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Ilustraciones por Rita Vicencio
Poco podía imaginar que una ociosa reflexión durante una
tediosa tarde de verano en el trabajo diera lugar a una reacción
en cadena de ingenio, humor y creatividad. ¿Cómo algunos de nuestros
autores favoritos describirían con su estilo personal un suceso
común en los relatos de ciencia ficción: el descenso de un astronauta
sobre un planeta desconocido? Rápidamente me vinieron a la mente
la precisión científica de un Clarke, la ausencia de florituras
estilísticas de un Asimov o el barroquismo cibernético de un Gibson.
Manos a la obra, ¿en qué lugar mejor que el foro de Cyberdark se
podría compartir esta pequeña broma?
Publiqué el post y esperé la reacción. Y ésta
fue estupenda. Los foreros de Cyberdark, con un despliegue fenomenal
de ingenio y buen humor, no solo aumentaron la nómina de escritores
parodiados sino que ampliaron y mejoraron la idea original, extendiendo
la lista a autores de otros géneros e incluso a no-autores como
la ínclita Ana Rosa Quintana (Ja, Ja,...)
El diccionario de la RAE define la parodia como imitación burlesca. Prefiero
definir lo que sigue como un homenaje festivo a todos esos escritores que nos
entretienen unas veces, nos hacen reflexionar otras y nos muestran ese "sentido
de la maravilla" de la ciencia ficción. Cada uno con su propia voz, con
sus virtudes y, por qué no, con sus limitaciones. Al leerlo esbozaréis una sonrisa
o incluso soltaréis una franca carcajada. Pero bueno, parodiando a Groucho Marx,
¿a quién vais a creer, a mí o a vuestros propios ojos? Comprobadlo vosotros
mismos...
Armonico3
Armonico3
Asimov:
Jhonny descendió de la nave. El termómetro de su traje marcaba cero
grados centígrados: hacía frío.
Clarke:
Jhonny descendió de la nave. El termómetro marcaba 273,16 Kelvin
y, aunque Jhonny sabía que el frío en termodinámica no existe, no
pudo evitar la subjetiva sensación de incomodidad que conllevaba
el bajo grado de agitación molecular de aquella atmósfera.
Gibson:
Jhonny descendió de la nave. Los dígitos del termómetro Sony de
su traje destellaban irididiscentes en la placa Fujitsu de su pecho.
Había pasado mucho tiempo desde que algún tecnosamurai ajustó el
pequeño transductor a la temperatura ambiente de Tokio. Ahora marcaba
cero grados. Hielo.
Card:
Jhonny descendió de la nave. Sintió frío. En la desolada llanura
observó una pequeña plantita que pugnaba por sobrevivir en aquel
clima hostil. Sintió una corriente de empatía hacia el pequeño organismo:
yo te comprendo.
Arturo Pérez Reverte:
Hacia un frío del carajo. Jhonny bajó de la nave, llevaba colgado el Kalasnikov
e iba en dirección al Aaium. Caminaba renegando en español, o en castellano,
o como quieran llamarlo los soplapollas esos que gobernaban antes, o ahora,
el país. El arriba firmante observó a Jhonny, estaba cansado, viejo, quemado
por el sol del desierto, pero en sus ojos brillaba la luz del que ha visto muchas
cosas -que demonios- pensé, y me acerqué. A fin de cuentas, él y mi perro son
mis únicos amigos.
George Orwell:
Jhonny Smith descendió de la decrépita nave con el estomago todavía revuelto
por el guiso de sustitutivo de carne y la ginebra de la Victoria. Le molestaban
las varices y un aire gélido azotó su rostro basto y sin atractivo. ¡Qué frío!,
dobleplusnobueno, pensó dejando escapar aquella estúpida palabra en neolengua.
No importa, no importa el frío se repitió a si mismo. Estoy a salvo. Lejos de
las telepantallas, lejos del rostro grave y escrutador del Gran Hermano que
le observaba detrás de cada esquina, en todas las fachadas.
Lejos
del Ministerio del Amor... pensó con un estremecimiento de su cuerpo
frágil y agotado. Descendió lentamente y miró a lo lejos. Un objeto
cuadrado y enorme se recortaba en el horizonte. Su vista no era
buena y camino hasta el lugar. A medida que se acercaba sus pasos
se fueron haciendo vacilantes y comenzó a sollozar a medida que
reconoció el objeto, un enorme cartel de propaganda como tantos
de los que había visto en Oceanía. En letras grandes y negras decía:
LA GUERRA ES LA PAZ
LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA
Y encima de las letras el rostro monumental, majestuoso y terrible
del Gran Hermano le observaba.
Estoy muerto -dijo Jhonny temblando.
Estas muerto -le respondió un voz detrás de él.
Cayó de rodillas y comenzó a escuchar el ruido de los helicópteros que volaban
encima de su cabeza y el crujir de las botas negras de la Policía del Pensamiento.
maxron
Sturgeon:
Jonnhy bajó de la nave por la puerta lateral, pues pensó que, si hubiera de
encontrarse con una civilización, éste sería el primer mensaje que interpretarían:
su modestia, nadie que fuera a conquistar un planeta renunciaría a bajar por
la escalerilla principal. Miró enderredor, hacía frío, el paisaje, aun algo
desolado, le pareció hermoso. "Este planeta es un hogar", se dijo...
yarhel
Crichton:
Jhonny descendió de la nave preocupado por las lecturas del analizador
biomolecular. Había oxígeno y hacía frío. Vio algo en el suelo y
se agachó, al tiempo que oía un ruidito. Pero ya era demasiado tarde:
el ráptor se lanzó sobre él y lo despellejó con aquella mirada gélida
en sus reptilianos ojos...
Heinlein:
Jhonny W. Smith descendió de SU nave. El termómetro de su traje, recién comprado
en el mercado libre, indicaba cero grados. Hacía frío. ¿Y qué? ¿Acaso un americano
cabal no podía viajar libremente por la galaxia y aterrizar en un planeta en
el que hiciese frío?
Lem:
Jhonny descendió de la nave. Hacía un frío espantoso. Y claro, pisó
algo. Era algo asqueroso. Los humanos no entendían que era imposible
establecer contacto con aliens, pero aún así él tenía que ir planeta
tras planeta pisando excrementos de aliens que posiblemente ni existían.
Jhonny se dio media vuelta, ignorando las pancartas de recepción
de la civilización de mokwatis que le esperaban ansiosos por conocer
al Hombre. La nave despegó. Un mokwati se acercó a ver la huella
dejada por el Hombre en la tarta de bienvenida. Los Hombres eran
incomprensibles.
Tepper:
Joanna descendió de la nave. Hacía frío. En la distancia pudo ver una criatura
espantosa y abominable que se acercaba. Esperó. El termómetro de su traje marcaba
cero grados. La criatura parecía hostil. Levantó su rifle desintegrador. Esperó
más. Ciertamente era una criatura hostil: un hombre. Disparó y la criatura se
esparció por la atmósfera. Nada podría obtener de aquel planeta primitivo y
desolado...
Herbert:
"La paciencia es la madre de la ciencia y la constacia es la madre que
la..."
Princesa Arramangut Corrino Coriolis IX
Jonaz-ibn-nywat descendió de la nave. El termómetro de su destiltraje marcaba
cero grados centígrados: hacía frío. Jonaz recitaba para sí "No temeré
al frío. El frío congela los dedos. El frío conduce a la cristalización final.
Dejaré que me atraviese con un enjambre de mad-di-yats en celo y luego, no habrá
nada: se habrán devorado los unos a los otros". Jonaz contempló el horizonte
desolado y lúgubre que algún día sería un paraíso. -
Sisko
Pohl & Kornbluth:
Jhonny descendió de la nave. Consultó el termómetro de mercurio adosado en
el antebrazo: cero grados, nada que su traje de pana no pudiera aislar. Atravesó
las callejuelas cercanas al espaciopuerto buscando un poco de gasolina en el
mercado negro. Tras deambular durante un rato se dirigió hacia una tienda donde
vendían todo tipo de regalos para turistas. Al ir a entrar se fijó en un busto
con patillas que emitía una extraña luz en sus ojos. Cuando recibió el destello
en sus ojos se dio cuenta demasiado tarde que había sufrido una Asimovización
Límbica. Sin poder evitarlo se dirigió a la estantería más cercana a comprar
toda la obra del buen doctor.
Ziddy
Cela:
¡Coño, qué frío.!
Pratchett:
Johnny bajó de la nave. Hacia un frío que pelaba. Bueno, no literalmente que
pelaba. El frío no venía y te arreglaba el flequillo, y las naranjas no se mondaban
solas. Pero hacía mucho frío. Johnny pensó que mejor se hubiera quedado en Ankh-Morpork.
Naturalmente, no es que se hubiera ido de Ankh, le habían echado, pero tampoco
era tiempo de pararse en menudencias. En realidad, con el frío que hacía, no
convenía pararse nada en absoluto. Y tampoco era exacto que le hubieran echado
de Ankh: Al fin y al cabo le habían dado opciones: "O te vas, o .... "
Meteco
Gila:
In memoriam.
Riiiing, riiiiing.
- Hola, ¿está Jhonny?....Que se ponga.
(Tanto Jhonny, tanto Jhonny, si es sobrino de mi portera Enriqueta...
Ataúlfo se llama. Pero anda que no se da aires de grandeza).
- ¿Jhonny?, oye, que dijiste que te ibas a un planeta frío, que mejor que no
vayas.
¡Ah!, que ya estás ahí. Pues mira, que te tenía que decir que al revisar la
nave, en lugar de anticongelante le puse orujo que tenía en una botella igualita.
Yo creo que no habrá problemas, al menos a mi me hace entrar en calor.
De todas formas, del planeta frío no te vayas al planeta caliente, no sea que
se queme el orujo y tengamos un disgusto.
Hala, Atau... digo Jhonny, hasta luego.
Clic.
Dan Simmons:
Cuando John Keats atravesó el Teleyector sabía que al otro lado
la temperatura era fría, cero grados, no había nada a la vista.
Recordó un poema de Yeats:
"Aúlla de nuevo la tormenta y, semioculta
Bajo el dosel y la colcha de la cuna,
Mi hija duerme. Ningún obstáculo,
Salvo el bosque de Gregory y un cerro desnudo,
Puede frenar el viento del Atlántico,
Cuyo soplo arrasa parvas y tejados;
Una hora he caminado y rezado,
Sumiso en un oscuro abatimiento"
Cerró los ojos, con lágrimas, y al abrirlos frente a él, el Alcaudón.
nasandi
Ana Rosa Quintana:
Jhonny descendió de la nave.
Sintió frío. En la desolada llanura observó una pequeña plantita
que pugnaba por sobrevivir en aquel clima hostil. Sintió una corriente
de empatía hacia el pequeño organismo: yo te comprendo. |
|
Syrup
Ballard:
James Ballard bajó del automóvil. El paisaje de la isla de tránsito, con sus
carreteras cruzándose en extrañas líneas que parecían condensar el tiempo y
el espacio, le hizo pensar en los suburbios de un infierno marciano. Hacía frío;
un viento que venía de la playa cercana le trajo el recuerdo de los días pasados
en el motel, examinando los mensajes subliminales que se manifestaban en el
baile de las dunas y en las formas de esa mujer hermosa pero demente, esa madonna
en cuyos ojos él había visto las claves conceptuales de su propia muerte...
noalaignorancia
Bear:
Al entrar en el planeta a través de la Puerta de la Vía, Johnny
sintió frío. Como divaricato que era no pudo más que resignarse
al hecho y sentirlo en sus carnes, pues los nanoimplantes estaban
prohibidos. ¿Cómo podía haber personas como los Geshels que se empeñaran
en invadirse a sí mismos? A veces era mejor la amnesia, ciertas
cosas era mejor no recordarlas.
Pensando esto su interior se conmovió al pensar en los dulces momentos
pasados al lado de Iva, antes de su conversión a Geshel y su separación
definitiva.
(sigue 10 páginas de soporífero relleno para alargar la novela)
Definitivamente, el frío era un elemento crucial en la compleja
ecología del mundo. Los individuos asociados en comunidades proliferaban
debajo del manto de hielo.
esquelario
Delany:
Johnny, que se buscaba a sí mismo desde el principio de los tiempos e incluso
antes de saberse nacido de vientre humano, bajó de la nave que alguien había
descrito en un antiguo manuscrito escondido bajo la llave del universo con cuidado,
mientras reflexionaba acerca de su papel en el mundo y del otro, el que llenaría
de garabatos al volver a la nave abrazado por el cierzo estelar. Pensó que hacía
frío, y que mayor era el frío que atenazaba su corazón anhelante de otras lenguas
escarpiadas a fuego lento en su espalda. Qué frío hace, pensó en lenguaje igoriano,
y su espíritu amigo le dijo telepáticamente "sí, qué frío". Pero hablaba
en corso, y no le entendió.
Gloria Fuertes:
Juanito
bajó de la nave
¡hay que ver qué frío hacía!
se frotó brazos y piernas
pues creyó que se moría.
Pisó el suelo con un pie
y después el otro colocó
al momento quedó cegado
pues mucho polvo levantó.
A lo lejos vio acercarse
un animal grande y feo,
tenía tan mala pinta
que empezó a rezar un credo.
Ésta es una historia
para los niños escrita
para que corran peligro alguno
quedándose a salvo en casita.
Nuevo Testamento:
Y dijo el Maestro: Hace frío. Y los discípulos se arrebujaron en sus túnicas
y se prepararon a difundir la buena nueva, mientras María Magdalena repartía
bufandas entre los desfavorecidos. Y nevó, y los campos se volvieron blancos.
Y dijo el Maestro: Oh, qué frío. Y la Palabra quedó dicha.
Tyla
Henry Miller:
Johnny salió del burdel. Se ajustó el gabán que le había robado a su amigo
Christian el "follapeces". Sintió escalofríos. No sabía si por culpa
del viento nocturno, o porque tal vez la puta Françoise le había vuelto a pegar
alguna mierda venérea. Las campanadas de la iglesia de la Rue De Gard dieron
las tres. Tenía sed, y se dirigió a un antro de la esquina siguiente, esperando
poder conseguir que el capullo de Jacques, el camarero, le invitase a whisky
otra vez más. Pero antes vació la vejiga en una planta roñosa que había en la
acera.
Miracle Worker
Kurt Vonnegut:
Jhonny bajó a trompicones del trasto que le había llevado hasta allí. El frío
era aún más fuerte que sus irresistibles ganas de mandar todo a tomar por culo.
Miró a su alrededor, y lo que vio le pareció un paisaje extraterrestre sacado
de una novela de Kilgore Trout. Sin embargo pronto recordó que se trataba simplemente
de un solar donde iban a construir un aparcamiento y un apestoso centro comercial.
Antes había habido allí un parque encantador. Así eran los Estados Unidos de
América.
cloudXXI
Joe Haldeman:
El Almirante general Johnny abrió la compuerta de la nave. Súbitamente una
ráfaga de viento helado azotó su rostro. Instintivamente recordó a Tatiana,
la chica más fría con la que jamás había echo el amor. ¡Qué diferencia con Adella!,
aquella bella brasileña todo ardor. Sin embargo nada comparable a Ursula, la
exhuberante alemana que había conocido hace, uff, 258 años.
El paisaje era desolador, pero en vista de cómo iban las cosas por la Tierra
la última vez que la visito, seguramente la zoofilia sería la práctica sexual
más habitual en estos momentos, así que decidió quedarse.
Se bajó la cremallera de los pantalones y comenzó a recordar tiempos mejores.
Kubrick desde el cielo:
Anda me han pasado un guión de Clarke para hacer una película, vamos a echarle
un vistazo:
Jhonny descendió de la nave.
El termómetro marcaba 273,16 Kelvins y aunque Jhonny sabía que el
frío en termodinámica no existe no pudo evitar la subjetiva sensación
de incomodidad que conllevaba el bajo grado de agitación molecular
de aquella atmósfera |
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Umh, interesante, vamos por partes:
Escena 1
Jhonny descendió de la nave.
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Mucho sir, mucho sir, pero el tí no se mata demasiado.
Vamos a ver: primer plano de Johnny de 2 minutos, plano general de la nave
de otros dos minutos, pasamos a cámara lenta, Johnny descendiendo de la nave,
banda sonora, please: ta tan, ta tan, ta tan, bum, bum, bum, bum. 10 minutos
después llega al suelo.
(Creo que le estoy dando excesivo ritmo al film)
. El termómetro marcaba 273,16
Kelvins |
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Johnny mira su reloj, primer plano del reloj diciendo:
-Johnny, la temperatura ambiente es de 273.16 Kelvins
¡Alto la cámara! Céntrate en el reloj unos momentos, digamos.... 5 minutos
¡Dios, qué ritmo!
y aunque Jhonny sabía que el
frío en termodinámica no existe no pudo evitar la subjetiva sensación
de incomodidad que conllevaba el bajo grado de agitación molecular
de aquella atmósfera. |
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Este es mi punto fuerte, explicar de manera clara al espectador los sentimientos
de los personajes, vamos allá:
Primer plano de Johnny, rayos de luz en distorsión durante 3 minutos, un plano
de un tirolés e 3 metros con un pato en la mano, el pato comienza a tiritar
de frío, sonrisa del tirolés. Ahora Johnny se ha convertido en una estatua de
marmol, el tirolés lo abraza, ambos se funden en un haz de luces infrarrojas....
¡por favor, otro whisky!, me estoy quedando sin ideas.
¡Y luego dirán que mis películas no se entienden! ¡Paletos!
RAGNAR
Versión Windows:
Johnny aprieta Crtl-Atl-Supr, y la compuerta de la nave se abre. Cuando está
medio abierta, el sistema se cuelga. Reinicia y aparece otra vez en la Tierra
porque no guardó el viaje espacial. Pero no le dejan acceder a la nave, no encuentra
su casa por ninguna parte y además está sordo y no se siente las orejas. Claro,
la tarjeta de sonido se ha desconfigurado y el sistema no encuentra la unidad
C. Nada, reinstala un par de cosillas y empieza a recobrar sensibilidad y audición,
al tiempo que las llaves del piso reaparecen en su bolsillo. Cuando tira a abrir
la puerta de su casa, ve un cartel de su casero que le indica que la versión
de prueba del inmueble ha caducado, que si quiere volver a entrar ha de registrarla.
Johnny ya no sabe qué carajos hacer. Decide volver al espaciopuerto,
para embarcarse en su nave privada y largarse a la dimensión Linux.
O, en su defecto, al planeta Mel-Mac. Pero, de repente, nada más
darle al contacto del coche, el cielo se vuelve de un azul que daña
a la vista y pone, en letras grandes, que ha ocurrido una excepción
grave en el carburador. Pulsar Esc. para cancelar o Intro para esperar.
John saca la pistola de la guantera y se pega un tiro.
Por motivos de espacio hemos tenido que seleccionar las que consideramos mejores
participaciones. Para leer el post completo sólo tenéis que hacer clic en el
siguiente link.
http://foros.cyberdark.net/nforos2.php3?cod=3&mens=269247
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