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Sombra,
de K. J. Parker
Título original: Shadow (The Scavenger Trilogy, Book One)
(2001)
Portada: Opalworks
Traducción: Paloma García López
Editorial: Minotauro
Pegasus
Trilogía de Poldarn 1
(2004)
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K. J. Parker
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Daniel Buzón Reinoso (db105), Noviembre 2004
Cuando alguien ha leído centenares de novelas de ciencia ficción y fantasía es
inevitable que adquiera una cierta habilidad instintiva para reconocer a priori el tipo de relatos
que sabe que le van a gustar. En mi caso eso ha tenido un efecto desafortunado: me arriesgo menos que
antes con libros que no responden a ese patrón. Por eso, al ser invitado a escribir la crítica de
un libro que nunca hubiera leído de otro modo, acogí la oportunidad con una mezcla de aprensión y
alegría. Aprensión porque corría el riesgo de perder el tiempo y aburrirme, y alegría porque sabía que
se iba a tratar de una lectura al menos diferente y que quizás, si tenía suerte, iba a descubrir algo
maravilloso. Con esa esperanza comencé a leer Sombra, la primera parte de la Trilogía de
Poldarn, de una escritora británica para mí desconocida llamada K. J. Parker. El resultado ilustra
tanto la parte positiva como la negativa de probar cosas nuevas.
La historia comienza con un hombre tendido en el fango, rodeado de cadáveres y con
un golpe en la cabeza que le ha hecho perder la memoria, hasta el punto de no recordar ni su propio nombre.
Hasta aquí no se trata de un comienzo especialmente innovador. Nos viene a la cabeza, por ejemplo, la
serie de Latro, de Gene Wolfe. La amnesia es un recurso que resulta especialmente apropiado en la
literatura fantástica, ya que nos permite ir descubriendo junto con el protagonista el mundo en el que se
sitúa la narración.
Aunque no recuerda nada, nuestro protagonista aún sin nombre pronto comprueba que
hay quien le quiere muerto. Y demuestra poseer una naturaleza desconfiada y una especial habilidad con
las armas que le permiten salir ileso de varias situaciones comprometidas. Tampoco es algo que deba
sorprendernos, porque sin duda ha de tratarse de alguien especial, para que merezca la pena escribir y
leer sobre él.
Y en este punto acaba lo poco que esta novela tiene de tópica o predecible.
A partir de entonces el hombre amnésico se asocia con una falsa sacerdotisa llamada
Copis, que se dedica a viajar por los pueblos timando a los aldeanos crédulos. Copis lo convence de hacerse
pasar por la encarnación del dios sureño Poldarn. Hacerse pasar por un dios es un trabajo mal pagado y
lleno de complicaciones, pero al menos proporciona un nombre al protagonista, que a falta de otro mejor
decide hacerse llamar Poldarn a partir de entonces. Al menos hasta que consiga descubrir quién es.
Averiguamos que la historia se desarrolla en un imperio en decadencia. Muchas provincias
periféricas se han perdido y las perspectivas no parecen halagüeñas para el resto. Los generales más brillantes
casi siempre acaban ambicionando el trono y sublevándose. Las continuas guerras internas son aprovechadas por
mercenarios sin escrúpulos, que no tienen reparos en cambiar de bando cuando les conviene y cometen
constantes tropelías. La familia imperial está plagada de incompetentes excesivamente ambiciosos. Y, por si
esto fuera poco, están los asaltantes, unos enigmáticos saqueadores extranjeros aparentemente invencibles
que periódicamente recorren el imperio destruyendo y masacrando ciudades enteras, sin que nadie logre
atraparlos o detenerlos.
En este contexto, Poldarn vive distintas peripecias y se encuentra en varias ocasiones
con personas que le reconocen, pero que tienen una desafortunada tendencia a morir antes de haberle podido
decir nada relevante. Además, se ve plagado por sueños que le presentan pistas sobre su pasado, aunque de
forma frustrantemente inconexa. Mientras tanto empieza a intuirse el tipo de persona que parece haber sido,
y vamos descubriendo que existen desconcertantes similitudes entre las actividades de Poldarn y antiguas
leyendas mitológicas sobre Poldarn el dios.
Hasta ahora he evitado cuidadosamente pronunciarme sobre la calidad de la novela.
¿Recomendaría su lectura o no? Y es que la respuesta a esta pregunta es complicada, porque la historia
fracasa a unos niveles pero funciona estupendamente a otros.
Los personajes no se hacen especialmente agradables para el lector. Poldarn nunca actúa
de forma conscientemente malvada, pero tampoco es heroico o carismático; sus mayores deseos, aparte de
averiguar su identidad, parecen ser conservar el pellejo y que le dejen vivir en paz. Los demás protagonistas
importantes son bastante peores.
En cuanto al escenario en el que transcurre el relato, K. J. Parker no logra evocar con
su narración un mundo que capture la imaginación. Sí consigue, en cambio, recrear una lograda atmósfera de
pesimismo y decadencia. Además es justo reconocer que algunos elementos son pintorescos y realmente
interesantes, como los asaltantes y los monjes espadachines, que dan mucho juego a lo largo de la novela.
La calidad literaria es elevada, superior sin duda a la media. Sin embargo la narración
peca de lenta y reiterativa en muchos momentos del nudo central, lo que impide que Sombra funcione
como novela de aventuras. No suceden suficientes cosas importantes y se emplean demasiadas páginas para
contarlas. Los continuos sueños contradictorios y la ausencia de pistas fiables hacen que el lector se
encuentre en un permanente estado de confusión, al igual que el propio Poldarn.
En cambio, como novela de intriga psicológica e incluso como novela mitológico-alegórica
Sombra es muy satisfactoria. K. J. Parker juega despiadadamente con sus personajes y con el lector,
creando una compleja charada que rompe sus expectativas continuamente. Personajes que parece que van a ser
importantes pueden morir en cualquier momento, y no es aconsejable estar seguro de nada porque nada es lo que
parece. Al final se habrán resuelto –o habrán parecido resolverse– algunos interrogantes, pero muchos más
quedan pendientes para los dos libros siguientes.
En resumen, el lector habitual de fantasía, que busca aventuras, acción, heroísmo,
escenarios pintorescos y personajes entrañables no va a encontrar nada de eso aquí. Pero el lector que busque
un estilo original y distinto de fantasía, y al que le resulte interesante lo que he comentado sobre
Sombra, debería darle una oportunidad a esta trilogía.
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