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Dinero sangriento,
de C. L. Werner
Título original: Blood Money
(2003)
Portada: Martin Hanford
Traducción: Diana Falcón Zas
Editorial: Timun Mas
Warhammer
(2004)
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C. L. Werner
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J. Javier Arnau Moreno (Javier), Noviembre 2004
Este es un libro de la franquicia Warhammer que, como dice un compañero de esta
página en su crítica sobre otro título de esta misma franquicia, se publican para dar publicidad a Games
Workshop, la casa madre de los juegos de rol basados en ese Universo. Hasta ahora no había leído ningún
libro de esta franquicia / universo / juego de rol, debido principalmente a que mis lecturas de otras,
tales como Dragonlance y Reinos Olvidados, en principio tal vez más conocidas o
divulgadas, no fueron precisamente gratificantes. Y eso que me refiero a algunas de las series principales, no
de subsubseries, derivaciones y demás "libros digestivos"... Pero por cuestiones, llamémosle, "editoriales",
cayó en mis manos Dinero sangriento; y el caso es que, realmente, casi me llegó a sorprender.
Dejémoslo claro; no es un libro original, no es una gran obra, pero consigue lo que busca:
publicitar el universo Warhammer y entretener, a veces incluso más que muchos de su mismo género con
más "ínfulas".
Como sé que algunos escritores de renombre escriben para estas franquicias con seudónimos,
estuve buscando el nombre del autor, C. L. Werner; pero lo único que conseguí es enterarme de que tiene previsto
seguir con esta serie, aunque de entrada se pueden leer de forma independiente. Y leyendo el libro es lógico
–bueno, es lógico que en estas franquicias se alarguen las series, y sean raros los libros únicos–, dado que
hace la presentación de un personaje como un héroe que salvará el Viejo Mundo, cosa que no vemos durante la
acción del libro. Y fijaros que no he dicho durante la novela. El libro está dividido en una serie de historias
y una novela corta –o más bien un relato más largo que los demás–.
Decía antes que no es original, porque los recursos que usa el autor nos suenan muchísimo,
algunos muy recientes como es el caso de la Saga de Geralt de Rivia, de Andrzej Sapkowski.
El libro empieza con un escritor contándonos sus "penas", y su encuentro con Brunner, el
cazarecompensas. A partir de ahí las narraciones son la novelización de las historias que Brunner le cuenta a
este escritor. Vamos conociendo la personalidad del cazarecompensas, que se nos presenta, como decía antes,
como un nuevo héroe que salvará el Viejo Mundo. Pero a lo largo de los diferentes relatos no vemos nada de
ello, sino varias aventuras más o menos peligrosas, más o menos mejor pagadas, con más o menos acción. Asimismo,
el carácter del cazarecompensas cambia de una historia a otra, por lo que no llegamos a conocerlo realmente,
dado que tampoco es una evolución, sino que el autor lo va adaptando según sea la historia. Esto
nos lleva a pensar que Werner, por lo que sea, no tiene definido aún al personaje, lo que nos hace minusvalorar
un poco tanto al autor como a la obra en sí.
Pero bueno, no es muy grave, tal vez lo consiga arreglar en las continuaciones y veamos
la verdadera evolución de un cazarecompensas que igual tiene sus miramientos como mata indiscriminadamente
con tal de cumplir sus objetivos; lo dudamos, pero le dejamos margen de confianza.
Además, lo del cazarecompensas –cazabrujas, como se lee en la información de las
continuaciones– nos suena mucho, casualmente ahora que está tan en boga, al cazamonstruos creado por
Sapkowski, Geralt de Rivia; claro, que por su carácter mercenario, brutal y, a veces voluble, con
una especie de código de honor propio, también nos recuerda a Conan, el héroe creado en los años treinta por
Robert Erwin Howard.
Realmente, ya que comentamos esto, nos recuerda más a Conan y similares, dado que la
presencia de seres propios de la fantasía heroica es, a veces, muy tangencial; verdad es que utiliza elfos
oscuros, gobblins, enanos, etc. Pero su papel lo podrían realizar sin menoscabo alguno humanos, y nos
encontraríamos en historias de Conan, Kull, Fafhrd y el Ratonero Gris, etc, en vez de Reinos Olvidados,
Dragonlance, Warhammer o cualquier sucedáneo de estos. El autor los utiliza como meros oponentes
del Invencible Héroe, para demostrar que es realmente invencible; o solamente aparecen para dar un aire de
fantasía heroica –hay que nombrar a los gobblins, a los enanos, etc, aunque su papel, como decimos, pudiera
hacerlo cualquiera; si no nos cargamos la etiqueta que distingue a estos productos...–
Y sin embargo, con todo esto, la lectura es amena, si obviamos que la identidad del héroe
no está muy bien definida, y tan pronto parece que presenta sentimientos, como realiza matanzas a veces
superfluas sin atisbo de escrúpulos. El libro entretiene y no hace que tengas ganas de dejarlo aparte y
dedicarte a otras cosas. No se encuentran fallos narrativos, ni cosas raras que malogren lo que pretende.
Ahora bien, ese Viejo Mundo, con claras reminiscencias de ciudades, lugares y hechos
que nos suenan a cosas conocidas –el conde Vlad von Carstein de Sylvania, el vampiro; los caballeros
britanos... – bueno, a mí no me acaban de convencer, la verdad. Tal vez a los conocedores de ese Universo,
ya sea por los libros, ya sea por los juegos de rol, les sea de su agrado, e incluso les haga gracia. Pero
para los que no estamos metidos en ese mundo a veces nos carga un poquito. Pero bueno, no es culpa del autor
sino del diseño del mundo, a lo que tienen que ceñirse los que trabajen para la franquicia
En resumen ¿recomendable?; pues para los que gustan de la fantasía sin grandes
complicaciones, los jugadores de rol y degustadores de franquicias, pues sí, me ha parecido un libro
entretenido, sin grandes fallos, y que cumple con lo que se le pide.
Para los que buscan otra cosa... pues eso mismo.
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