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En la estación Basilisco,
de David Weber
Título original: On Basilisk Station
(1993)
Traducción: Aitor Solar
Editorial: La Factoría de Ideas
Ventana Abierta nº 5 Honor Harrington 1
(2004)
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David Weber
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Daniel Buzón Reinoso (db105), Enero 2005
En la estación Basilisco es la primera novela de la serie de Honor Harrington. Esta
serie es sin duda la obra más famosa de David Weber, un autor especializado en space opera militarista,
en mi opinión el más competente dentro de ese subgénero.
Está ambientada unos cuarenta siglos en el futuro, cuando
los seres humanos han colonizado numerosos sistemas solares de nuestra galaxia, sin encontrar en ningún momento
vida extraterrestre. Se han formado numerosos estados independientes, que comercian y en algunos casos guerrean
entre sí. Uno de ellos es el Reino de Mantícora, formado por tres planetas de tipo terrestre en un
sistema binario, además de algunos protectorados dispersos. Se trata de una monarquía parlamentaria cuya situación
estratégica le permite ser una importante potencia comercial. Su principal adversario es la República Popular de
Haven, un estado expansionista y agresivo que está interesado en el lugar que Mantícora ocupa en las rutas de
comercio interestelares.
Mantícora guarda claras semejanzas con la Inglaterra del siglo XVIII, tanto a nivel
militar como social (democracia bicameral junto con una aristocracia terrateniente y una pujante burguesía).
Por su parte Haven está inspirada en la época del terror tras la revolución francesa. También recuerda en
ciertos aspectos a la Alemania nazi y, sobre todo, a la Unión Soviética durante la guerra fría. El maniqueísmo,
por tanto, está servido. Por otra parte se trata de algo incluso lógico en este tipo de literatura. La guerra
es algo poco agradable, y es más fácil disfrutar una narración bélica si se sabe que hay una causa justa detrás
del conflicto.
En este contexto, una joven oficial de la Armada Real de Mantícora llamada Honor Harrington
está a punto de recibir la orden de comandar, por primera vez, una nave de guerra importante, el crucero ligero
HMS Intrépido. El Intrépido está equipado con una arma experimental desarrollada bajo la supervisión de una de
las máximas responsables de armamento de la Armada Real, la almirante Sonja Hemphill. Sin embargo, "Horrible"
Hemphill y Honor Harrington tienen ideas muy distintas sobre las ventajas e inconvenientes de dicha arma.
Tras el embarazoso fracaso del Intrépido en una serie de ejercicios bélicos, la nave es
enviada a la estación Basilico, que es el equivalente galáctico de ser enviada a patrullar a Groenlandia.
Podría tratarse del final de la carrera militar de Harrington, enfrentada a una tripulación hostil y a un oficial
superior con el que ha tenido graves problemas personales en el pasado. Pero Harrington no es del tipo de personas
que deja que las circunstancias adversas la hundan, por lo que se dedica a intentar cumplir con su deber del
mejor modo posible. Esto incluye hacer acatar las regulaciones sobre contrabando que hasta entonces habían sido
ignoradas en el sistema y también tratar de ganarse a su tripulación y convertirla en un grupo disciplinado,
con la moral alta y listo para enfrentarse a cualquier eventualidad.
Lo que nadie sospecha es que la República de Haven está dispuesta a pasar a la acción y que
la estación Basilisco juega un papel importante en sus planes estratégicos. Esto se traduce en unos acontecimientos
que dejan al HMS Intrépido en una situación desesperada, sin medios suficientes para enfrentarse a la amenaza que
se cierne sobre la estación que debe defender. Y es en esta situación límite cuando va a comenzar a vislumbrarse de
qué pasta está hecha Honor Harrington.
Weber ha realizado un magnífico trabajo a la hora de imaginar una tecnología militar creíble
que permite que las estrategias bélicas en el espacio recuerden a las propias de la guerra naval en la época de
la armada inglesa. Los impulsores hiperespaciales hacen práctico aunque no instantáneo el viaje interestelar, y
otros avances permiten que esta serie recuerde bastante a las clásicas novelas sobre la armada inglesa. De hecho,
el mismo autor es el primero en reconocer que se inspiró en la serie de Horatio Hornblower (nótese la
coincidencia en las iniciales de los protagonistas), escrita por C. S. Forester.
Sin embargo, no se trata simplemente de una copia de estas novelas trasladada al espacio.
A lo largo de la serie Weber demuestra buenas dotes como narrador de historias, creando argumentos intensos,
sociedades futuras interesantes, si bien algo tópicas, y desarrollando muy bien el personaje de Honor Harrington,
aunque esta primera novela está dedicado más que nada a presentarlo. Además, hace un hábil uso de las
peculiaridades del combate espacial (importancia de la inercia y capacidad de aceleración de cada nave, etc).
También se aprecia que el autor posee amplios conocimientos sobre la construcción y reparación de buques de guerra.
La narración es competente en todo momento, por lo que no hay que temer encontrarse con la prosa torpe que
caracteriza a algunas obras de este subgénero.
La tensión se va incrementando a lo largo de la novela sin dar respiro al lector, hasta
alcanzar su culminación en la lucha final entre el HMS Intrépido y un adversario que lo supera claramente en
tonelaje y en potencia de armamento.
Un defecto que puede irritar a algunos lectores es que en algún momento las opiniones
políticas de Weber se reflejan en la historia. No hay un intento de adoctrinar pero sí es apreciable en
detalles como que los políticos liberales a menudo tienen motivaciones menos puras de lo que sus palabras
permiten suponer. También es posible percibir una ligera inclinación del autor por dar explicaciones innecesarias,
como si intentase demostrar lo bien que ha diseñado todos los aspectos del trasfondo.
Otro punto destacable es el papel de la mujer en las sociedades futuras que imagina Weber.
Con una excepción que aparecerá en el segundo libro de la serie, El honor de La Reina, las mujeres son
consideradas como iguales al hombre. Con esto me refiero a que cada cual es juzgado por su capacidad y se
acepta con total naturalidad que las mujeres tengan altas responsabilidades en el ejército o en el gobierno.
Por supuesto, esta novela es básicamente literatura de evasión, que busca ni más ni menos
que entretener y divertir. Pero ese objetivo lo logra admirablemente bien, y a poco que el lector sea aficionado
a la space opera militarista (o al menos no tenga prejuicios contra ella), es casi seguro que leerá compulsivamente
esta novela. Y luego querrá leer la siguiente... Y luego la siguiente... En fin, ¡cuidado que es adictiva!
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