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Rihla,
de Juan Miguel Aguilera
Portada: OPALWORKS
Editorial: Minotauro
Pegasus
(2004)
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Juan Miguel Aguilera
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José Yofre (Orionknight), Enero 2005
Juan Miguel Aguilera ya hace bastante tiempo que tiene un puesto de honor entre los
escritores que escriben ciencia ficción en este país, tanto en solitario como en colaboración con otros
ilustres autores como Javier Redal o Rafael Marín. Hasta el momento el grueso de su producción se ha
centrado más en este género, pero en la historia que nos ocupa se zambulle en la novela histórica con
tintes fantásticos y cargado de aventuras.
Antes de empezar a comentar Rihla como tal me gustaría señalar lo siguiente.
A pesar de que la literatura fantástica parece estar atravesando en nuestro país por un periodo en el que
recibe una mayor atención por parte un creciente número de lectores, esta novela fue publicada antes en
Francia que en España (¡tiene narices la cosa!). Dicha situación debe hacernos reflexionar sobre el apoyo
que reciben autores de calidad probada como el que nos ocupa por parte del mundo editorial y de los lectores.
La tendencia parece ir cambiando, pero todavía nos queda mucho camino por hacer.
"Mi nombre es Lisán al-Aysar ibn al-Barrayan ibn Xahin al-Jatib ibn al-Salmani,
humilde servidor de la sagrada casa de Allah, faquih, doctor de la ciencia astronómica, peregrino y maestro
matemático..."
Así se presenta el protagonista de estas crónicas de un viaje increíble a lo desconocido.
Es el año 890 de la Hégira, 1485 de la calendario gregoriano, en una Granada convulsa y al borde de su caída
a manos de los cristianos. Tras el descubrimiento de unas misteriosas planchas de plomo llenas de crípticas
inscripciones en los jardines de su propiedad, Lisán al-Aysar descifra el texto escrito en ellas y
decide emprender el viaje a las ignotas tierras del oeste, más allá del
mundo conocido. En dicho viaje le acompañarán los más dispares compañeros: Baba, un mameluco de pasado
oscuro, un piloto cristiano y alcohólico, y hasta piratas turcos.
Juan Miguel Aguilera nos regala esta deliciosa rihla, crónica de un viaje, en
la que nos veremos inmersos en una aventura que nos llevará desde las calles de Génova hasta el Imperio
Azteca. Los integrantes de la expedición se verán enfrentados a una sangrienta lucha por la supervivencia en
un mundo que les es extraño. Dioses y hombres, mito y realidad se entrelazan a lo largo de la trama para
ofrecernos una panorámica de los ritos y costumbres de la cultura y la mitología azteca precolombina.
El autor demuestra, sin forzar la narración, que ha realizado un extraordinario trabajo
de documentación y ofrece una realidad alternativa (¿quizá real?) de lo que pudo ser el descubrimiento de
América con siete años de antelación al viaje de Cristóbal Colón. Como en cualquier relato con tintes
históricos aparecen a lo largo de la trama una serie de personajes históricos. Alguno reales, otros sobre
los que se pueden hacer suposiciones acerca de su identidad y otros que nos dejarán atónitos, con una
sonrisa en la boca cuando los descubramos.
El ritmo está perfectamente calculado y alterna la acción más desenfrenada con pasajes
descriptivos bellamente narrados. En algunos tramos llega a tener tintes de horror cósmico al más puro estilo
Lovecraft. A su vez, los personajes quizá posean poca profundidad pero están correctamente trazados y
cumplen con su cometido, aunque en algunos casos creo que hubiese sido interesante conocer más detalles
sobre ellos.
Minotauro, siguiendo con su propósito de editar tanto ciencia ficción como literatura
fantástica escrita originalmente en castellano, ha acertado de pleno con el publicación de esta novela.
Respaldada por excelentes críticas por parte de la prensa francesa es de esperar que aquí reciba el apoyo
publicitario necesario para poder llegar a un público más amplio. Sobre la edición hay que comentar que es
impecable, aunque le hubiese sentado mejor las tapas duras.
En definitiva, Rihla es una deliciosa novela de aventuras que nos confirma
otra vez más que Juan Miguel Aguilera es un autor que todavía tiene mucho que ofrecernos, no sólo a las
aficionados al género sino a todos los lectores en general.
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