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Yo, Robot
I, Robot
(EEUU - 2004)
 
Dirección: Alex Proyas
Guión: Jeff Vintar y
Akiva Goldsman

Producción: John Davis,
Topher Dow y Wick Godfrey

Fotografía: Simon Dugan
Música: Marco Beltrami
Montaje: Shawn Broes y otros

Intérpretes
 
Will Smith (Del Spooner)
Bridget Moynahan (Susan Calvin)
Alan Tudyk (Sony)
James Cromwell (Dr Alfred Lanning)
Bruce Greenwood (Lawrence Robertson)
Adrian Ricard (Granny)
Chi McBride (Lt. John Bergin)
Jerry Wasserman (Baldez)
 
Duración 115 minutos
Más información:
http://www.imdb.com/title/tt0343818/fullcredits

Esta crítica ha sido leída 16723 veces

   Por Miguel Valle (Zeke)

   A riesgo de ser condenado públicamente y expulsado de esta ilustre página debo reconocerme como un diletante de la ciencia ficción, un tipo que se ha aproximado (y se aproxima) ocasionalmente a la misma pero sin una especial predilección por sus temas. Y aunque he pasado por distintas etapas, principalmente basadas en el acercamiento a los clásicos (Clarke, Asimov, Lem y algunos otros), confieso que poseo grandes lagunas al respecto, así que ruego indulgencia a los expertos si no manejo determinados conceptos con la corrección necesaria.

Inspector Del Spooner

   Esta falta de inmersión en el mundo de la ciencia ficción me ha facilitado un visionado de Yo, Robot desde la distancia, sin demasiadas implicaciones sentimentales y con muy pocos temores iniciales. Lo que hace que, a priori, la conversión de los relatos de Asimov en una película de Will Smith (por todos los Santos, ¡Will Smith!) no me provocara un rechazo excesivo, aparte de la lógica prevención hacia los filmes de este tipo. Lo más curioso es que después de haberla visto mi úlcera no ha empeorado, lo cual me sorprende, y lo que es peor, tengo la sensación de que, sin ser una gran película, sí es un producto bastante digno. Sobre todo con lo que podíamos esperar. Y esto, más que estupor, me produce miedo, mucho miedo.

   Recordemos que Yo, Robot (el libro) antes que una novela al uso es más bien un ensayo, una elucubración científica, disfrazada en forma de colección de relatos, que ni siquiera están especialmente bien escritos y que anteponen la claridad y la exposición de ideas a la tensión narrativa o a los alardes estilísticos. Simplemente, le sirven a su autor para enunciar sus tres famosas leyes de la robótica y poner a prueba sus teoremas, jugando libremente con ellas a través de nueve relatos de distinta calidad y tono, que permiten al lector hacerse una idea bastante clara de los postulados de Asimov y de sus ideas sobre la inteligencia artificial. Ideas que son completadas y ampliadas en otros cuentos a lo largo de toda su obra.

   Esto nos proporciona un material disperso, ampliado a lo largo de un buen número de historias, que, aunque comparten ocasionales protagonistas y tengan un hilo conductor –la doctora Susan Calvin–, son totalmente independientes. Hacer una película fiel o una adaptación al uso era, más que impensable, imposible. E inteligentemente, creo, los encargados de la misma no se lo han propuesto.

Sin engaños

   Desde un principio se nos advierte que Yo, Robot está libremente inspirada en los libros de Asimov. Los guionistas, Jeff Vintar y Akiva Goldsman, con cierta experiencia, ambos, en el género fantástico (Final Fantasy, Perdidos en el espacio, Batman y Robin), toman algunas ideas centrales de Asimov y componen un acercamiento libre, sin prejuicios, envuelto en un relato de acción bastante corriente, quizás lo peor del filme. Curiosamente esta aproximación ha devenido en un producto final esencialmente fiel al propósito y a las ideas centrales de los libros de Asimov, que, quiero repetirlo, no son más que un ensayo sobre las posibilidades de la inteligencia artificial y su relación con los humanos.

   Partiendo de las tres leyes y de la imposibilidad de que los robots se conviertan en un peligro para el hombre, Yo, Robot nos presenta a un inspector de policía, Del Spooner (Will Smith), convenientemente traumatizado, lleno de prejuicios hacia los robots (parece ser el único que desconfía de ellos), que debe enfrentarse a lo que más teme: un robot asesino. Y, como en toda historia apocalíptica, deberá luchar contra la incredulidad de los que le rodean.

Susan Calvin, Sony y Del Spooner

   Como no hay trampa ni cartón, todos sabemos que la existencia de un robot, Sony, capaz de soñar y de saltarse las tres leyes de la robótica, principal sospechoso de la muerte del doctor Alfred Lanning (James Cromwell), es el inicio de ese cataclismo que le dará la razón. Porque la película no deja dudas ni trata de mantener el suspense o la incredulidad del espectador. Rápidamente nos damos cuenta de que la muerte de Lanning no es más que una pieza de un complicado puzzle que llevará a Spooner enfrentarse a una conspiración que culmina con la rebelión de las máquinas, tema tratado de manera muy tópica pero que se salva por el ropaje "científico" en el que es envuelto.

   En este caso, con sorpresa final y todo, la justificación corre a cargo de la posibilidad de que los robots reinterpreten las tres leyes de la robótica y asuman la necesidad de tomar el control del destino de la humanidad, aunque eso suponga purgar a unos cuantos para asegurarse el cumplimiento de las mismas. Un giro que entronca directamente con la ley Cero de Asimov, que sirve como garantía para evitar situaciones como la descrita en la película. Esta ley Cero afirma que "Un robot no puede realizar ninguna acción, ni por inacción permitir que nadie la realice, que resulte perjudicial para la humanidad, aun cuando entre en conflicto con las otras tres leyes".

   La existencia de estas disquisiciones típicamente Asimovianas son las que sitúan por encima de la media a Yo, Robot, que no destaca por la intriga planteada, ni por el supuesto final espectacular, ya que estos aspectos tienden a ser bastante tópicos.

Un policiaco

   Indudablemente, el modelo no puede ser otro que el cine policiaco, y en esto también es fiel a la estructura narrativa de Asimov, que siempre planteaba sus historias mediante un enigma que debía ser resuelto y que estaba relacionado con una ruptura o desviación de alguna de las tres leyes.

   Este misterio, esta imposibilidad, es un puzzle orquestado por un hombre desde la tumba (Lanning), quizás el aspecto más atractivo del thriller pero insuficientemente desarrollado por el guión. Éste obvia la agonía de un Lanning consciente del peligro que se va a desatar, incapaz de advertirlo a los que le rodean y al que no queda otra solución que suicidarse para llamar la atención sobre lo que ha descubierto. Aspecto que queda reflejado tan sólo en un par de secuencias donde se utiliza un programa holográfico con acertijos enunciados por él, que desconciertan temporalmente al espectador y le hacen partícipe del misterio.

   Como decía, este misterio ha de ser resuelto por el personaje de Will Smith que, como ya anunciábamos, está traumatizado y predispuesto a ver el peligro que pueden suponer los robots. De hecho, en la descripción de Del Spooner existen elementos ambivalentes que oscilan entre la sutileza y la más evidente caracterización, como si desconfiaran de la inteligencia del espectador y fuera necesario darnos una de cal y otra de arena.

   Sutil es la secuencia, repetida varias veces, del despertar de Spooner con un brazo totalmente paralizado, aspecto que cobrará sentido a mitad de película, o, en parte, su descripción como un tipo anclado en el pasado, que no quiere utilizar las comodidades que le ofrece el progreso, aunque luego tengan que hacer chistes con ello. En cambio la escena de la persecución inicial que sigue a la magnífica apertura, en la que Alex Proyas muestra su talento detrás de las cámaras para introducirnos en este mundo, caracteriza los prejuicios de Sponner de una manera, quizás, demasiado ostensible, y sirve más bien para ir introduciendo las preceptivas secuencias de acción, que si no el público se aburre. Se trata de uno de los momentos innecesarios, servidumbres al espectáculo, que terminan por producir la sensación de que estás viendo una película dirigida por varias, demasiadas, manos.

Persecución en moto

   Y, como en casi todo policiaco, hay una mujer. Aunque aquí es más un colega, una compañera, que una fuente de problemas o una aliada incierta, como podría ser Rachel en Blade Runner. Se trata de la doctora Susan Calvin (Bridget Moynahan), que a pesar de alejarse de la imagen que podemos tener de ella habiendo leído las historias de Asimov (desde luego yo no diría que la actriz escogida es precisamente poco agraciada), no desentona en absoluto y cumple bien su papel de experta en la psique robótica y mujer más habituada a tratar con los robots que con los seres humanos, tal y como Spooner le echa en cara en uno de los extraños momentos dramáticos del filme.

   La relación de estos dos personajes es la que pone el punto humano y personal al espectáculo de acción y a la trama investigadora. Recordemos que en los buenos policíacos estos aspectos son tanto o más importantes que la acción en sí. Es muy de agradecer que Proyas tenga la suficiente fuerza para imponerse a las necesidades "festivas" y nos proporcione algunas escenas íntimas, que, sin llegar al consabido romance, nos permiten disfrutar de algo de trabajo actoral y sentir que estamos viendo algo más que una de tiros.

   Aunque en ocasiones se roza el melodramatismo; existen secuencias entre ambos que funcionan bastante bien, como cuando Calvin descubre los implantes cibernéticos de Spooner, que permite entender desde los prejuicios del policía hacia los robots hasta su relación con Lanning y el por qué de que acudiera a él para resolver su aparente suicidio. Aquí la doctora Calvin se revela como un ser sensible, humano, capaz de sentir empatía con sus semejantes; y no deja de ser irónico que esta empatía se produzca con alguien que no es enteramente humano.

   La caracterización de los protagonistas, los dramas que arrastran e incluso la relación que se adivina entre ellos, sobre el papel y para cualquiera que lea estas líneas sin haber visto Yo, Robot, podrían entroncarla con un muy ilustre precedente como Blade Runner, una película de ciencia ficción seria, profundamente dramática y tenebrista. Y teniendo a Proyas tras la cámara no hubiera sido ingenuo presuponer un desarrollo más oscuro. Pero esta película sufre un caso agudo de Esquizofrenia Hollywoodiense; el filme se encamina en dos direcciones distintas, a veces contrapuestas (el tiempo para contar la historia es limitado), y desemboca en un híbrido que, tal vez, no contente a nadie.

Esquizofrenia Hollywoodiense

   Cuando hablo de Esquizofrenia Hollywoodiense me refiero a la manía de convertir cualquier filme en un batiburrillo apto para todas las edades, mentalidades y gustos, con independencia de lo que exija la coherencia interna de la historia que nos están contando. Eso hace que sea necesario incorporar una serie de elementos que, sin aportar gran cosa, desvirtúan tanto el planteamiento de la película como la reflexión central de la misma.

Reunión de trabajo

   De hecho, el mismo tráiler del filme es una sucia artimaña para vender la película como algo que no es: un simple producto palomitero (que lo es, pero sólo hasta cierto punto), una película descerebrada de tiros y explosiones. Cuando resulta que las escenas de acción son relativamente escasas y esencialmente superfluas para la historia, que la hay. Esta promoción probablemente haya alejado de las pantallas a un buen número de aficionados al género que han preferido permanecer en sus casas antes que ver profanada la obra de Asimov, reconvertida en un producto a lo Bruckheimer. Lo cual nos da una idea de la ceguera de los productores de Hollywood, que siguen realizando filmes sin tener muy claro el público objetivo real. O eso parece.

   Así podemos cuestionar la propia elección del actor principal, Will Smith, que se ve en la obligación de incorporar algunos de sus chistes marca de la casa, recordando a la etapa del Príncipe de Bel Air o a películas "clásicas" en su filmografía, como las dos partes de Men in Black o Dos policías rebeldes, que han forjado su personalidad como héroe de acción graciosillo. Estos chascarrillos, exentos de cinismo alguno, más propios de patio de colegio, en menor cantidad pudieran haber sido un punto a favor, pero tal y como están descargan a la película de seriedad. Cómo exigen los cánones, que estamos en cine palomitero, ¡leñe!

   Esto hace que el tono de Yo, Robot no termine de definirse, y si antes comentaba que por la caracterización y explicación del personaje de Will Smith el modelo podría ser Blade Runner, al final adquiere un tono cada vez más relajado y optimista que no casa con la descripción de Spooner, provocando que los traumas que arrastra queden algo impostados y poco creíbles a los ojos del espectador.

   Del mismo modo que la película rinde pleitesía a la acción más vacía, simplemente, porque se cree necesario alternarla con las partes más reposadas temiendo que el espectador se aburra. Personalmente hubiera disfrutado con menos tiros gratuitos que, además, al buscar a toda costa el espectáculo más banal, le dejan a uno muy frío y con un acusado dejá vu. Desde la aparición de Sony, dando volteretas y suspendiéndose en el aire, cual émulo de Neo y compañía, hasta la innecesaria encerrona en el túnel, que sólo sirve para provocar algunas secuencias de efectos especiales y aderezar con algo de fostias la película. No obstante (hoy estoy optimista), incluso en estos elementos gratuitos podemos encontrar algunos hallazgos, porque consiguen hacer avanzar la historia de los personajes. Si la primera persecución nos indicaba los prejuicios de Spooner, la encerrona del túnel nos descubre sus implantes cibernéticos, proporcionando una información adicional sobre él.

   Sin embargo esta necesidad de incorporar escenas de acción hace que el ritmo del thriller se resienta, diluyéndose los enfrentamientos entre los personajes y desaprovechándose algunas secuencias de gran potencial, como podrían haber sido los interrogatorios a Sony por parte primero de Sponner y después de la doctora Calvin. Un enfrentamiento de voluntades que queda en agua de borrajas. O que, realmente, la investigación de Spooner no aclara nada de lo que está pasando excepto para contárselo, al final, al espectador.

   También, fruto de esta esquizofrenia, surgen pequeñas tonterías como que los robots, cuando están controlados y son "malos", lucen en un bonito color rojo, mientras que cuando no están controlados tienen una tonalidad azulada. Por no hablar de la obsesión existente de que todos los bichos "malos", para dar grima y mostrar lo "poderosos" que son, tengan que trepar por las paredes cual arácnidos. Da igual que sean momias en La Momia 2, los orcos de Moria en La Comunidad del Anillo, licántropos en Underworld o los mismos NS-5 en ésta. Pero, claro, esto es Hollywood y el espectador que va al cine no tiene dos dedos de frente y necesita que se le marquen bien las cosas.

Ambiente urbano

   Y qué decir del permanente anuncio de una conocida marca de automóviles, que no mencionaré porque ni cobro ni estoy dispuesto a hacer publicidad gratuita. Todos la hemos sufrido. Pero no es el único caso de marketing descarado. Podemos hablar, también, de las zapatillas reserva del 2004 (que sospecho que podréis encontrar en cualquier tienda deportiva) que anuncia –tal cual, porque yo lo valgo– el personaje de Will Smith en los primeros diez minutos de la película. Elemento que podría haber servido para profundizar la caracterización del personaje, un tipo anclado en el pasado y amante de lo retro, pero que simplemente aspira a que salgamos corriendo al centro comercial.

   Así, Yo, Robot sufre extraños y desconcertantes cambios de ritmo, e incluso obliga a dejar ciertos cabos sueltos y tampoco termina por encauzar la historia, que, al final, se resuelve a las bravas, sin que las investigaciones hayan conducido a nada claro o hayan permitido anticiparse a la revuelta de las máquinas.

El final: nada nuevo bajo el sol

   Siguiendo la investigación, tal y como está planteada en la pantalla, queda la impresión de que los personajes podrían haberse quedado sentados de brazos cruzados esperando la revuelta de los robots y entrar, entonces, a saco en la sede de US Robotics. Spooner consigue muy poco de sus pesquisas y eso se traduce en un sentimiento de frustración en el espectador que puede creer, con razón, que toda la historia está manipulada para conseguir esa traca final. Traca que rara vez llega a emocionar o provocar tensión y que, por supuesto, redime (otra vez la caracterización más elemental) a los personajes.

   Esta redención llega a través del robot Sony que, a diferencia de lo que pasó en el caso de Spooner, rescatado de un accidente de tráfico por un robot que consideró que tenía más probabilidades de sobrevivir que una niña, escoge (después de que Spooner insista) salvar a Susan Calvin antes que poner fin a la amenaza de los robots descontrolados. Pero no hay problema, nuestro aguerrido Will Smith, salvará el día. Y claro, no es lo mismo, porque Sony no es un robot convencional y porque Smith no supera realmente sus prejuicios, no cambia en absoluto (seguirá desconfiando de los robots). Así, el happy end resulta algo ficticio, una concesión más al optimismo que acaba de inundar toda la película, dejando de lado cualquier aspiración dramática. En estos tiempos estamos necesitados de héroes y de finales felices, pues vale.

   Sin este final, sin esta traca de fuegos artificiales, sin esta bondad casi empalagosa, tal vez quedaría algo demasiado profundo, reflexivo, demasiado cifi y menos space opera (si se me permite utilizar estos términos de manera bastante libre).

   Como decía, a pesar de todo esto, la película cuenta con la ventaja de tener al mando a Alex Proyas, autor de filmes estimables como El Cuervo o Dark City. Un tipo con cierta personalidad, aquí bastante contenida, que da con el ritmo adecuado y maneja con soltura el desarrollo de la historia, que no se hace aburrida e, incluso, se sigue con atención.

A modo de conclusión

   ¿Qué es lo que le falta a esta película? Con temas y modelos similares se han realizado, o están consideradas como tales, obras maestras del género. Pero la mayoría de las obras maestras se caracterizan por gozar de un tono bien definido, un aire estilístico y dramático concreto, buscado a conciencia por el director, fotógrafo, guionistas y actores. Algo que Yo, Robot no tiene.

Sony se oculta en la multitud

   La película nada entre dos aguas: el cine de acción puro y duro y la ciencia ficción más contenida, más reflexiva, como demanda la obra del autor; y estilísticamente está muy lejos de los ejercicios tenebristas a los que nos tenía acostumbrado Proyas. La inmersión en una película de serie A parece que ha limitado su creatividad, aunque más bien, me temo, ha sido la "obligación" de alcanzar a todo el público: los que buscan un entretenimiento sin más y los que esperaban algo de ciencia ficción en la cinta.

   Así pues aunque Yo, Robot nos sorprende por el respeto con el que aborda alguno de los temas propuestos en la historia (o la cantidad de guiños a los relatos de Asimov), y aunque no contiene estridencias que nos hagan rechinar los dientes, no termina de ser una obra redonda y produce cierta indeferencia, sin implicar del todo al espectador que busca un filme de ciencia ficción más que una película de acción.

   Tal vez, sea debido a una pulcritud en la forma de contarla, ciñéndose a los tópicos y a las exigencias actuales de este tipo de cine, que no permite explotar el potencial de la historia y se queda más bien en la superficie. Pero como acercamiento resulta digno y respetable. Y eso, en los tiempos que corren, ya es todo un mérito.



@2004 Miguel Valle (Zeke) para cYbErDaRk.NeT
Prohibida su reproducción sin permiso expreso del autor

2004-10-26 18:17   BLINDGUARDIAN
Bueeeeeeeeenooooooooooooo la verdad es que no es difícil criticar esta película. Ciertamente se meten el libro por el cu.....
I lo peor de todo "Que hace el príncipe de Bel-air en esta películo"
No si es que últimamente trabajan mejor las animaciones por ordenador que los actores ( Golluuummmm!!!!!! )
2004-10-16 00:46   CORBUS
La he visto y puedo decir que como pelicula independiente del "basado en", esta bien ,es entretenida, y justo cuando empezabas a aburrirte o a perder interés surge una pistola y unos puños bien puestos.

De policíaca tiene solamente la placa de Spooner y un par de "pesquisas" que logra hacer. Hubiera entroncado más con un "Segundo Renacimiento" terminando con la sutil guerra humano-robot.

En cuanto a la "revolución" parece que skynet se apodera del papel de la computadora central.

Sin mencionar que un "conductor dormido" es el gatillo del trauma de Spooner (en una sociedad en la que no estan acostumbrados a manejar manualmente)...

Pero este es el cine que nos estan ofreciendo y que si remedio terminamos yendo a ver...
2004-10-12 17:47   kolden
la verdad es que cuando m entere de que iban a sacar esa pelicula, m negue a verla, pensando que lo que realmente iba a ocurrir era una verdadera profanacion (que seguira, pues el guion para fundacion ya ha sido comprado y poco le queda para salir). es mas, al ver que el prota iba a ser will smith, actor que me gusta pero que no encaja en este tipo de peliculas, pense que a los productores se les habia ido la olla. pero, como suele ocurri, acabe viendola. mi sorpresa fue que el argumento es bastante consistente, a pesar del aludido exceso de accion. al menos, no cambian las leyes de la robotica, que ya habria sido el colmo. de las mejores imagenes, esa en la uqe sony dibuja su sueño, con el puente roto x detras. por cierto, añadir que he comprao el dvd pirateao, que no creo que merezca la pena gastar el dinero. y porfavor, que no sea yo el unico que no vaya a ver Fundacion.
PD:¿nadie echa de menos una buena pelicula de ci-fi, que este en el medio de la oscura Solaris de Clooney o la demasiado extravagante Yo,Robot?????
2004-10-05 01:52   ericz
es hollywood del peor. En la ultima hora es todo absurdo, sin sentido; solo se sabe que hay buenos y malos, pero la trama y la lógica se fueron al carajo sin remedio.
2004-09-29 00:04   IÑAKI BAHON
Enhorabuena por la crítica, Zeke.

Señalas los que, para mi, son dos de los principales problemas de la película.
Primero la caracterización del personaje de Will Smith, que quiere dibujarse como un hombre torturado y "con pasado", pero de vez en cuando se descuelga con los habituales chistes y frasecitas tan habituales del actor.
Y segundo, y sobre todo, la oportunidad perdida que supone obviar totalmente cualquier reflexión acerca de lo que significa ser humano en contraposición a ser un robot, o el papel de estos en la sociedad.
Una pena.

Un saludo.
2004-09-28 17:25   blackonion
La critica me ha gustado mucho, y comparto la mayor parte de los razonamientos expuestos. Lo que más me ha gustado es lo de "La esquizofrenia hollywoodiense". Tienes toda la razón con ello.
2004-09-26 18:02   ilion
Sinceramente, estoy de acuerdo con la mayor parte de las opiniones de Zeke. La película me gustó mucho.
Quizás sea porque esperaba ver una bazofia, sin nada que ver con los relatos de Asimov, y al final he visto una película decente.

Por supuesto que era poco menos que imposible hacer una película que fuese fiel al libro,porque habría sido algo parecido a un documental. Pero creo que respeta el espíritu de las tres leyes.

En cuanto al anuncio del coche... me entró la risa, la verdad. Pero sobre las zapatillas, sí que pensé que se utilizó un buen modo para anunciarlas. No las introdujeron, sin más, si no que les dieron un significado en la trama, para describir al personaje.

Por eso y por otras cosas, creo que hubo un esfuerzo importante para que la película fuese algo más que una película de acción, que utilizaba a Asimov como gancho.
2004-09-24 14:03   Banto
A mi la pelicula me pareció realmente mala y no tanto por el guión o la dirección, como por los horrribles diálogos (scremplay) llenos de cliches y chistes facilones sin ninguna gracia.

Visto lo visto, estoy seguro de que la mayoría de guionistas de hollywood tienen un documento de word con "frases para después de una pelea", "frases para decir al levantarse de la cama", "frases para pronunciar en mitad de una persecución", etc. y lo único que hacen es "copiar" y "pegar" al nuevo guión que están escribiendo cambiando los nombres.

En fin...
2004-09-24 12:12   el padawan
A mi al principio me parecia otra bazofia veraniega, hasta que unos amigos me llevaron al cine a una hora en que solo podiamos ver esta peli, o esperar casi otra hora mas... (que casualidad)
Asi que entre a verla, y me sorprendio bastante. Quitando las escenas donde solo hay accion (persecucion en moto, el tunel...) y los excesos culpa de Matrix 8que daño ha hecho esta peli, dios mio), queda una pelicula entretenida, interesante.
2004-09-23 21:47   Lery
Yo cuando ví que el actor principal era Will Smith me negué a verla, porque ya sé que esperar de una película en la que actúa él.

Sin embargo acabé viéndola y, la verdad, no está mal. Sí que me sobran un montón de tiros y explosiones, pero así están las cosas, si no hay acción no tiene gancho para mucha gente.

Es lo que tienen las adaptaciones, nunca te van a gustar al cien por cien, al menos a mí. Por eso no me creo demasiadas expectativas, para no sertirme defraudada y poder disfrutar de la película.
2004-09-23 20:04   Meteco
Estoy bastante de acuerdo con la crítica, y no voy a quejarme del guión.

Lo que sí quisiera es felicitar a Zeke por el comentario de la novela, a mi modo de ver has acertado en el comentario.

Respecto al comentario a la película, me quedo con el "deja vu", no es mala, pero te deja con esa sensación de que eso ya lo has visto unas cuantas veces.
2004-09-23 19:55   hobbes-806
Estoy bastante de acuerdo con la crítica. Sobre todo me gustaría recalcar la importancia del hecho de que hacer una película en Hollywood requiere tener que emplear unos elementos que la hagan "palomitera". Ultimamente siempre es asi. Sin embargo ¿que pasa con blade runner? ¿sus productores se arruinaron despues de hacerla?¿porque ya nadie intenta hacer una peli de ciencia ficción sin caer en las "obligaciones" de hollywood?

Pienso que para que una película de ciencia ficción resulte buena, y nos guste a quienes nos gusta leer ciencia ficción, debe alejarse de esta "esquizofrenia hollywoodiense". ¿Para cuando? Quien sabe...
2004-09-23 18:07   Marcosweb
me rehuso... no... no la vere... no... TERMINANTEMENTE!!!

sobre Proyecto Asimov... ya estan listos los taquilleros y acomodadores... las bombas estan coloc... ap!! sorry lo olvidada, regla numero 1: no hablar del proyecto asimov, regla numero 2: no hablar del proyecto asimov.. regla numero 3....
2004-09-23 08:48   Tyla
Enhorabuena, Zeke. Un artículo muy trabajado e instructivo. ;)
En general estoy de acuerdo con tus apreciaciones.
Sin embargo, me gustaría matizar un par de aspectos:

En primer lugar, utilizas en varias ocasiones el calificativo "tópico".
Tal vez la película reúna unos cuantos tópicos, pero no hemos de olvidar en qué género nos estamos moviendo. Tampoco es necesario buscar cada vez que uno se sienta en la butaca del cine algo distinto, innovador, enteramente original y jamás visto. Creo que podemos disfrutar plenamente de un film bien realizado, sin necesidad de escapar a esas circunstancias.
En cualquier película de acción de las de toda la vida, encontramos esos mismos tópicos y seguramente no nos impedirán disfrutar de ella. O no deberían.
Creo que debe pesar más si la adaptación del espíritu original de la obra de Asimov es o no correcta. Lo cual también me sirve para enlazar con el segundo punto que quería comentar.

El estilo tenebrista de Proyas.
Bien. En "Yo Robot" podemos echar en falta esos tonos lúgubres y oscuros de sus anteriores trabajos. Pero creo que eso también supone un poco prejuzgar una labor sin tener en cuenta la veradera eficacia de la dirección en función de lo que se nos quiere contar. En mi opinión, un buen director debe ser capaz de adaptarse a la historia que nos narra, más que a la inversa. Es más, otra obra de estilo gótico al estilo "Dark city" muy posiblemente nos habría hecho exclamar: "otra vez lo mismo. Este Proyas es incapaz de evolucionar".
Además, creo que en esos "flashbacks" del personaje principal, podemos hallar tonos oníricos y asfixiantes, como los que tanto nos llamaron la atención en las primeras obras del cineasta.
Por otro lado, cuando leo a Asimov, no me siento inmerso en esos ambientes tenebrosos ni lóbregos.
Por tanto, opino que Proyas sí acierta con el estilo visual.

Un saludo y espero que nos sigas deleitando con tus comentarios. :)
2004-09-23 00:59   el_tercer_mono
Es cierto que Yo Robot es una peli palomitera y que el guión es bastante facilón, pero tenemos que recordar que con todo lo bueno que es Proyas, esta vez ha jugado en la primera divisón de Hollywood con presupuesto acorde a ello. Y aunque no me guste el fútbol, he de hacer un simil con un ejemplo de la actualidad que escuché en el programa de la Campos... si, de la Campos...

Si a Camacho le dice Adidas que no puede sacar a Beckham porque pierden a su icono, éste sólo puede hacer dos cosas; dejarlo o marcharse él mismo. Proyas ha cedido pero intentando mantener el control de algo que se le podía haber ido de las manos fácilmente. ¡En el fondo sigue siendo un director monstruoso!