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El gremio de los ladrones,
de Jeff Crook
Título original: The Thieves' Guild
(2000)
Portada: Mark Zug
Traducción: Emma Fondevila
Editorial: Timun Mas
(2004)
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Jeff Crook
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Sandro Herrera (Kelemvor), Junio 2004
El gremio de los ladrones es el segundo volumen de Encrucijada,
una de las muchas series de Dragonlance. En este caso, la serie Encrucijada
tiene como función mostrarnos los distintos lugares y ciudades de la geografía de Krynn. Si el
primer volumen, El círculo clandestino, era un recorrido por la ciudad de Sanction, el
libro que nos ocupa hace lo propio con Palanthas, una de las ciudades más importantes de
Dragonlance.
Así pues, lo que vamos a encontrarnos en este libro es, ante todo, una
correcta descripción de Palanthas; sus costumbres, su estructura, sus gentes, sus intrigas, etc.
Y como un habitante más de la ciudad, se nos presenta al gremio de los ladrones, una sociedad
secreta que resurge de las cenizas después de haber sido exterminada por los caballeros de
Takhisis.
La novela bien podría quedarse así, con esos elementos que suenan tan
bien, pero tiene que haber unos personajes, que en este caso son simples títeres movidos
dentro del marco de la ciudad y los encargados de crear una historia creíble. Para ello,
al igual que El círculo clandestino, el protagonista que nos presentan es el
descendiente de uno de los "héroes de la lanza" (en aquél la protagonista era Linsha Majere,
nieta de Caramon Majere). En este caso el protagonista, Cael Varaferro, dice ser hijo del
mismísimo Tanis el Semielfo, aunque este hecho se cuestiona durante toda la novela.
Cael sobrevive en Palanthas gracias a sus magníficas cualidades en el
latrocinio, y pronto se verá enfrentado al mismísimo gremio de ladrones, que decide
reclutarlo muy a su pesar. De esta manera, la primera parte de la historia cuenta como
Cael se integra en el gremio para luego ver cómo empiezan los verdaderos problemas de
la historia.
Hasta aquí parece que el libro no tiene desperdicio, pero por
desgracia el autor, Jeff Crook (del que posiblemente no vuelva a leer nada más), se pierde
creando situaciones para el gremio dentro de la ciudad y es completamente incapaz de dotar
a sus personajes de entidad. Para comprobarlo no hay que ir muy lejos: el mismo protagonista
es el personaje con menos personalidad que he visto nunca. Lo único que Cael tiene de especial
es su extraña relación con Tanis. Pero el protagonista no es el único con estos problemas;
todos los secundarios son una panda de estereotipados, comportándose de la manera más típica
posible.
Los fallos con respecto a las relaciones entre personajes son
constantes. Por ejemplo, la coprotagonista, Alynthia, empieza siendo la típica mujer dura de
roer, incluso llega a sorprender lo dura que es, para que, al final del libro, sin comerlo ni
beberlo, pase a ser la dama en apuros, débil y carente de ideas sensatas.
Ahora llego a lo peor del libro, la cosa con menos sentido que he visto
nunca; el personaje de Claret, una niña que, de repente, es importante para la historia. Algo
que huele a incorporación de última hora por parte del autor, aunque quizás es sólo una opinión
mía. Pero lo que es obvio es que Claret era completamente innecesaria.
En fin, que nos encontramos a una novela que no aporta nada a la literatura
de fantasía heroica, pero reconozco que a los incondicionales de la Dragonlance puede que
les guste ya que El gremio de los ladrones está llena de guiños a las Crónicas
(como todas las novelas secundarias de la saga) y es un buen método para conocer más información
sobre la vida en Palanthas.
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