<< Volver

(nota: es posible que algunas imágenes y/o enlaces no funcionen)

IMPRESIONES DE UN SOÑADOR SIN MIEDO A DESPERTARSE

Este artículo ha sido leído 9266 veces

Ignacio Illarregui, más conocido como "Nacho", mantiene una página sobre literatura llamada "El Rincón de Nacho", donde podréis críticas de libros de ciencia ficción y fantasía, principalmente.

Tiene 27 años y trabaja como profesor de secundaria en Santander.

 

por Ignacio Illarregui Gárate, Febrero de 2002

   ¿Vivimos realmente un renacer de la ciencia ficción en España? La verdad es que no lo sé. Y, a veces, incluso lo dudo. Pero desde el punto de vista de un lector incansable de este género (que no experto), considero que es así.

   Desear un mundo editorial como el que tuve la suerte de conocer cuando me iniciaba en esto a comienzos de los años 90 (o el que hubo anteriormente), con gran cantidad de editoriales publicando casi todo lo que se movía y olía levemente a ciencia ficción, es un sueño imposible de alcanzar ya que el mercado sufrió un gran colapso del que parece imposible que se recupere. Es más. Pienso que echar de menos esa situación tan benigna no es más que dejarse llevar por el espíritu del cualquier tiempo pasado fue mejor, que no nos permite apreciar realmente nuestra situación actual. Librarse de él es fácil siempre que se haga un breve análisis objetivo.

   Gran parte de las novelas que se publicaban en aquel tiempo no eran gran cosa. Cierto es que el material realmente bueno e interesante aparecía casi ipso facto, pero venía acompañado de una serie de libros que veían la luz muchas veces porque la editorial no conseguía los títulos que deseaba y tenía que rellenar parte de sus lanzamientos con otras obras, más o menos entretenidas (esto lo dejo al gusto de cada uno), pero que eran manifiestamente olvidables y que no se deben añorar.

   Cojamos algunas de las editoriales que nos han abandonado como Edaf, Júcar, Destino, Miraguano o Ultramar. En su catálogo se pueden encontrar tanto clásicos olvidados como autores noveles con obras esplendorosas (jamás podremos agradecer lo suficiente que se atreviesen con títulos como Neverness de Zindell, Memorias de McQuay o Ambiente de Womack). Pero si analizamos el grueso de su producción con un leve espíritu crítico nos encontramos con novelas y series de gente de renombre pero tan menores que a veces no se podían leer ni con el mayor de los aumentos, como las de Dhalgren o La caída de las Torres de Delany en Ultramar. O escritores que hubiese sido mejor que siguiesen en el más absoluto anonimato.

   ¿Se publica hoy mejor ciencia ficción? Tampoco. Como muestra un botón. No hay colecciones de relatos, están completamente olvidadas. La última gran antología temática fue publicada por Destino (Sexo alienígena). Desde entonces llevamos diez años en una sequía sólo rota por las aperiódicas entregas de Ballard, Le Guin y dos más que nos regala Minotauro y las contadísimas excepciones a la regla. Resulta muy triste que el formato en el que el género ha tomado su máxima expresión haya sido olvidado tanto por el público (tened muy claro que si nadie se atreve es porque nadie lo compra), como por los editores.

   Sin embargo debemos ser optimistas con el despertar que estamos viviendo. Después de una década en la que hemos perdido el contacto con el género que se hace en el resto del mundo, poco a poco recuperamos el paso. Así, Mondadori parece decidida a que no quede un sólo libro de Iain M. Banks por traducir y tiene prevista la publicación de sus novelas del ciclo de la Cultura, además de seguir ofreciéndonos el resbaladizo surrealismo de Jeff Noon cuya próxima píldora, Neddle in the Groove, promete ser memorable. Ediciones B tiene preparado un año prometedor con Cryptonomicon de Stephenson y la continuación de Un fuego en el abismo, del siempre estimulante Vernor Vinge. Gigamesh, con el eclecticismo como bandera, augura un 2002 lleno de buenas obras, con George R.R. Martin y Tim Powers como bandera, reeditando Lágrimas de Luz de Marín y traduciendo por primera vez a nuestro idioma al esperado Richard Calder. Y La Factoría nos ha dado unas Navidades ciertamente espectaculares con la reedición de uno de esos clásicos que no debe faltar en ninguna biblioteca personal, Muero por dentro de Silverberg, y la publicación de dos autores que han sido los líderes en ventas en el Reino Unido en el último año, Harry Potter aparte. China Mièville y su Estación de la Calle Perdido por un lado y Paul McAuley por otro, del que han publicado El beso de Milena y del que preparan La saga de la confluencia. Además en su ejercicio de recuperar clásicos no se quedan parados y ya tienen en la cola Tiempo de amar, Regreso a Belzagor y Todos sobre Zanzíbar.

   Vale, VIB ha desaparecido. Pero las colecciones de bolsillo no se han olvidado definitivamente de nosotros. Ya he citado los dos títulos estrella de Nova, que seguro nos traerán nuevas ediciones de bolsillo por parte de Punto de Lectura. Un fuego en el abismo de Vinge y La era del diamante de Stephenson me parecen dos candidatos claros; además de otras obras de Card (que por algo El juego de Ender es el superventas del género) y algunas sorpresas intuibles, como una reedición de las cuatro novelas de Hyperion para todos aquellos que las buscan. Y no sólo de Ediciones B vive el fan. También están ahí DeBolsillo, que seguirá con sus Asimov, Clarke y Pratchett; o Grijalbo, que publica todas las obras del último premio Philip K. Dick, Michael Marshall Smith, o las novelas de Eymerich.

   Tampoco conviene olvidarse de la más grande entre las grandes, Minotauro, que después de su inmersión fagocitadora por parte de Planeta parece que va a publicar todos los libros que tenía contratados y que suman más de una treintena, con novedades tan apetecibles como los relatos completos de Bester, Los Marcianos de Robinson (todos tenemos nuestros defectos y a mi la saga de Marte me gusta), la reedición de varios Dick, unos cuantos libros de Moorcock (Dancers at the end of time o las novelas de Jerry Cornelius), el libro de ensayos de Ballard,... Puede que sea su canto del cisne, pero si se va (crucemos los dedos porque no sea así) se irá a lo grande.

   Desde luego que echo en falta una colección, pero no Ultramar precisamente (por lo dicho anteriormente). Si hay algo que nos falta en el mercado actual es lo que nos ofrecía Nebulae segunda época, una colección que a pesar de su horrible aspecto ofrecía número a número una muestra de lo es la buena ciencia ficción, publicando todo tipo de títulos, autores y corrientes, con una amplitud de miras que todavía no se ha igualado.

   También se echan de menos las colecciones de género en bolsillo, pero las razones por las cuales éstas hoy no son viables están más que claras y no creo que haga falta repetirlas. La única colección de este tipo que todavía existe en nuestras librerías es la de Valdemar, y sobrevive gracias a que publica obras sobre las que no hay que pagar derechos de autor. Si tuviesen que hacer librar alguna cantidad ¿cuánto duraría en el mercado?

   Y sobre las colecciones de quiosco un dato. Hace diez años RBA estaba ideando una colección de género a semejanza de Orbis e hizo un mailing para conocer las impresiones de los hipotéticos compradores. Hicieron prospecciones, cálculos, lo que sea que hagan los departamentos de marketing. Nunca más se supo.

   Somos los que somos, ni uno más ni uno menos, y no podemos pedir lo que no se puede mantener.

   Y claro que el precio ha cambiado. Todos tenemos la impresión que el ascenso ha sido superlativo, pero esto no resiste un leve análisis. Hagamos una comparación. Sólo tenemos que coger una colección que haya sobrevivido a la debacle y estudiar la evolución respecto a la que ha tenido la vida en los últimos doce o trece años. Nova sirve. Recuerdo haber comprado el juego de Ender por 995 pesetas. Hoy comprar un libro nuevo de Nova cuesta entorno a las 3000 pesetas (todavía no me he hecho al euro). Ha multiplicado su precio por tres. Yo recuerdo comprar la barra de pan entre 30 o 40 pesetas hace ese tiempo. Hoy está 2 veces y pico más caro. Simplemente han subido un poco más de lo que ha subido el coste de la vida.

   El ocio y la cultura son caros. Ir al cine, al teatro, entrar a un museo, comprar cualquier libro, un juego de consola, de ordenador, una película de DVD, un tebeo, cuesta dinero. Mucho dinero si lo comparamos con el fugaz entretenimiento que ofrecen la mayoría de ellos. No podemos vivir de espaldas al mundo real y desear que nos regalen a 4 pesetas lo que realmente cuesta 10, aunque no se puede negar que algunos editores están en una dinámica de precios injustificable, caso de La Factoría con sus últimas novedades. Pero otros como Gigamesh están publicando buena literatura a un precio inmejorable (un Vance entretenidillo a 7,95 euros).

   Por último no tengo ninguna receta para atraer nuevos lectores al género. Nadie la tiene. Pero no nos obcequemos con los precios, que no son el problema. En este país no lee ni el tato; sólo hay que ver los bajos índices de lectura en los que nos movemos. Y los jóvenes tienen hoy tantos mecanismos de ocio a su disposición que es muy difícil atraerlos hacia este espacio tan reducido en el que nosotros encontramos cobijo. Sin embargo hay esperanza, esperanza que se esconde detrás de dos nombres: Harry Potter y El Señor de los Anillos. Soy profesor de secundaria y me he llevado la agradable sorpresa de que hay muchos chavales que no sólo se han comprado los libros sino que los están devorando. Y no son libros precisamente baratos. Seguro que algunos llegarán al mundo de la literatura y a territorios afines al nuestro.

   Resumiendo. El 2002 va a ser un buen año. El futuro sólo Dick lo conoce. Y no me despertéis, que soy feliz pensando lo que he escrito en estas líneas.

@ 2002 Ignacio Illarregui Gárate
Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor

 

2003-07-26 18:23   Nacho
Arrebujcando en el baúl de cyberdark, he encontrado este foro donde se discutió parte de lo que argumentaba en el artículo

foros.cyberdark.net/nforos2.php3?cod=5&mens=4166
2002-09-07 23:22   robe
nacho ojala sea cierto los de la reedicion de las 4 novelas de hyperion, sobre todo de la 2. y creo q con harry potter, esdla y minority report se puede alcanzar alguna fama mas, y alguna reedicion (pero no el libro de la pelicula de esdla)
por cierto me dais envidia los q empezasteis a comprar en la epoca dorada, la de buenas obras q teneis, hoy son casi imposibles de conseguir