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por Iván Olmedo
Rodolfo Martínez (Candás, 1965) es, sin duda, uno de los
escritores de género fantástico más apreciado y activo de nuestro panorama nacional.
Autor de un clásico reconocido y casi fundacional como La sonrisa del gato,
ganador de numerosos premios Ignotus -y otros de los que se da cuenta a lo largo de
esta entrevista-, omnipresente figura protagonista de la vida cienciaficcionera en
España y habitual de las convenciones que se han ido repartiendo por esta piel de toro
(él mismo se considera un friki, lo que comenta sin tapujos y dice mucho de su
calidad personal), experto en cómics, miembro fundador de la tertulia de Gijón...
creador de todo un universo literario, nada menos...
Todo esto -y algunas otras cosas que leeremos a continuación-
es Rodolfo Martínez, Rudy para casi todo el mundo; un tipo simpático, de buena
conversación y comunicativo donde los haya; un veterano ya en las lides novelísticas;
un nombre de presencia imprescindible en este De Pata Negra. Y un autor que,
seguramente, esté entrando en una nueva etapa de esplendor creativo y al que, esperemos,
se le vean definitivamente reconocidos sus méritos con la próxima salida de nuevas obras
y la recuperación paulatina de antiguos textos que merecen mayor difusión.
En el -como suele decirse- marco incomparable de una
ignota y agreste playa asturiana, arropados por las robustas paredes de una cueva y al
amparo de una hoguera que se mantuvo viva durante horas, se realizó esta entrevista,
totalmente alejados de imperios galácticos, redes de datos y conspiraciones robóticas.
La Tierra, en uso de su derecho milenario, nos reclamó a su seno durante unos
privilegiados instantes. Y esta es la charla que surgió...
Iván Olmedo
Vamos a empezar fuerte, si me lo permites... Cuando hablamos
de Rodolfo Martínez, surge inmediatamente otro nombre, el de Drímar. Sé que es un poco
atrevido como primera pregunta pero, ¿qué es Drímar?
En realidad es bastante sencillo; allá por los dieciséis años,
descubrí a García Márquez y enseguida me sentí fascinado por su universo de Macondo,
una suerte de universo ficticio que él había creado para desarrollar sus historias.
Como uno empieza imitando lo que le gusta, enseguida me apeteció hacer algo parecido.
Y de ahí surgió Drímar. Como en un principio iba a ser un lugar muy onírico, más
tendente a la fantasía que a la ciencia ficción, lo que hice fue tomar el término
inglés "dream" (sueño), castellanicé su grafía y le añadí la terminación "ar". Lo que
pasa es que estas cosas nunca acaban como empiezan, y de un lugar fantasmal y onírico,
Drímar fue derivando hacia un escenario de ciencia ficción.
La primera etapa de Drímar (después de lo que podríamos llamar
una pre-etapa onírica e influida por el realismo mágico latinoamericano) es la época del
Interregno. Partía de la base de que en el año 92 toda la civilización se había ido a
freír espárragos y de ahí surgieron historias un poco estilo Mad Max. Como he dicho,
la cosa fue evolucionando, imaginé nuevos relatos en los que la sociedad se reconstruía,
se iniciaba una expansión galáctica y, con el tiempo, lo que fui construyendo casi sin
querer (una relato aquí, una novela allá, pequeñas historias que iban ampliando poco a
poco el universo) me servía casi para escribir cualquier historia de ciencia ficción que
quisiese.
Con cada nuevo relato que escribía iba ampliando la cronología
(que podéis encontrar, casi completa en
http://www.drimar.com/rudy/drimar/drimar.html)
hasta que me encontré con la historia de un universo ficticio que abarcaba casi
10.000 años entre una cosa y otra. Como siempre he sido un vago rematado, eso me venía
de perlas: con cada nueva novela que escribía no tenía que partir de cero y amueblar
por completo el universo: ya tenía creado el escenario, sólo era cuestión de ver en qué
parte de él encajaba mejor la historia que tenía en mente y, si era necesario, ampliarla
o retocarla.
Y Drímar, ¿surge de la necesidad de crear un gran escenario
propio desde un principio (a la manera de los clásicos del género), o se trata de un
universo inventado sobre la marcha?
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La sonrisa del gato |
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No, como te he contado, todo sucedió sobre la marcha, de un
modo muy improvisado. Vamos, ya digo que originalmente ni siquiera era un escenario de
ciencia ficción, sino una cosa medio en plan realismo mágico, más orientado a la
fantasía que a la ciencia ficción. No hubo nada premeditado en su desarrollo,
simplemente Drímar fue creciendo casi por sí mismo y cuando empecé a escribir los
primeros relatos en plan Mad Max me dije: "pues los ambiento también en Drímar", y vi
que sí, en efecto, que podía funcionar.
A partir de ese momento me lo tomé con un poco más de
tranquilidad y empecé a trazar las líneas generales de la cronología, muy detallada en
los primeros años, bastante más imprecisa a medida que pasaba el tiempo, llena de
huecos, que iba rellenando a medida que escribía nuevos relatos. Ahora tengo una
cronología bastante clara que abarca desde el colapso de la civilización, que habría
pasado en teoría en 1992, hasta no sé cuantos miles de años en el futuro. Calculo que,
aproximadamente, unos dos mil años después de La sonrisa del gato.
Es de suponer que el ciclo creativo no está agotado y
continuarás explorando Drímar en futuros trabajos, ¿no?
Pues sí... pero al mismo tiempo no. Me explico. Por un lado
muchas de las cosas que se me ocurren de ciencia ficción últimamente son difícilmente
encuadrables en Drímar. Especialmente la novela que he terminado este año, que es una
historia de futuro cercano con abundantes elementos cyberpunk, no tiene nada que
ver con Drímar. Sin embargo sí que tengo abierto un ciclo que quiero completar, un
ciclo que se iniciaría con Tierra de Nadie: Jormungand. Tengo escrito el segundo
libro, una historia que, por una parte engloba Los celos de Dios,
La sonrisa del gato y Un jinete solitario, que son los relatos de
extensión media desarrollados en Drímar que más relación tienen entre sí, y al mismo
tiempo continúa la acción de Tierra de Nadie: Jormungand. Eso constituiría el
segundo libro de una probable trilogía y quedaría un tercer libro que todavía no he
escrito, evidentemente, y que creo cerraría el ciclo de Drímar completamente. Repito lo
de "creo", porque nunca sabes lo que puede pasar, pero mi idea es cerrar el ciclo con
ese tercer libro y no volver a Drímar.
¿No crees que eso para un autor que está tan metido en el
universo que ha creado puede ser un poco difícil de decir ahora mismo, además un autor
joven, decir: "no voy a volver nunca más sobre eso"?
Hombre, por eso te digo que nunca sabes qué es lo que va a
pasar. No sé, el día de mañana digo: "¡coño!, pues se me acaba de ocurrir una idea
cojonuda", pues yo que sé... sobre los primeros años de Drímar, una época sobre la que
he escrito muy poco y publicado prácticamente nada. De hecho, lo que en su momento
escribí ambientado en esa época es muy antiguo y la verdad es que prácticamente no
puedo usarlo. Y sí, si mañana se me ocurre una historia sobre el Solitario, que es una
figura histórica que me inventé hace tiempo...
¿El jinete solitario...?
...No, no, no tiene nada que ver. Sucede durante los primeros
años de la cronología, poco después del desastre que acaba con la civilización. Drímar
como ciudad es, en realidad, Gijón, y como región, sin la menor duda, Asturias. Pocos
años después de los llamados Desórdenes, en esa ciudad aparece un individuo (una
especie de pistolero) que con el tiempo será el responsable de que la civilización
empiece a reconstruirse. Digamos que reúne una banda a su alrededor e intenta construir
una especie de plaza fuerte en la ciudad de Drímar: el llamado El Feudo, que con el
tiempo deriva en una ciudad-estado y, más tarde, en un imperio que abarca España y
buena parte de Europa. Esa figura es el Solitario, un personaje que parece directamente
salido de un western y sobre él llegué a escribir una novela hacia el año
1986 u 87, que permanece inédita y espero que siga así por los siglos de los siglos.
Es posible que el día de mañana, en algún momento, me apetezca volver sobre ese
personaje y escribir algo acerca de él. Salvo esa posibilidad, no creo que vuelva a
escribir nada sobre Drímar, porque como he dicho, mi idea es cerrarlo con ese ciclo de
tres libros que te comentaba antes. Claro que, como decía Lennon: "la vida es aquello
que te pasa mientras haces otros planes", así que nunca se sabe.
Aparte de este vasto escenario ya comentado, otras obras
tuyas discurren por diferentes derroteros: una aventura apócrifa de
Sherlock Holmes...
Prefiero el término no canónica...
Bien, perfecto... un psicothriller con ribetes
sobrenaturales, frecuentes incursiones en la fantasía... ¿te consideras un escritor de
ciencia ficción, o crees en la necesidad de tocar todos los palos?
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El alfabeto del carpintero |
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Vamos a ver... lo primero, me veo a mí mismo como un escritor
de género, o quizá debería decir "de géneros". La literatura que de verdad me atrae,
como lector y como escritor, es literatura de género, no, para entendernos "alta
literatura". De hecho, la literatura "seria" que me interesa es aquella que es también
literatura de género o se ha acercado a un género para jugar con él o ha intentado
trascenderlo. Me gusta escribir cienciaficción, fantasía, novela policíaca, me gustaría
escribir un western algún día (es un género que me encanta: las películas de
John Ford, Howard Hawks, incluso los de Sergio Leone, muchas novelas de Zane Grey), y
algún día me gustaría escribir una novela de vaqueros, así sin más.
Digamos que el género que de verdad me gusta y donde de verdad
me lo paso bien escribiendo (y sin embargo es el género que más esfuerzo me cuesta) es
la ciencia ficción. Donde de verdad me siento cómodo y digo: "¡Coño!, sí, estoy
haciendo en realidad lo que quiero y al cuerno con cualquier otra consideración", es
cuando escribo ciencia ficción.
También me gusta (y he escrito) novela policíaca, tanto la
novela clásica tipo Conan Doyle, Agatha Christie, como la novela negra estilo Raymond
Chandler. Y, evidentemente, la fantasía, un cierto tipo de fantasía alejada de
escenarios pseudomedievales: una fantasía que se desarrolle aquí, ahora, en la ciudad
moderna y a plena luz del día, un poco en la línea de lo que han hecho Alan Moore o
Neil Gaiman en el cómic, o Clive Barker y Jeff Noon en literatura.
Y sobre todo, de lo que soy un partidario desde siempre, es de
lo que Taibo llama el mestizaje, quiero decir, mezclarlo todo; escribir una novela que
tenga elementos policíacos, sea ciencia ficción y al mismo tiempo tenga ciertos ribetes
fantásticos, sin ningún problema. La mezcla de géneros es algo que me encanta desde que
tengo memoria. Vamos, como decía William Gibson: entrar en la cultura como en un
supermercado, con tu carrito, e ir cogiendo aquello que te gusta de aquí y de allá, sin
complejo alguno y sin preocuparte por lo que pueda pasar.
Hay algo que heredé de Asimov, que fue mi primer
amor literario. Trate de lo que trate la novela, la estructura es
la de un thriller, siempre hay un pequeño misterio que intento
-a veces lo consigo y a veces no- que el lector no desvele hasta
el final. Aunque no sea estrictamente una novela policíaca casi
toda narración larga que escribo tiene cierto componente de misterio.
Siguiendo con esto, ¿cuáles de tus novelas pueden
considerarse exclusivamente cf?
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Tierra de nadie |
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Hombre, evidentemente, Tierra de Nadie: Jormungand y
La sonrisa del gato, si nos ceñimos sólo a novelas. Dentro de las novelas cortas
tenemos narraciones como Los celos de Dios o Un jinete solitario.
De mis otras novelas, El abismo te devuelve la mirada
es lo que comentabas antes, un thriller con elementos fantásticos.
La sabiduría de los muertos, que va a ser reeditada el próximo año en Bibliópolis
Fantástica, por cierto, es una novela de Sherlock Holmes, donde también hay un cierto
elemento que podemos considerar fantástico... Y con las novelas creo que más o menos
hemos terminado. Tengo publicadas esas cuatro.
Bueno, esto es una curiosidad mía... ¿recuerdas cuál fue
tu primer texto publicado y en dónde?
Pues mira: yo creía que sí y no hace mucho descubrí que no.
Yo siempre consideré mi primer texto publicado un cuento que se llamaba
El chico de la moto es el Rey, frase tomada de una película de Francis Ford
Coppola llamada La ley de la calle. Fue una película que en su momento me marcó
mucho y, de hecho, el cuento es una especie de homenaje a la película en clave de
ciencia ficción y que se publicó en el año 87, creo recordar, en un fanzine que
se llamaba Máser editado por Juan José Parera.
Yo siempre había considerado esa mi primera publicación y
resulta que varios años después entré en una web que se llama
Terminus Trantor, una base de datos de ciencia
ficción. Como escritor soy muy egocéntrico (nunca he tenido muy claro si soy egocéntrico
porque soy escritor o soy escritor porque soy egocéntrico, pero sin duda cierta relación
existe) y lo primero que hago en estos casos es buscar mi nombre a ver qué datos hay de
mí.
Así que entro en Terminus Trantor y me encuentro con que
aparecen publicaciones que yo no recordaba. Un relato (que sí recuerdo haber escrito
pero no haber publicado) llamado Los únicos seres vivos y que aparece en un
fanzine canario llamado Black Hole. Lo curioso es que sí me acuerdo del
fanzine, me acuerdo de haberme carteado con el editor, pero no recuerdo haberle
enviado ese cuento. Pero vamos, si Juan José Parera los tiene ahí anotados es porque
evidentemente se publicaron. Esa publicación debe ser del año 85/86, una cosa así.
Y aunque sea una pregunta tópica, es casi obligada...
¿de qué trabajo tuyo te sientes más satisfecho, con la perspectiva que da
el tiempo?
Hombre, si nos centramos en los trabajos publicados yo diría
la novela corta Un jinete solitario, que creo que de lo que he publicado de
ciencia ficción es la narración más lograda.
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Antología de la cf española |
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Por una parte es quizá lo más personal que he escrito: tiene
muchos elementos autobiográficos, y por otra parte yo creo que es la que más redonda
me salió en el sentido de que conjugué muy bien una historia que es ciencia ficción
(quiero decir, que los elementos de ciencia ficción son necesarios para que la historia
funcione, no son puro decorado, sino parte importante de la trama) y al mismo tiempo
es un relato de espionaje a lo Le Carré, uno de mis autores favoritos. Creo que, de
todas mis narraciones, es donde mejor y con más acierto he sabido conjugar elementos
dispares. Si a eso unimos toda la carga autobiográfica (codificada, por supuesto: yo sé
cómo y de qué manera he puesto partes de mi vida y mi historia personal o de mi
carácter en algunos personajes pero el lector no tiene por qué saberlo y probablemente
no le importe), pues posiblemente sea el relato o la historia de la que estoy más
satisfecho.
Como eres prácticamente un todoterreno y escribes en
cualquier extensión, personalmente ¿prefieres el relato o la novela, como área de
trabajo?
La novela. O en todo caso la novela corta o relato largo,
que ésa es una frontera muy imprecisa. La verdad es que me cuesta mucho escribir
relatos cortos. Me parece además un género muy difícil. Porque para mí novela y cuento
son dos géneros totalmente distintos, no se trata de que uno tenga pocas páginas y el
otro muchas, es algo completamente distinto. Y la forma en que te lo planteas a la hora
de escribir uno o la otra es completamente diferente. Escribir un buen cuento es muy
difícil y la verdad es que cada vez escribo menos. Los pocos que terminan saliendo de
mis manos creo que van estando cada vez más conseguidos (aunque eso lo tienen que decir
los lectores, evidentemente), pero así como en la novela me siento seguro del terreno
que piso y lo recorro con bastante confianza, en el relato me siento aún muy inseguro.
Y, desde luego, donde de verdad me siento a gusto, cómodo, es en la novela.
¿Y ahí no vas un poco contracorriente? Porque normalmente
aunque el relato es un género muy difícil siempre resulta más complicado para un autor
escribir una novela simplemente porque son muchas más páginas, hay que hacer una
planificación mayor, etc...
Pues no sé si voy a contracorriente. Desde luego para un autor
que empieza, es mucho más fácil publicar un cuento que una novela porque hay revistas,
fanzines, incluso internet, sitios donde publicar un texto corto es relativamente
fácil, pero conseguir colocar una novela.... Tenemos pocos editores en este país y es
difícil hacerte un hueco...
En cualquier caso, lo cierto es que yo en realidad tardé mucho
en plantearme escribir cuentos. Cuando empecé a escribir, muy joven, tendría unos 12
años, ya empecé con la idea de escribir novelas. Claro, lo que salía de mis manos,
aunque yo lo seguía llamando novelas, eran en realidad resúmenes de novelas, porque a
lo mejor eran 50 páginas, pero eran 50 páginas con sus partes, sus capítulos, con la
estructura de una novela. Esqueletos de novelas, para entendernos, o como las llamaba
Isaac Asimov "novelas deshidratadas": me faltaba añadirles todo el agua necesaria para
que fueran verdaderas novelas, pero nacían con la intención de ser eso, no cuentos.
Pasaron varios años (durante los que leía relatos cortos, por supuesto) hasta que un
día se me ocurrió decir: "¿y por qué no escribo un cuento?"
Así que esa dificultad que comentas creo que nunca la vi.
Supongo que en buena medida por inconsciencia: cuando eres tan joven las dificultades
no las ves, de hecho si las vieses pararías y dirías: "¡Eh, quieto, que estás haciendo!".
Desde el principio quise escribir novelas y es lo que de verdad me gusta.
Tu obra ha sido, en general, publicada de forma un tanto
caótica: pequeñísimas editoriales, tiradas cortas, fanediciones... esto hace que sea un
poco complicado seguirte la pista, teniendo en cuenta además que eres un autor
prolífico. ¿Veremos prontamente y de forma ya regular tus libros puestos en la calle
por grandes editoriales y con tiradas importantes, como en los casos de
Tierra de Nadie: Jormungand o La sonrisa del gato?
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La sabiduría de los muertos |
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Espero que sí. Antes te hablaba de
La sabiduría de los muertos, que es la novela con la que gané el premio Asturias
en el 95. En su momento se hizo una tirada muy pequeña, de 500 ejemplares, y la mayoría
de ellos ni siquiera se llegaron a distribuir. Muchos de ellos estoy seguro de que están
en los sótanos de la Consejería de Cultura del Principado muertos de risa. Es una
novela que se va a reeditar el año que viene en Bibliópolis Fantástica. Yo creo que ahí
va a tener una mayor difusión, desde luego más de la que tuvo en su momento. Y de los
tres libros que terminé este año hay uno comprometido, bastante en firme, con Gigamesh,
aunque aún no hay una fecha de salida concretada.
Eso es lo que tendríamos gran interés en saber... ¿puedes
comentarnos algo más sobre tus próximos trabajos y dónde verán la luz?
En cuanto adónde y cuándo verán la luz, salvo que Bibliópolis
vaya a la quiebra (que esperemos que no, porque además me parece que
Luis está haciendo un
trabajo estupendo con la colección y que se merece tener suerte) puedo comentar que la
reedición de La sabiduría de los muertos aparecerá a principios del verano del
2004.
La novela que te comentaba destinada a Gigamesh, de la que he
terminado parte del proceso de revisión, aún falta que Alejo la vuelva a leer, vea si
le parece aceptable o si todavía hay que pensar algunas cosas más. Cuento con la palabra
de Alejo en el sentido de que sí, de que le interesa, la va a publicar, pero todavía no
tengo una fecha concreta, depende mucho de los planes que Alejo tenga para la editorial.
Puede ser el año siguiente o podría ser el 2005. Eso no te lo sabría decir.
Y finalmente, el libro que te comentaba antes, que es una
novela y al mismo tiempo es un fix up. En cierto modo es una continuación de
Tierra de Nadie: Jormungand, y al mismo tiempo reúne La sonrisa del gato,
Los celos de Dios y Un jinete solitario. Hay un par de editores que están
interesados en él, pero como está todo en el aire, prefiero no comentar nada del asunto,
por superstición, si lo quieres llamar así.
¿Por cierto, que Los Celos de Dios, que a mí fue una
novela que me gustó mucho, y otras novelas tuyas de escasa difusión, no sería posible
que las publicaras en una de estas editoriales pequeñas, que ahora vienen pisando
fuerte, tipo PulpEdiciones y su colección Gotas, donde tenemos a León Arsenal, Javier
Negrete...?
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Los celos de Dios |
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Sí, lo veo factible y al mismo tiempo no. En el sentido de
que volver a publicarlo en ese mismo ambiente, con pequeños editores semiprofesionales
y tiradas que cubran solamente al fandom, sería quedarme donde estoy o dar un
paso atrás. Mi idea es intentar dar un paso adelante, es decir, ahora mismo
Los celos de Dios está integrado en un libro mayor y mi idea es probar con un
editor mayor. De los dos que están interesados espero que al menos uno se acabe
llevando el gato al agua.
Y hablando de Internet, mantienes tu propia web personal,
con bastante tenacidad. En los últimos tiempos ha habido incluso frecuentes polémicas
respecto al hipotético antagonismo de lo electrónico y el papel de toda la vida como
soportes literarios. No me resisto a preguntarte tu opinión sobre cómo ves tú este
panorama...
La web me temo que la tengo un poco abandonada últimamente...
En cuanto a mi opinión sobre Internet... Reconozco que tengo un prejuicio a favor del
papel aunque al mismo tiempo soy consciente de que no es otra cosa que un prejuicio.
Sé que si hubiese nacido diez años más tarde o quince, no pensaría igual, ni vería las
cosas del mismo modo. Estaría acostumbrado a lo electrónico. O habría nacido con un
ordenador en las manos como pasa prácticamente ahora y posiblemente no vería una
diferencia tan grande.
Así que lo que creo es que estamos en un momento de transición
y como pasa en todos los momentos de transición la gente que está acostumbrada a lo
anterior, aunque utilice las nuevas herramientas, sigue teniendo una cierta
predisposición hacia las antiguas. Me temo que ese es mi caso. Quiero decir que me
muevo por internet, tengo una página, entro en algún foro, estoy suscrito a alguna
lista de correo y todo eso... pero pese a todo sigo considerando que un texto mío no
está publicado hasta que está en papel. Sé que es un prejuicio pero al mismo tiempo es
algo de lo que no puedo librarme. En el futuro, estoy convencido de que en un plazo, y
a lo mejor estoy siendo conservador, de 50 años, el libro de papel no es que vaya a
desaparecer por completo, pero será una curiosidad para coleccionistas. Será sustituido
por el libro electrónico, el libro digital, un nuevo formato totalmente basado en la
informática, eso está claro, es a lo que vamos. Nos puede gustar más o menos... Está el
fetichismo de tener el libro en tus manos, pasar las páginas y esas cosas, pero el
libro impreso en papel tiene los días contados.
Recuerdo hace unos años una entrevista con Spielberg en que se
le preguntaba por el vídeo y decía que no le gustaba, que la sensación de que una
película que había estado año y pico planificando, rodando, pudiera caberle
prácticamente en la palma de su mano era como minimizar su creación, como si no
terminara de sentirla real en una cinta de vídeo y necesitara las bobinas del
celuloide con su presencia, su peso, su consistencia para sentirla "real".Yo creo que
van un poco por ahí los tiros. En cualquier etapa de transición, la generación que
está justo en medio, que se educó con el método antiguo, pero ya está viviendo el
método nuevo, no puede evitar sentir prejuicios a favor del antiguo, porque es lo que
ha mamado. En ese aspecto por ejemplo, recuerdo lo que le pasaba a mi abuela con el
aparato de vídeo, ella me decía: "no, no, tú explícame como meter la cinta y como darle
al play para que se vea, yo no quiero saber nada de grabar ni de programar, porque eso
ya me sobrepasa". Entonces yo creo que a mi generación le pasa algo parecido: sí,
aceptamos algunas cosas de internet, pero hay otras cosas que nos sobrepasan o que las
vemos como inútiles, o es que simplemente no las comprendemos.
Y dejando los soportes a un lado, ¿cómo ves el presente y
el futuro más inmediato del género en cuanto a autores hispanos se refiere, ahora que
hay un pequeño auge?
No es un auge tan pequeño si lo piensas un poco. Recuerdo
cuando empecé a publicar en fanzines, y recuerdo que el motivo por el que empecé a
escribir artículos en lugar de cuentos: resultaba mucho más fácil colocar un artículo
o una reseña de un libro que un relato. Hoy sin embargo tenemos multitud de pequeños
editores tanto de libros como de revistas que están ansiosos por recibir nuevos y buenos
relatos. Tan sólo con Artifex, que saca dos libros al año de relatos de autores
españoles ya hay mucho sitio donde publicar. Y, afortunadamente, Artifex no es un hecho
aislado.
Creo que de unos siete u ocho años a esta parte han empezado a
aparecer muchos autores y la mayoría bastante interesantes. Sin entrar en temas
comerciales, a nivel estrictamente literario, de posibilidades del género, me parece que
estamos viviendo... iba a decir uno de los mejores, pero no, yo creo que posiblemente
el mejor momento de la ciencia ficción española, del género fantástico en España con
diferencia; que eso luego se vaya a traducir comercialmente o no... bueno, ahí habría
mucha tela que cortar, creo que nunca ha habido tantos autores ni tan buenos en activo.
Lo que no significa que estemos en el mejor momento posible de la ciencia ficción en
España, sólo en el mejor hasta la fecha. Aún nos queda mucho camino por recorrer, pero
creo que se va en la dirección correcta.
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