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Traduciendo el cielo,
de John Crowley
Título original: The Translator
(2.002)
Portada: Bert Hardy, diseño de Enric Iborra
Traducción: Marta Heras
Editorial: Minotauro
(2.003)
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John Crowley
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Pau Martínez Medrano (Blackonion), Marzo 2.004
John Crowley, nacido en 1942, es uno de los mayores escritores
de la narrativa fantástica actual. Ha ganado a lo largo de su trayectoria
dos premios World Fantasy, un Locus, un Mythopoeic y el Imaginaire. En nuestro
país es conocido especialmente por su inconclusa tetralogía sobre
La Historia Secreta del Mundo, formada por Aegypto, Amor y
sueño y Daemonomania, y por su novela Pequeño,
Grande. Como escritor, intenta llevar el género fantástico
al día a día, al estilo de los autores de realismo mágico
sudamericanos y que impregna de magia todas su obras.
Traduciendo el cielo, The Translator, es la
última novela de John Crowley traducida a nuestro idioma y nos narra los
recuerdos de juventud de Christa Malone, Kit, sobre su relación con Innokenti
Isayevich Falin, un poeta ruso exiliado a América. Christa irá
rememorando sucesos de su juventud, haciendo un retrato de la sociedad americana
de los sesenta, encarnando en sí misma un prototipo de mujer de su época.
También recordará su relación con su hermano Ben, enrolado
en la Marina, y los cambios en su relación al llegar a la adolescencia.
Con la llegada a la universidad, y convertida ya en una
joven promesa de la poesía americana, Kit conocerá a Falin y se
convertirá en su alumna. Poco a poco la relación entre ambos se
hará más íntima, y llegará al punto en que Falin
tomará a Kit como traductora y confidente. De Falin obtendremos los
recuerdos de su infancia y juventud en Rusia, estremecedores por su crudeza,
y una serie de poemas, desconocidos en Rusia y aún no traducidos al
inglés, que serán el eje de su relación con Kit.
Ambientada en la época de la guerra fría
y la crisis de los misiles, Traduciendo el cielo refleja parte de esa
época y de la confusión que reinaba al
respecto de lo que iba a pasar y cómo iba el mundo, y es fiel reflejo
de los miedos que atacaban a la sociedad y la juventud del momento. Así,
en el interior de la novela veremos la paranoia anticomunista, el
horror ante la muerte de Kennedy, el miedo a la bomba… Kit, por sus amistades,
estará relacionada con sectores izquierdistas dentro de los estudiantes,
y nos dará una visión de cómo vivían estos
colectivos la época, cómo intentaban luchar por cambiar
el mundo y las dificultades con las que se encontraban.
En una primera lectura, Traduciendo el cielo
rompe un poco con el tipo de novela que Crowley nos solía presentar,
entrando más en el carácter histórico y dejando un tanto
de lado la vertiente oculta o mágica del mundo que tan visible es en
La Historia Secreta del Mundo o Pequeño, Grande. No
obstante, la belleza de la prosa de Crowley es más que patente, y
continúa su tono bucólico, dando lugar a una narración
ágil, en la que parece pasar poco, pero que nos cuenta mucho, y de una
forma conceptualmente menos densa de lo acostumbrado. No obstante, la
lectura mágica de la obra también queda abierta, al evaluarse
la relación del poeta con la nación, pues si las naciones
tuvieran alma, la del poeta sería su voz. Esta doble lectura hace
que el libro pueda considerarse un híbrido con la corriente de
literatura general, abriendo un poco sus opciones en el mercado.
Una gran obra de un gran escritor, narrada con una
belleza inusitada y recomendable a todo aquel que desee conocer la obra de
Crowley; quizás la más recomendable para introducirse en
ella al ser una de sus obras menos densas. Traduciendo el cielo no
es la traducción más literal de The translator, pero
una vez leído el libro no podemos sino estar de acuerdo con el
traductor pues refleja lo que él mismo hizo: traducir el cielo. O,
al menos, un trocito.
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