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Mago: Aprendiz,
de Raymond E. Feist
Título original: Magician
(1.982)
Portada: Don Maitz
Traducción: Antonio Calvario
Editorial: La Factoría
(2.003)
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Raymond E. Feist
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María Jesús Sánchez (Starhawk), Abril 2.004
Cuando me tocó este libro para reseñar y vi el
título y la portada pensé: ¡Oh no, por dios. Otra dragonada!
Así que me armé de paciencia, lo abrí y comencé a
leer.
Primera sorpresa; no está mal escrito. Increíble.
En ese momento recordé algo de lo que había oído hablar
sobre Feist. Que si sucesor natural de Tolkien (creo que se insiste en ello en la
contraportada), que si una de las principales estrellas de la fantasía
épica,... No voy a entrar en las cualidades como escritor de Tolkien, cosa
que seguramente nos metería en problemas. Pero aquello que estaba leyendo,
si estaba segura de algo, era que no era ni remotamente cercano al estilo de
Tolkien.
¿Por qué motivo? Sencillo. Tolkien es una relectura
moderna de la literatura épica, con la que comparte una prosa melodiosa,
de ritmos de sonido medieval y estructuras narrativas simples, compatibles con la
poesía y con personajes que, a pesar de su naturaleza humana, muestran antes
o después una fisonomía gloriosa y heroica. Al igual que ocurre con
la materia de Bretaña, amamos a Frodo o a la dama Galadriel porque apelan
a lo que de mejor hay en nosotros. Odiamos la maldad de Sauron porque nos recuerda
la que a veces encontramos en nosotros mismos. Podemos imaginar seres monstruosos
o malvados en este entorno, y bellos y bondadosos, incluso débiles en su
lucha frente al mal. Pero no podemos imaginarlos estúpidos, superficiales
o anodinos.
¿Qué comparte Feist con Tolkien? Básicamente
un vocabulario. En el libro de Feist podemos encontrar elfos, orcos y enanos
exactamente igual que en El Señor de los Anillos. Pero sin duda,
Feist los somete a una reinterpretación intensiva, como ya hemos visto que
hace Sapkowski. Sólo que el polaco lo hace en clave de folklore centroeuropeo,
mientras que Feist pasa a sus personajes y su trama por el tamiz de la Historia con
mayúsculas. Así que aquí nos encontramos con un fondo de
ambientación que, cambiando nombres, podría perfectamente encajar
en un libro de Historia... incluidas la ambición y estupidez humanas
en grado sumo.
Cuando leí Juego de tronos, me sorprendió
que fuera un libro intrínsecamente original, que no hubiera leído
antes nada parecido. Algunos comentaristas lo entroncan directamente con Shakespeare
en algunos motivos narrativos que introduce. Pero entre Shakespeare y Martin, sin duda,
está Feist, de quien este último toma algunos otros. Como en el caso
del personaje del rey, al que encontramos en situación bastante parecida y con
un esbozo, a grandes rasgos, similar. De hecho, parte del éxito de Martin se
encuentra en que, aunque hay suficientes elementos fantásticos en la trama, en
lo básico muestra un diseño que tiene más puntos en contacto con
la historia de la guerra de las Dos Rosas que con la épica. Con Feist pasa
exactamente igual, aunque tendríamos que irnos hacia las invasiones mogolas,
por esa visión de choque de culturas que muestra entre un Occidente feudal
(Midkemia) y los invasores, con una estructura en clanes y un aspecto, tanto
estético como cultural, cercano a la Horda de Oro. En Martin, el uso de
la estética y la cultura mogola queda en lugar secundario, donde aparece en
virtud del matrimonio de Daenerys.
Pero quizá sea el momento de entrar en una pequeña
presentación de Midkemia y el argumento de Mago: Aprendiz. Antes de nada,
recordar que, de acuerdo a lo que nos tiene acostumbrados la Factoría, es la
primera parte de un libro que se publicó íntegro en 1982 con el
título de Magician y que fue revisado y alargado en 1991 en una nueva
edición, donde el autor integró trozos que se vio obligado a amputar
del texto original por su gran extensión. En este caso tenemos sólo
la primera parte que consta de 379 páginas. Si la otra parte tiene el mismo
número de páginas estamos hablando de un texto que debe andar en torno
a las ochocientas páginas. Menos mal que el corte se produce en un momento en
que se rebaja la tensión narrativa, de modo que aunque resulta molesto ver
interrumpida la lectura, al menos no se hace necesario mentar los antepasados del
editor.
¿Qué es Midkemia? Respecto a su génesis, el
propio Feist aclara cuánto debe a Tolkien. Aunque es un mundo tolkieniano
"adulterado", en el sentido de que Midkemia, "es un mundo
lúdico, es decir, un mundo creado por mis amigos de la universidad para
ambientar nuestra variante personal de Dungeons & Dragons", como
relata en La Tierra Media. Reflexiones y comentarios (1), donde se encarga de
uno de los capítulos. Al examinar el mapa y los pueblos que lo habitan, no
pude sacarme de la cabeza el escenario del cercano oriente, donde el lejano oriente
se hubiera desplazado misteriosamente al sur. En un texto que aparece al final de
libro podéis encontrar la fuente de inspiración de Feist en culturas
históricas no coetáneas entre sí, como podrían ser
los Bas-Tyra en Francia, los Rodez en España y los
Pure Bloods en la cultura egipcia. Este entramado de pueblos tan
diferenciados y alejados física e incluso cronológicamente, en
situación de enfrentamiento, prácticamente sólo lo podemos
encontrar en algunos momentos históricos en esta zona de Asia.
El argumento es, aparentemente, sencillo. El reino de las
Islas se ve afectado en sus bordes orientales por la aparición de unos
guerreros misteriosos, de aspecto oriental (ropaje chino-japonés, estructura
política más similar a las hordas mogolas) que parecen estar
levantando mapas de la zona en secreto. Detectados por el conde de Crydee, especie
de marca occidental, se pone en contacto con los elfos, alertados también de
esta extraña y silenciosa invasión. Una vez confirmado, deciden
ponerse en camino para avisar al rey, aunque casi no llegan a tiempo porque la
invasión ocurre apenas los enviados llegan a la corte, ayudados por los enanos.
Entre ellos se encuentra el propio conde de Crydee, su hijo Arutha, el mago Kulgan
y su aprendiz Pug, además de Tomás, guerrero y amigo de Pug.
Desgraciadamente en vez de conseguir la ayuda que pretendían, encuentran
la corte sacudida por intrigas palaciegas y facciones nobiliarias enfrentadas que
amenazan la dinastía y la misma integridad del reino. Al final del libro
queda claro cuál es la procedencia de estos guerreros misteriosos, con lo
que es de esperar que en la segunda parte veamos el modo en que son rechazados y
vencidos.
En términos generales podríamos pensar que esto
es simplemente una historia de fantasía épica más, con poca
diferencia respecto a otras, cosa que ni mucho menos es así, aunque
sólo fuera por su corrección, originalidad y perfecta ejecución.
Aparte de esto la diferencia más importante estriba en que estamos leyendo
ahora algo que se escribió hace veinte años; algo que por razones
misteriosas no nos llegó entonces, aunque fueron traducidas obras de
categoría mucho menor. Y que si nos hubiera llegado en aquellos momentos,
quizá Canción de hielo y fuego no nos parecería hoy tan
rompedora.
Mago es una obra muy bien escrita, magníficamente
estructurada, con personajes cuya evolución nos deleitará, con
escenarios bélicos muy interesantes que nos dejarán con ganas de
mucho más y situaciones políticas cuya tensión podremos sentir
en los huesos. La magia que aparece en este libro es algo perturbador, cuya
naturaleza casi no se conoce y que irá teniendo mayor peso conforme avanza
el argumento. Será imposible olvidar al príncipe Arutha, su
valentía y su heroísmo; a Pug, apenas un adolescente, que crece entre
los duros avatares de la guerra y el miedo; a la princesa Carline; y, cómo no,
para los admiradores de lo oriental, esos misteriosos guerreros de otro mundo, con
sus extraños códigos de conducta y comportamientos militares más
extraños aún.
¿Qué la diferencia de Canción de hielo y
fuego? Que su estructura es mucho menos acelerada y hay muchos menos giros
argumentales. En definitiva, es mucho más lógica y menos
fantasiosa. Es lo que podríamos llamar una novela de fantasía
clásica, frente al aspecto más de folletín que tiene la
saga de Martin.
Cuando terminé de leerla, pensé: "qué
diferentes habrían sido las cosas para mí como aficionada si hubiera
conocido esta novela en su momento". Tengo que confesar que durante mucho
tiempo eché de menos una obra como ésta y encontraba extraño
que no la hubiera habido. La fantasía parecía coja de obras de esta
calidad y de este estilo. Mira por donde no era que no las hubiera, sino que no
habíamos podido disfrutarlas... Realmente tengo grandes esperanzas en el
segundo tomo, que estoy deseando leer.
Si os gusta la fantasía clásica, sólida y
bien escrita, y sumergiros en un libro para dejaros llevar, os gustará. Espero
que personajes como los que he mencionado antes lleguen a vuestro corazón
de aficionados como han llegado al mío y que esperéis con tanta
impaciencia como yo la segunda "parte".
(1) La Tierra Media. Reflexiones y comentarios es un libro publicado hace
un año por Minotauro que recoge ensayos escritos por autores de literatura fantástica
como Ursula K. Le Guin, Terry Pratchett o Harry Turtledove, acerca de cómo les
influenció en su momento la lectura del libro de Tolkien.
http://www.cyberdark.net/ver.php3?cod=5319
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