por Hartree, noviembre 2003 |
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[ Canción de Hielo y Fuego ] [ Adelanto
de Choque de Reyes ]
[ Maestro de los sentimientos ] [ El
triunfo de la variedad ]
[ Reseña: Juego de Tronos ] [ Reseña:
Muerte de la Luz ]
Juego de Tronos,
de George R.R. Martin
Título original:
Game of Thrones (1996)
Traducción:
Cristina Macía
Portada:
Corominas
Gigamesh, 2002
El
autor en cyberdark.net
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Como casi cualquier lector de fantasía épica
comencé en el subgénero leyendo los libros de Tolkien y pasando
posteriormente a las novelas "franquicia" publicadas por Timun Mas
(Dragonlance, Reinos Olvidados, etc.), lo cual está muy bien
como iniciación. Pero a medida que uno va entrando en años se empiezan
a buscar obras en las que la calidad narrativa y argumental no encajen con la edad
intelectual de un joven de 15 años, y se da cuenta, con cierta tristeza,
que la mayoría de las editadas en España (y encontrables) no alcanzan
el nivel adecuado para que una persona más adulta pueda interesarse.
Así, tras leer El Señor de los Anillos, tomas conciencia de
que el resto de títulos que hoy en día pululan por las
estanterías de las grandes y pequeñas superficies son calcos en
mayor o menor medida del esquema argumental impuesto por Tolkien, es decir:
Tienen por protagonista a un niño huérfano, granjero, herrero
o pupilo de un vejete que vive en el lugar más apartado de la tierra.
Existe una leyenda ancestral que dice que el mal se levantará de nuevo
en la tierra y que sólo el elegido podrá salvar a la
humanidad
Reaparece un linaje de criaturas aparentemente desaparecidas que dominaban
la tierra antes de que llegara la raza de los hombres para echarlas
El vejete sufre un accidente y el niño se mueve con total libertad por
el mundo, visitando hasta el villorrio más pequeño del mundo que el
autor ha decidido crear. Por el camino se va topando con una serie de personajes
y organizando un grupo para luchar contra el mal. El niño se descubre siendo
el elegido tanto tiempo esperado y, al final, en una batalla apoteósica,
ganan los buenos y se salva el mundo.
Se alarga la historia hasta conseguir al menos tres libros y ya tenemos
una saga de fantasía
De todo esto está plagada la literatura fantástica
de estos días, y casi ninguna novela aporta nada novedoso. Hasta que
llegó George R. R. Martin a terminar con todos estos tópicos y
quizás, para desgracia de los futuros lectores, a poner en la palestra
otros que sin duda serán explotados de la misma manera.
Juego de Tronos es la primera novela de su larga serie
titulada Canción de Hielo y Fuego, todavía en publicación
en EE.UU., y como eso hay que tomarla. Como una novela de presentación de
personajes y con tramas que no se cierran y apenas avanzan, pero que colocarán
los cimientos para maravillarnos con lo que está por venir.
La historia comienza con un prólogo poco estimulante
(te hace pensar que te encuentras con otra novela típica de las que
antes comentaba) con el que parece presentarnos a los malos. Pero a
continuación salta a las tierras del norte gobernadas por la Casa Stark,
protagonistas casi indiscutibles de esta novela, cambiando el registro y
sumergiéndonos con celeridad en su propuesta.
Nos sitúa en los Siete Reinos pocos años
después de una guerra civil que ha terminado con el derrocamiento de la
casa gobernante, la Targaryen, y que ha colocado a un nuevo Rey en el trono, Robert
de la Casa Baretheon. Tras la muerte en extrañas circunstancias de su consejero,
Robert se dirige hacia el norte, a los dominios de su viejo amigo Eddard Stark para
pedirle que reemplace al difunto y se convierta en la nueva Mano del Rey. Al mismo
tiempo, al otro lado del mar, los últimos descendientes de la casa Targaryen
tratan de reunir un ejército que les ayude a recuperar el perdido trono de
los Siete Reinos. Y si no fuese suficiente con eso en El Muro, una inmensa
construcción de hielo inspirada en el Muro de Adriano que protege los reinos
por su extremo norte, la Guardia de la Noche se prepara para enfrentarse a un
terror olvidado que se agazapa más allá de la tierra de los hombres.
Uno de los puntos fuertes de Juego de tronos está
en su estructura. Cada capítulo está centrado en un personaje principal
y se nos cuenta cómo ve los sucesos que se desarrollan a su alrededor, con lo
que nos encontramos a veces, con rabia, que aquello que se nos está presentando
termina bruscamente debido a que el personaje deja de tomar protagonismo en la
acción. Así, vivimos momentos muy emocionantes, como la batalla del
Bosque Susurrante, visto (más bien oído) desde el punto de vista de
Catelyn Stark, que no participa en ella, o con sorpresas mayúsculas cuando
los personajes que creíamos conocer a través de lo que otros recuerdan
no son realmente como se nos ha dicho.
Para aumentar esa sensación de subjetividad, el estilo
de Martin se adecua al personaje a través del cuál se descubren los
hechos. Por ejemplo, cuando leemos los capítulos de Bran, Ayra o
Sansa, que son niños entre 8 y 12 años, el estilo es ligeramente
más infantil que cuando nos encontramos con los centrados en Tyrion o
Catelyn, mucho más oscuros y maduros.
Y si son los protagonistas los que mueven la narración,
éstos tienen que tener fuerza y carisma, hacer sentir al lector odio y
cariño, lograr introducirnos en la historia. Y, la verdad, pocos personajes
principales encontrarás en otros libros que logren despertar estos sentimientos
tan refinadamente como estos. Tenemos al valiente Jon Nieve o a Daenerys
Targaryem, quizás los personajes más tópico de la novela,
en el sentido de personajes heroicos hechos a sí mismos; el siempre honesto
y honorable (llegando a molestar) Eddard Stark; Tyrion Lannister, uno
de mis personajes favoritos, siempre burlón, que despliega un humor negro
hilarante y una agudeza mental increíble cada vez que abre la boca; la
encantadora Sansa que recuerda a la princesa típica de un cuento de
hadas; su opuesta hermana Ayra, siempre metida en líos, que odia
la vida cortesana, y prefiere montar a caballo o pelear.
Además, tiene un grupo de "secundarios" tan
bien desarrollados como los principales. Uso las comillas en secundarios porque
realmente no lo son, resultando tan importantes como los conductores de la historia,
porque muchas veces son sus acciones las que desencadenan los acontecimientos
realmente importantes. Por una vez no son los protagonistas lo que lo hacen todo.
Martin se desenvuelve entre todos ellos con una maestría
admirable, intercalando la acción en la que toman parte y alimentando una
perpetua sensación de suspenso que nos retrotrae a las antiguas novelas por
entregas o a los viejos seriales de televisión, donde al final del
capítulo de la semana teníamos a nuestro héroe atado a una
cadena de montaje y a punto de ser triturado, mientras la conocida palabra
continuará aparecía en la pantalla del televisor. Ese clima
de incertidumbre potencia todavía más su lectura compulsiva
Otro de sus puntos atractivos es que se trata de un libro
duro y oscuro, sin concesiones. En ningún momento se reprime a la hora de
describirnos las situaciones con todo tipo de detalles, por muy morbosas, horrendas
o perturbadoras que puedan llegar a ser. Incestos, viajes a burdeles, violaciones,
situaciones grotescas,... son contadas de una manera cruda que a más de un
lector, quizás no acostumbrado, podría llegar a molestar, pero que
indudablemente contribuyen a proporcionar al mundo que describe mayor viveza.
Finalmente, es necesario dejar claro que estamos ante una
novela en la que, al igual que en El Señor de los Anillos, lo
fantástico se presiente aunque no se vea directamente. La magia, los
dragones y criaturas aún más extrañas existen, pero se nos
muestran en pequeñas dosis. Si no fuera por esto, si sólo
valorásemos una trama plagada de intrigas políticas, traiciones y
luchas por el poder, podríamos llegar a catalogarla como novela
histórica. Incluso es posible encontrar un sorprendente paralelismo entre
los sucesos descritos en esta novela y los hechos reales acaecidos entre 1455 y
1485 en Inglaterra durante el conflicto conocido como La Guerra de las dos
Rosas, aunque también pueden reconocerse ciertas concomitancias con
Dune.
En definitiva, Juego de tronos es una novela
maravillosamente bien escrita que coloca el listón muy alto para el
resto de novelas de la saga, y que con toda seguridad se convertirá en
un clásico de la literatura fantástica moderna. Aunque espero que
Martin no acarree tantos alumnos a sus espaldas como el maestro Tolkien.
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