de armas a disposición de quien quisiese utilizarlas, trabaja en el FBI,...) y la obscena fascinación que le produce su uso, a sabiendas de que han sido las que le han arrebatado lo que más amaba en este mundo. Ambos aspectos están amplificados por el habitual lenguaje austero de Priest, a lo que esta vez se une una estructura en la historia más convencional que se aleja de los "juegos" literarios de La Afirmación o El Prestigio.

   Detrás de esto, que podríamos etiquetar como evidente, aguarda la realidad virtual. Esta herramienta, único componente de ciencia ficción presente en Experiencias Extremas, S.A., es utilizado como en los buenos libros de género para ahondar en las debilidades humanas y exponer aspectos muy diversos sobre nuestra condición. Simmons acude a ella como medio para descubrir qué pasaba por la cabeza del asesino de Bulverton e investigar cómo cometió su crimen. No obstante, como la mayoría de nosotros, es frágil y acaba sintiendo una adicción brutal por el medio, explorando sus posibilidades hasta las últimas consecuencias y utilizándola como válvula de escape que le distancie de sus obsesiones.

   Igualmente asistimos a una denuncia soterrada de la vanalización de la violencia que se realiza día a día desde los medios de comunicación, las películas o los juegos de ordenador. Ésta no se nos muestra como algo elegante o atractivo, sino en su cruel realidad, desnuda, absurda,... Lo único que escama de su perspectiva es su excesivo pesimismo respecto al uso de esta nueva tecnología; sólo muestra un par: practicar la violencia en juegos de tiro al blanco con dianas humanas y convertirse en actor porno a la mayor gloria de las películas de Tracie Lords. Por más que el uso que el género masculino le de a internet no sea muy lejano a éste (ahí se encuentran las estadísticas) esperaba un poco más de confianza en nosotros mismos.

   Y como novela de Priest que es, además de los constantes guiños en forma de habitaciones blancas, juegos de espejos, dualidades ambiguas,... resultaba ineludible su repaso a la objetividad de los narradores, esta vez menos evidente al no ser Teresa la que nos cuenta su propia historia como sí ocurría con los protagonistas de La Afirmación, El Glamour o El Prestigio. Incluso, a pesar de que el lector habituado a su estilo espere el acostumbrado fin de fiesta, las sorpresas que aguardan llegan a descolocar al dirigirse los sucesos siempre hacia una dirección no esperada.

   Recapitulando: personajes sólidos, un tema de actualidad, una estructura bien pensada, un lenguaje claro y directo, una tecnología inexistente expuesta sin agujeros, un final deliciosamente ambiguo... convierten Experiencias Extremas, S.A. en un libro que se disfruta mientras se lee y que perdura una vez concluido. Y aunque no es lo mejor de su autor, sí que es una buena medida de sus capacidades. Pero lo mejor está por llegar: el año que viene llega su última novela, que ha arrasado en los premios británicos de ciencia ficción, La Separación. ¿Será todavía mejor que El Prestigio?

 

@ 2003 Ignacio Illarregui Gárate para cYbErDaRk.NeT
Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor

 

2004-05-14 20:04   iarsang
También me parece una crítica muy acertada. A mí tampoco me parece lo mejor de Priest pero trata todos los temas que preocupan al escritor, con el mismo estilo sobrio pero muy hábil en la manera de ir desgranando las historias. Una maravilla el final también, como es costumbre en él, de esos que te percuten y te dejan pensando...

Se supone que ya estamos en "la año que viene" así que a ver si llega pronto La separación.
2003-09-05 22:26   Knut
Este tipo, definitivamente va a caer en mi lista... tengo los dientes rechinando... el ansia.

Gracias por el artículo.
2003-09-05 11:47   MrMachen
Yo no puedo decir que haya leído todavía al Priest pero ya había oído o leído comentarios por esta página sobre el escritor. Después de leer tu artículo Ignacio, me parece que me decido por entrar en contacto con él mediante este libro. Y además el tema sigue tan de moda como hace diez o veinte años. Los americanos siguen con la idiosincrasia de la violencia armada y privada y eso sí es grave en un país tan avanzado... Bueno, avanzado en el sentido tecnológico o económico, claro. De todos modos, a un buen libro le pido sobre todo que esté bien escrito. Independientemente de su argumento.
2003-08-25 18:28   dgonzalod
Coincido al 99% con la crítica, Priest es un gran narador y el final me parece perfecto para el libro.

Espero que La Separación se publique pronto ya que tiene una pinta inmejorable.