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por Enric Quílez
Este artículo pretende dar una serie de definiciones,
más o menos precisas, acerca de los diferentes subgéneros de la
ciencia ficción. Me he limitado a la ciencia ficción escrita dejando
de lado otras formas de expresión como el cine,
la televisión o el cómic. El motivo es que requieren un tratamiento
especial y, en algún caso, ya hay en Cyberdark algún artículo que
los trata más a fondo, como ocurre con el cine. Tampoco he entrado
en el género de terror o en la fantasía, pues considero que merecen
artículos que los traten de forma individualizada (aunque en el
caso de la fantasía ya hay uno sobre la fantasía
épica).
Para empezar habría que preguntarse qué es la
ciencia ficción. ¡Ni pensarlo! Eso daría tema para un libro entero.
Simplemente tomaremos una definición utilitaria -la de Norman Spinrad-
y diremos que "ciencia ficción es todo aquello que los editores
publican bajo el sello de ciencia ficción". Me atrevería a añadir
que "y los lectores de ciencia ficción consideran como tal".
La coletilla es más inclusiva que exclusiva, pues rara es la obra
publicada como ciencia ficción que no lo sea realmente. Este género
no goza del mismo crédito ni consideración que otros y, en algunos
países como el nuestro, se ha considerado como algo de segunda durante
décadas. Así pues, cuando un editor corre la aventura de publicar
algo como ciencia ficción es casi seguro que lo sea. El añadido
es sólo para aquellas obras publicadas como ficción o especulación
y que los lectores hemos considerado dentro del género (slip
stream).
Lo primero que sorprende cuando uno abre las
puertas del reino de la ciencia ficción y atraviesa su umbral es
la multitud de autores y temáticas que contiene. Lejos de otros
géneros literarios, mucho más unitarios y fácilmente definibles,
el nuestro es un mundo diverso y poco dado a las clasificaciones.
Aún así, algo hay que hacer, aunque tan sólo sea para dar trabajo
a todos los amantes de las discusiones que debatirán hasta la muerte
acerca de si tal o cual autor es hard o soft, si determinada
obra es una distopía o bien una space opera sin mayores pretensiones.
¿Cómo poner orden en este caos? Reconozco que
no es sencillo. Para poder hacerlo debemos remontarnos a los orígenes
de la ciencia ficción moderna a fin de examinar las diversas tendencias
que dieron origen a las múltiples corrientes del género.
LOS ORÍGENES
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Frankenstein o
el moderno Prometeo |
Según Brian Aldiss, la primera obra de ciencia ficción
moderna es Frankenstein, de Mary Shelley, que entronca con
la novela gótica. Pero no será hasta la aparición de los dos padres
precursores -a saber, Julio Verne y H. G. Wells- que la ciencia ficción
comenzó a tomar cuerpo. Verne escribió lo que posteriormente se llamarán
anticipaciones o especulaciones científicas. Wells definió su literatura
como "romances científicos". Estos autores influyeron notablemente
en el género, que ya entonces se estaba prefigurando. En
Europa autores como Olaf Stapledon o George Orwell produjeron ciencia
ficción de gran calidad en formato novela o ensayo filosófico, obras
muy influidas por Wells y de corte filosófico y realista, tales
como 1984 o Hacedor de Estrellas, dos clásicos de
primera magnitud.
En Estados Unidos, la ciencia ficción irrumpió
con fuerza a través de las revistas, muchas de ellas incluso con
soporte de muy mala calidad (los famosos pulps) y orientados
a un público básicamente adolescente. La influencia de los anteriores
escritores, no obstante, era palpable y pocos autores americanos
no tienen como referente el Hacedor de Estrellas de Stapledon
o La máquina del tiempo de H. G. Wells.
La ciencia ficción europea era más social o filosófica,
quizá influida por el tormentoso curso de los acontecimientos de
la Vieja Europa (el fin del Imperio Británico, las dos Guerras Mundiales,
el triunfo y posterior derrota de los absolutismos, la Revolución
Rusa, el turbulento período de entreguerras). Todo esto tenía que
reflejarse de alguna manera y, naturalmente, la literatura europea
anterior a la II Guerra Mundial o inmediatamente posterior tiene
tintes políticos y sociales muy marcados.
En cambio, en Estados Unidos estos problemas
se veían bastante más lejanos. Es cierto que Estados Unidos participó
en ambas Guerras Mundiales (sobre todo en la segunda) y que la Gran
Depresión dejó su huella. Pero era una sociedad menos lastrada en
el pasado y menos afectada que la europea. Y ello también se notó.
La ciencia y la tecnología eran muy respetadas y, tras la obtención
de la bomba atómica, aún lo fueron más. De esta manera, la ciencia
ficción obtuvo una cierta respetabilidad de la que carecía (y carece)
la ciencia ficción europea a nivel social.
El origen de la mayoría de los escritores clásicos
de ciencia ficción americana fueron esas revistas y pulps. La calidad
literaria era escasa, aunque con el paso de los años y una mayor
exigencia de los lectores, los mejores prosperaron y empezaron a
producir novelas, además de seguir publicando relatos o novelas
cortas en las revistas. De esta época son autores tan conocidos
como Isaac Asimov, Robert A. Heinlein, Frederik Pohl, Clifford D.
Simak, Murray Leinster y otros tantos.
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Astounding Science Fiction,
1941 : Los hijos de Matusalén
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Especial influencia tuvo el editor de la revista
Astounding (posteriormente Analog) John W. Campbell,
que alentó y corrigió a muchos de ellos, hasta tal punto que se habla
de la era Campbell (1939-1946), decisiva para el género en Estados
Unidos. Campbell quería que "sus" escritores tocaran temas científicos,
que los personajes fuesen científicos e ingenieros y que hablasen
y actuasen como tales, en contraposición a una época anterior en que
predominaban más bien historias del oeste ambientadas en Marte o en
Venus. ¿Por qué hablo de todo esto? Pues
porque la ciencia ficción ya llevaba en su seno los diferentes subgéneros
que se fueron conformando con el paso de los años y que vino condicionado
por dicha historia. Así pues, si bien el término space opera
es bastante tardío, en los años 30 y 40 ya se habían conformado
las líneas generales de este subgénero de corte aventurero y follestinesco,
aunque posteriormente experimentaría una gran evolución en las formas,
que no en las temáticas.
La ciencia ficción europea influyó (casi diríamos
que dio) subgéneros como la Utopías, las Distopías y una parte de
la cf soft, mientras que la ciencia ficción norteamericana
derivó más hacia la ciencia ficción hard y la space opera,
que pasaremos a continuación a definir.
Antes debemos señalar que en los años 60 ya no
podemos diferenciar claramente entre cf hard y soft
o entre cf americana o europea debido a la aparición de nuevos movimientos
como la New Wave, que serán el pistoletazo de salida de otros
géneros como el surrealismo de Dick o el cyberpunk de Gibson.
LOS SUBGÉNEROS DE LA CIENCIA FICCIÓN
Afortunadamente, hay un cierto consenso sobre
los distintos subgéneros de la cf. Digo afortunadamente porque
no es muy sencillo clasificar a autores y obras tan diversas que
abarcan un período de tiempo superior al siglo y de origen cultural
tan diverso.
Los principales subgéneros son: la ciencia ficción
hard, la ciencia ficción soft, las utopías,
las distopías, las ucronías, la space opera,
el surrealismo y el cyberpunk. Naturalmente es una
clasificación provisional, pues el género está en constante evolución.
Al final del artículo hablaremos de nuevos posibles subgéneros que
están apareciendo ahora y de obras difíciles de clasificar en este
esquema.
Antes de entrar en los diferentes subgéneros
creo que es preciso hacer una aclaración. A veces se dice que tal
o cual escritor es un autor de space opera o de cf hard,
por ejemplo. Esto no es del todo correcto. Si bien es cierto que
algunos escritores se han especializado en un determinado subgénero,
rara vez son encasillables en uno sólo de ellos. Así, Arthur C.
Clarke es un ejemplo clásico de cf hard... pero también lo
es de cf utópica. Isaac Asimov oscila entre el hard y el
soft con facilidad, pasando por el space opera y por
la novela negra ambientada en cf. Incluso un libro en sí mismo no
puede ser catalogado como dentro de un único subgénero. Un ejemplo
típico sería Las estrellas, mi destino, de Alfred Bester,
con importantes dosis de space opera, cf soft e incluso
de distopía.
CIENCIA FICCIÓN HARD (DURA)
Es aquella ciencia ficción en la que predominan
los elementos, temáticas y tramas de carácter científico y en que
se exige el máximo rigor y coherencia de los hechos con las leyes
físicas tal y como son conocidas en el momento actual.
Podríamos decir que se trata de una ciencia ficción
realista o plausible. Es decir: algo que realmente podría suceder
llegada la ocasión. Así, las naves no viajan a velocidades superiores
a las de la luz, la Relatividad existe con todas sus consecuencias,
no hay escudos de energía y la gente no se teletransporta con el
poder de su mente. Y cuando no es así, hay al menos una explicación
plausible.
Se trata de una ciencia ficción especulativa
pero con rigor científico. Los personajes suelen ser científicos,
ingenieros o técnicos y predominan las tramas cerebrales y reflexivas
sobre las aventureras. En la ciencia ficción hard más antigua
los personajes estaban poco definidos y no solían tener demasiada
profundidad psicológica. Actualmente las cosas han cambiado y casi
todos los escritores que cultivan este género cuidan bastante el
lenguaje, estando los personajes mucho mejor perfilados.
Uno de los aspectos de la definición nos fuerza
a realizar una seria reflexión: debemos considerar las leyes del
universo en la manera en que son conocidas en la actualidad. Esto
no obliga necesariamente a suponer que las cosas siempre serán como
son ahora. Hay una cierta corriente dentro de la ciencia ficción
hard que supone que, en algún punto del futuro, la humanidad
se dará cuenta que Einstein estaba equivocado (o parcialmente equivocado)
y será posible viajar de manera cómoda por el tiempo o a velocidades
superiores a las de la luz. El tratamiento de estas obras puede
llegar a ser igual de riguroso que las obras hard más estrictas.
También existen los trucos y los atajos, como
en todas partes. ¿Que no podemos viajar más deprisa que la luz?
Pues nos sacamos de la manga el hiperespacio. Que la cosa no cuela,
pues utilizamos agujeros de gusano y asunto solucionado. En cierta
manera, es la lucha entre la fértil imaginación y la tozuda rigidez
con que el Universo parece actuar...
Incluso en algunas obras se ha especulado acerca
de universos con leyes físicas diferentes de las nuestras. En Las
astronaves de madera, de Bob Shaw, el número pi vale exactamente
3,15, lo que altera notablemente el funcionamiento de las cosas;
y en Materia celeste, de Richard Garfinkle, el mundo es tal
y como lo supuso la ciencia griega: cuatro elementos, los astros
en sus esferas, la Tierra en el centro del Universo...
Los elementos clásicos de la cf hard suelen
ser los viajes espaciales (sean interplanetarios, interestelares
o inter-lo-que-sea), los viajes temporales, los robots, las inteligencias
artificiales, la nanotecnología, la ingeniería genética y otras
nuevas tecnologías.
|
Cronopaisaje |
Hay autores que se han movido casi siempre dentro
de este campo, como Gregory Benford. Un buen ejemplo de su producción
habitual es Cronopaisaje, en donde se aborda el viaje de información
en el tiempo a fin de modificar el pasado de una manera científica
y creíble (aunque no sea del todo congruente con las leyes de la física).
Además se describen los hábitos personales y laborales de los científicos
mientras realizan sus investigaciones, cómo influye su trabajo en
su vida cotidiana, las dificultades para conseguir financiación,...
Otro escritor etiquetado frecuentemente como
hard es Arthur C. Clarke. Un buen ejemplo de ello es Cita
con Rama, en que el protagonista es una nave espacial. Igualmente,
abundan los elementos hard en 2.001: Una Odisea en el
espacio o en Los vientos del sol, donde se describe una
competición entre veleros solares.
Un ejemplo de cf hard que contiene muchos
elementos de space opera es el genial Mundo anillo
de Larry Niven, que especula sobre un gigantesco ingenio similar
a una esfera Dyson alrededor de una estrella, habitado por seres
de lo más peculiar. Tiene dos continuaciones, una recién reeditada
en castellano: Los ingenieros de Mundo anillo. A la misma
altura encontramos Mundos en el abismo, de Juan Miguel Aguilera
y Javier Redal, de gran rigor científico, con un fuerte componente
aventurero y con toda una esfera Dyson de verdad.
En buena parte de las obras hard en que
aparecen viajes espaciales a grandes velocidades se tienen en cuenta
los efectos relativísticos previstos por Einstein (contracciones
temporales). El ejemplo por excelencia es Tau cero, de Poul
Anderson, en que se nos revelan las consecuencias de viajes cercanos
a la velocidad de la luz. Debido a un fallo en su sistema de propulsión
una nave alcanza una velocidad enorme y los efectos son devastadores:
mientras que para sus tripulantes ha transcurrido poco tiempo, el
resto del universo ha llegado casi al final de sus días. En clave
más humorística El mundo al final del tiempo, de Frederik
Pohl, nos cuenta una situación similar: esta vez es el sistema terrestre
el que es propulsado a altas velocidades por una entidad de lo más
pintoresca...
Las condiciones extremas -generalmente debidas
a campos gravitatorios muy intensos- también son aplicables a las
formas de vida. Llevando al límite la especulación, hallamos Misión
de gravedad, de Hal Clement, sobre un mundo en que la gravedad
es enorme y varía de manera radical de un punto a otro; o El
huevo del dragón y su secuela Estrellamoto (serie de
los Cheela), de Robert L. Forward, que especula sobre seres vivos
en una estrella de neutrones. De Larry Niven también tenemos Los
árboles integrales, de temática parecida.
La ingeniería genética y la nanotecnología son
tecnologías más recientes, aunque como temáticas se encontraban
presentes en la cf hard desde hace tiempo. En La paz interminable
se nos muestra la nanofragua, una máquina que ha revolucionado el
mundo y que, usando la nanotecnología, es capaz de obrar milagros.
En El otoño de las estrellas de Miquel Barceló y Pedro Jorge
Romero encontramos una aplicación de lo más interesante gracias
a la nanotecnología: la inmortalidad. También la nanotecnia es tratada
en Presa de Michael Crichton.
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Parque Jurásico |
Pero es la ingeniería genética una de las tecnologías
sobre la que más se ha especulado en la cf, ya sea por la temática
de la clonación o por las nuevas expectativas que abre. Desde los
remotos predecesores (La isla del doctor Moreau, de H. G. Wells)
hasta los más actuales (Y mañana serán clones de John Varley).
Aunque tal vez la obra reciente que más repercusión ha tenido por
haberse llevado al cine y haber trascendido el género sea Parque
Jurásico de Michael Crichton. De igual
manera, la inteligencia artificial y la robótica han sido campos
muy tratados en la ciencia ficción aunque, y esto es curioso, casi
siempre fuera de la cf hard. Los robots se nos presentan
en obras en las que se especula sobre su interacción con los seres
humanos y sobre las normas que regulan su conducta (Yo, robot,
de Isaac Asimov o Los humanoides, de Jack Williamson). Y
otro tanto sucede con las inteligencias artificiales (2.001:
Una odisea en el espacio o la confusa Destino: el vacío,
de Frank Herbert; ninguna de las cuales puede catalogarse de facto
dentro de la cf hard).
La temática de los robots parece más adecuada
para la fabulación con moraleja final que no como leitmotiv de cf
hard, habiéndose desarrollado mucho más satisfactoriamente
dentro del cyberpunk o en la cf soft.
CIENCIA FICCIÓN SOFT (BLANDA)
(Por contraposición a la cf hard, al igual
que en hardware y software)
Es la ciencia ficción en que predominan las
temáticas de carácter sociológico, aquella en que se especula sobre
la evolución de la sociedad y sobre posibles sociedades diferentes
a la nuestra. También es la ciencia ficción que especula sobre cómo
la tecnología afecta o afectará a la sociedad humana.
Podemos ver que es una definición un tanto más
vaga y confusa que la de cf hard. De hecho nadie tiene muy
claro qué es cf soft y parece que a veces hay quien considera
que es todo aquello que no es hard. Esto no es del todo cierto,
pues hay más subgéneros como veremos después.
La cf soft surge en buena medida en los
años 60 raíz de un interesante movimiento literario denominado New
Wave (la nueva ola o New Thing -nueva cosa-, como se
prefiera) y en el que no ahondaré pues ya hay un artículo
que habla de ello. Es tal vez más reflexiva y especulativa en lo
social y menos respetuosa en lo científico que la cf hard.
Ayuda a ello que se centra en ciencias de carácter social como la
psicología, la lingüística o la sociología, así como en materias
como la filosofía y la política. El hombre vuelve a ser el centro
del Universo. También suele ser más interiorista, desarrolla mucho
mejor los personajes y prima menos la aventura (aunque también hay
cf soft aventurera).
Hay quien incluye las utopías y las distopías
dentro de este subgénero y en parte tiene razón. Pero hay un cierto
consenso general acerca de que constituyen subgénero propio y claramente
diferenciado, por tener estas últimas una mayor componente especulativa
y filosófica y por ser una temática muy específica.
Tal vez la cf soft sea la que con mayor
rigor cumple la definición de ciencia ficción dada por Brian W.
Aldiss: "La búsqueda de la definición del hombre y su situación
en el universo apoyándose en el estado de la ciencia en ese momento"
|
Incordie a Jack Barron |
Ejemplos de cf soft son Incordie a Jack
Barron, de Norman Spinrad, en donde se exploran de manera original
y con un lenguaje innovador propio de la New Wave aspectos
como la ética, los medios de comunicación o la prolongación de la
vida; la inolvidable Flores para Algernon, de Daniel Keyes,
que trata el tema de la potenciación artificial de la inteligencia
y sus efectos sociales y personales; La naranja mecánica de
Anthony Burgess, que describe un mundo de bandas callejeras de jóvenes
ultraviolentos. Theodore Sturgeon, prolífico autor de relatos, nos
habla del homo gestalt, una nueva forma de Humanidad, en Más que
humano.
La lingüística ha tenido un trato especial dentro
de la cf soft. Así nos encontramos con Babel-17, de
Samuel R. Delany, un clásico sobre lingüística y ciencia ficción,
tal vez sólo superado por Los lenguajes de Pao, de Jack Vance,
en donde las lenguas se utilizan con finalidades políticas y militares
de una manera sorprendente. También encontramos un uso político
de la lengua en Lengua materna, de Suzette Haden Elgin. Pero
tal vez, el más renombrado de todos sea Empotrados, de Ian
Watson, que parece seguir en parte las ideas de Chomsky sobre el
lenguaje y que está narrado en un estilo muy original (aunque un
tanto confuso) típico en Watson.
Buena parte de los autores aparecidos a raíz
de la New Wave han cultivado sobre todo este género, como
sucede con Norman Spinrad o Thomas M. Disch. Otros anteriores tienen
parte de su producción en este subgénero sin provenir de esta corriente,
como es el caso de Asimov y su conocido ciclo de las Fundaciones
(Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación),
en la que se nos presenta un imperio decadente del que nacerán unas
nuevas estructuras, las Fundaciones, que lo harán renacer en un
período relativamente breve. Una de ellas, es eminentemente psicológica
y mental -la Segunda Fundación- y utiliza la Psicohistoria para
predecir el futuro de manera matemática.
La cf soft ha sido más abierta a la hora
de incorporar temáticas clásicas, como la historia o la mitología.
Dos buenos ejemplos de ello los tenemos en Salomas del espacio,
de R. A. Lafferty, donde se nos narra una versión moderna y algo
cambiada de la Odisea o en Tú, el inmortal, de Roger Zelazny.
|
Rakhat : la última misión
de la Compañía |
Los años 60 y principios de los 70 fueron
especialmente turbulentos en el mundo, tanto desde un punto de vista
político como social. Ello se reflejó en muchas de las obras de esta
época, en que la reflexión política y social iba de la mano de dilemas
éticos. En consonancia, tenemos la magistral El nombre del mundo
es bosque, de Ursula K. LeGuin, que algunos han querido ver como
una especie de guerra de Vietnam en la cf. De temática similar, aunque
con tratamiento muy diferente, en especial por el elemento religioso
que aparece, está Un caso de conciencia de James Blish, o Rakhat:
la última misión de la Compañía de Mary D. Russel. No
obstante, no hay que pensar en la cf soft como un género
extinto o propio de los 60 y 70. La serie de Dune (Frank
Herbert) es un ejemplo magnífico de combinación de space opera
con cf soft: política, religión, filosofía, historia...
Naturalmente, hay híbridos. Un sugerente ejemplo
es la serie de la Cosmología Subjetiva de Greg Egan formada por
Cuarentena, Ciudad permutación y El instante Aleph,
con sólidos elementos de cf hard, de especulación filosófica
e, incluso, novela policíaca. ¿Cómo clasificar estas novelas? Y
no son un caso único. La trilogía de Marte (Marte rojo,
Marte verde y Marte azul), de Kim Stanley Robinson,
no sólo nos explica detalladamente la terraformación del planeta
rojo sino que especula profusamente sobre la sociedad de los colonos
y la política es omnipresente. También hemos mencionado con anterioridad
2.001: Una odisea en el espacio y añadimos 2.010: Odisea
dos, de Arthur C. Clarke, con clásicos elementos de cf hard
(inteligencia artificial, naves espaciales, problemas técnicos dignos
del ingeniero más genial) combinados con especulación filosófica
de primera magnitud (¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde
vamos? ¿estamos solos?), bañado con una cierta aura de misterio
y de utopismo. ¿Difícil, no?
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