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Dune, la casa Harkonnen, de Brian Herbert y Kevin J. Anderson
Editorial Plaza y Janés, colección Éxitos
Narrativa Extranjera, 2002
Formato rústica 16,5x24 cm, 688 páginas
22,5 Euros
Venta por Internet:
PLAZA
Y JANÉS
Ficha del libro
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por Luisa Fernández, Marzo de 2002
La Casa Harkonnen, es un libro desnudo, carente
de significaciones teológicas, no se construyen gobiernos
de complicados sistemas burocráticos, no se funda sobre tramas
tortuosas, ni medita sobre la presciencia y los peligros de vislumbrar
los caminos del futuro.
Es un libro sin pretensiones filosóficas, no te hace meditar
largamente sobre un párrafo en concreto, que relees y relees
hasta encajarlo en un posible significado, no realiza los profundos
estudios humanos, ni trata el misterio de la Abominación,
no hay apenas, voces interiores que se hagan escuchar y que luchen
por un puesto en el presente.
Sin embargo, es un libro fiel, fiel a los personajes,
a la historia que relata y que te hace creer que es sin duda, una
buena explicación de los orígenes de los protagonistas
de Dune. Recoge todos los indicios esparcidos por los volúmenes
de Dune y los une formando la historia de lo que podría haber
sido. Los relatos se suceden de forma corta y entrelazada, formando
el mosaico, la imagen en la que van encajando todas las piezas,
en la que se muestra una vez más el poder Imperial, la vida
fluye de todos los planetas: Dune, Giedi Prime, Caladan, Ix, Wallach
IX, Salusa Secundus, LanKiveil y otros muchos más, en un
intento de encuadrar a cada personaje con el marco que le describe,
el lugar que considera su hogar y en el que transcurre su presente.
Mediante un estilo fluido, que facilita la lectura
y salpicado de todos aquellos términos propios de Dune, transcurren
los mas de cien capítulos, unos se cierran por completo y
parece que ya no necesitan de continuación , aunque después
se retoman y otros crean la intriga que te hace esperar entre la
maraña de historias (no son consecutivas) el desenlace final.
El libro carece de un final definido, y aún podría
albergar más relatos que detallaran el tiempo transcurrido
hasta el libro de Dune. Manteniendo la estructura propia de Frank
Herbert los episodios son relatos cortos, iniciándose con
un breve epígrafe, análogo a todos los libros de Dune,
con lo que pretende ser una corta reflexión sobre un tema
que después se tocará de alguna forma en ese capítulo.
En este libro no sólo se explica la historia
de la Casa Harkonnen, sino también la ocupación de
Ix por los Tleilaxu y el experimento secreto que llevan a cabo en
sus tanques axtlol, con el beneplácito de las tropas Sardaukar
que conlleva el sufrimiento y la rebelión de la población
ixiana; el oscuro nacimiento de Jessica, su adiestramiento Bene
Gesserit y el comienzo de su relación con el Duque Leto Atreides
, así como la relación del Duque Leto con la exiliada
princesa ixiana, tras convertirse en una Casa renegada con la caída
de Ix; también refiere la estancia de ocho años de
Duncan Idaho en la escuela de Ginaz para poder convertirse en maestro
espadachín, al servicio del Duque Leto; la tortuosa vida
de Gurney Halleck en los pozos de esclavos de Giedi Prime y su inmenso
odio por los Harkonnen; los primeros pasos de Liet-Kynes por el
desierto y su formación como futuro planetólogo Imperial,
su educación fremen le lleva a comprender el planeta, incluso
mejor que su padre y su paso por Salusa Secundus le inspira la pasión
por la ecología con la misma intensidad con la que la siente
su mentor.
Todo ello sazonado con la guerra entre los Moritari y Ecaz y por
supuesto la Bene Gesserit y sus manipulaciones genéticas
en la búsqueda continua del Kwisatz Haderach.
Todos los ingredientes están presentes
en el libro, las vidas de unos y otros se entrelazan para dar un
inicio, una posible explicación de los personajes.
En cuanto a la Casa Harkonnen, el relato se amplía,
se hace meticuloso y pinta al Barón Vladimir con los rasgos
propios de su carácter, desvelando el secreto de su horrible
enfermedad que le hace tener que usar los suspensores; la crueldad
y la personalidad sanguinaria de Glossu Rabban, sobrino del Barón,
se hace patente en el escalofriante relato de sus andaduras por
los pozos de esclavos y el trato con su padre Abulurd Harkonnen
y como éste último en su desesperación por
ser un hombre bueno, reniega de su hijo Glossu y de su apellido
Harkonnen y decide, junto con su mujer, concebir a Feyd-Rautha,
el que más tarde se convertiría en el sobrino mimado
del Barón.
El poder, el temor a hacer visibles signos de
debilidad, el carácter vicioso y hedonista y la búsqueda
de beneficios por encima de cualquier tipo de consideración,
son los principales rasgos de la Casa Harkonnen, lo cual le provoca
continuos escarceos y la fabricación de planes tortuosos
contra sus principales enemigos: la Bene Gesserit y por supuesto
el Duque Leto Atreides.
En resumen, aunque falto de connotaciones ideológicas
y del amplio estudio social y humano al que nos tenía acostumbrados
Frank Herbert, el libro sigue perfectamente a todos los protagonistas
dotándoles de cuerpo y alma y proporcionándoles la
justa medida de su personalidad.
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