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American Apocalypse,
de John Kessel
Título original: Good News from Outer Space
(1989)
Portada: Alberto Cairo
Traducción: Lorenzo Luengo
Editorial: Bibliópolis
Bibliópolis fantástica nº 17
(2004)
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John Kessel
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Iván Fernández Balbuena (cebra), Febrero 2005
Grandeza y servidumbre del near future
En fechas no muy lejanas resultaba prácticamente imposible saber cuáles eran las nuevas
luminarias de la ciencia ficción que surgían en el resto del mundo. Hablo de los días en los que sólo existían
dos colecciones de género estables en España, Minotauro y Nova, ambas caracterizadas por ser fieles a lo que
publicaban, una serie de autores muy concretos, camino del que muy raras veces salían. Así que si uno quería
saber qué era lo último de Ballard, Aldiss o Bradbury, ahí teníamos a Porrúa y su Minotauro. Y si uno prefería
ver las últimas creaciones de Card o las tres B (Brin, Benford y Bear) ahí estaban Nova y el inefable Barceló.
¿Y si no te gustaban esos autores? Pues como se dice de forma castiza, "ajo y agua".
Hoy en día, y a Dios gracias, las cosas han cambiado de una forma impensable hace apenas
seis años. Jóvenes y modestas empresas como La Factoría de Ideas, Gigamesh y Bibliópolis nos están trayendo a nuestras manos a autores de hoy, nuevos y vitalistas, que poco tiene
que ver con aquel "clasicismo" de Minotauro o el hard de Nova. Así, somos capaces de ver qué es lo que
se cuece en toda la ciencia ficción y no sólo en una o dos de sus familias.
Claro que esto no significa que todos los autores nuevos sean automáticamente
genios, ni que todas las nuevas novelas sean grande novelas. Y si no, ahí tenemos American Apocalypse,
un libro que, bajo mi punto de vista, no tiene mucho sentido dentro del actual mercado del fantástico español.
Hay dos razones que avalan esta tesis: una, que el libro es tan rabiosamente estadounidense,
tan genuinamente yankee, que a más de un lector europeo se le escapará gran parte de la historia que se
nos narra o, más probablemente, la verá como algo totalmente ajeno a nuestra idiosincrasia, por mucho
colonialismo cultural que llevemos sufriendo; y dos, no acabo de entender la razón de publicar un libro editado
originalmente en 1989 y cuyo tema principal es el fin del mundo que va a tener lugar en el 2000, al albor del
nuevo milenio. O, por lo menos, no entiendo que esto se haga en el 2004, provocando la incómoda sensación de
leer algo desfasado y pasado de moda.
Esta segunda razón es la que, personalmente, más me ha desconcertado. Es cierto que
Kessel es lo suficientemente listo como para dejar caer a lo largo de su obra suficientes referencias como
para hacernos pensar que, a lo mejor, estamos ante un universo alternativo. Pero, por desgracia, es demasiado
sutil para el común de los lectores. Así que uno tiene la impresión de estar leyendo algo viejo y pasado de
moda, algo parecido a esos viejos libros de ciencia ficción de los 50 que tenían lugar en el siglo XXII o XXIII
y en los que seguía existiendo la Unión Soviética. Y ése es el gran problema de ese subgénero conocido como
near future, ambientado en pasado mañana; que puede atraer nuestra atención al ocurrir prácticamente
en nuestros días pero que corre un gravísimo riesgo de quedar obsoleto a marchas forzadas. Y en el caso de
American Apocalypse, donde la acción transcurre entre abril y diciembre de 1999, la fecha de caducidad
estaba impresa en la primera página de la novela.
En cuanto a la primera razón, su condición de libro centrado en las neuras de estadounidense
medio del profundo Medio Oeste (el Bible Belt), firme seguidor de los telepredicadores más exaltados, expectante
ante el ansiado fin del mundo, creyente acérrimo en los OVNIs (que, por si no lo sabían ustedes, son enviados
por Dios nuestro señor) y de un nacionalismo enervante, he de reconocer que quizás sea una objeción menos a
tener en cuenta.
Efectivamente, estoy convencido que más de uno encontrará a estos estadounidenses vecinos
y aliados nuestros más marcianos que cualquier engendro parido por el más fantasioso autor de ciencia ficción,
y no sentirá ninguna empatía, ni por sus personajes, ni por sus motivaciones. Pero reconozco también que el
libro puede ser una herramienta extremadamente útil para acercarnos a un modo de pensar que, si bien nos puede
ser totalmente ajeno, es el que hoy en día rige la nación más poderosa del mundo. Porque, desgraciadamente,
muchos de los exaltados protagonistas que pueblan este libro son los mismo que con sus votos han aupado a
Bush Jr. a la Casa Blanca.
Si a esto unimos una trama bien construida y un estilo bastante por encima de la media
podemos encontrarnos con suficientes razones como para intentar superar nuestros prejuicios y leer y disfrutar
de este American Apocalypse. Una pena que no pudiésemos hacerlo antes del 2000 y nos llegue con retraso.
Claro que, en aquellos años Bibliopolis aún no existía.
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