<< Volver

(nota: es posible que algunas imágenes y/o enlaces no funcionen)

El sueño del Rey Rojo, de Rodolfo Martínez

Esta crítica ha sido leída 11985 veces


[ El año de Martínez ] [ Victoria pírrica ] [ El sueño del Rey Rojo ]
[ Sherlock Holmes y la sabiduría de los muertos ]
[ Territorio de pesadumbre ] [ Anticipo de El sueño del Rey Rojo ]
[ Anticipo de Sherlock Holmes y ... ] [ Entrevista a Rodolfo Martínez ]



El sueño del
Rey Rojo,

de Rodolfo Martínez

Portada:
Juan Miguel Aguilera

Editorial:
Gigamesh
(2004)


El libro en cyberdark.net

Libro disponible en la tienda de cyberdark.net Libro disponible
en la tienda de
cyberdark.net



Rodolfo Martínez

Libros en cyberdark.net


 

Por Raúl Ruiz (Nemes), Septiembre 2004

   Imaginaos a un lector de ciencia ficción habitual que, por cualquier motivo, no haya oído hablar nunca de Rodolfo Martínez ni de El sueño del Rey Rojo. A este lector le entregamos una copia de susodicha novela y una copia de una novedad editorial de qualité parida por algún escritor anglosajón. Tras hacerle leer ambas de forma consecutiva le plantearíamos una cuestión: adivinar cual de ellas pertenece a un autor extranjero y cual a un autor nacional. Las probabilidades de acertar serían, exactamente, del 50%, porque El sueño del Rey Rojo la podría haber escrito un next big thing de los que copan extensos artículos en el Locus o cualquier gran nombre del genero.

   ¿Es eso algo bueno? ¿Es algo malo? Valoraciones subjetivas a parte, es, como mínimo, señal de que, cuando hablamos de ciencia ficción, España ya no is different. O, al menos, está dejando de serlo. Es señal de que el género fantástico en nuestro país está viviendo una época de fertilidad sorprendente; de que están saliendo a la luz obras de una calidad antes nunca vista. Es señal, en definitiva, de que mientras desde dentro y desde fuera de nuestras fronteras se elevan voces agoreras que preconizan la enésima muerte del género, aparece un León Arsenal que no queda muy detrás en la comparación frente a dos monstruos como Leiber y Howard, aparece un Cotrina del cual Gaiman podría tomar un par o tres de ideas interesantes... y aparece un Rodolfo Martínez que, sin haber escrito precisamente el libro de la década, le da sopas con hondas a los señores Gibson y Egan en su propio terreno. Espectacular, ¿verdad?

   En un futuro cercano donde la inteligencia artificial es un hecho y las redes informáticas se han extendido a todos y cada uno de los aspectos de la vida cotidiana, tres ex cyberpiratas (Alex, Andrea y Lurquer) se ven envueltos en la investigación de un asesinato que no es lo que parece. Los acontecimientos se irán precipitando y lo que en un principio se asemejaba a un asesinato sin resolver más, acabará desembocando en una conspiración de alcance mundial que apunta al mismísimo dueño del mundo... Todo esto mientras nuestros tres protagonistas aprovechan para aclarar los términos de su relación y de unos vínculos algo turbios que les unen...

   Decir de El sueño del Rey Rojo que es una típica novela cyberpunk es faltar a la verdad. Es cierto que se desarrolla en un futuro relativamente cercano, donde la tecnología informática y de redes se ha potenciado hasta límites sólo soñados en la actualidad, y que la ambientación es eminentemente urbana y oscura, pero no participa de la mayoría de tópicos de la novela cyberpunk rancia y previsible. El peso de la narración no recae en una atmósfera opresiva ni en un mundo absolutamente destruido. Los gadgets y la cyberjerga no saturan al lector, ni está plagada de incomprensibles imágenes pseudo poéticas de un mundo virtual, trepidante y cool (especialmente reseñable es la descripción absolutamente desmitificadora y antipoética que el protagonista hace de un ciberespacio que no es luces de neón, ni poéticos bloques de hielo de datos, ni el cielo sobre el puerto con el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto... es mucho más real). Encontramos, pues, un marco de acción futuro, ultra tecnificado pero accesible, que lejos de abrumar y confundir al lector le permite sumirse por completo en el relato.

   Si hemos de hablar de un aspecto especialmente relevante de la novela éste es, sin lugar a dudas, la construcción que hace Martínez de los protagonistas y las relaciones que se establecen entre ellos. Tanto es así que podemos afirmar que estamos ante una de esas novelas llamadas "de personajes", donde el autor pone toda la carne en el asador a la hora de conferirle a estos toda la humanidad, complejidad y credibilidad posible. Y es curioso que lo logre de una manera bastante notable pues los construye a partir de tres estereotipos sobadísimos del thriller y el cyberpunk: la detective implacable, el cyber-ermitaño y el carismático manipulador, partiendo, además, de una situación más tópica aún: el triángulo amoroso.

   Pero es a través de los diálogos que mantienen entre sí, su manera completamente humana y creíble de evolucionar a lo largo de la trama y las agudas y profundas reflexiones (aunque repetitivas y excesivamente largas en algunos momentos puntuales) interiores en las que se sume nuestro protagonista principal y narrador, lo que hace que nuestro trío de sufridos héroes pasen de ser un mero tópico literario a ser seres humanos completos y únicos.

   En cuanto a su estilo narrativo, El sueño del Rey Rojo es un libro de esos que, gracias a un tempo correctamente medido y un impecable uso del suspense, se devora en una sentada. Rodolfo Martínez hace que uno se sumerja en un fascinante juego de muñecas rusas, encajando misterio sobre misterio sobre misterio, donde la tensión y la trascendencia de los hechos van aumentando de forma exponencial. Los protagonistas van descubriendo poco a poco, gracias a su empeño por tirar del hilo, que las cosas no son lo que parecen y que un sencillo asesinato puede llevarlos a una conspiración de nivel mundial, a una situación que, evidentemente, les supera y les queda grande.

   Por lo dicho hasta ahora parece que nos encontremos ante un technothriller cualquiera, donde la ciencia ficción se limita a hacer acto de presencia en el escenario futurista en el que se desarrolla la novela. Pero no es así. En absoluto. El sueño del Rey Rojo se trata de una novela con momentos de brillante especulación sobre el futuro de las redes de información o la inteligencia artificial, y hasta participa de la interesante disquisición sobre la solidez de la realidad tan de moda en estos tiempos que corren. Eso sí, lo hace de una manera inteligente, más allá del "la realidad no es lo que parece y los de negro son unos tíos muy malos".

   Concluyo recomendando encarecidamente esta novela que, sin ser una obra maestra, ofrece misterio, acción, romance, venganza, tensión, especulación inteligente, interesantes referentes culturales y conspiraciones enloquecidas. Y lo hace, además, mejor que muchos consagrados autores anglosajones del género en menos de 220 páginas. Un lujazo, vamos.

 

© 2004 Raúl Ruiz (Nemes) para cYbErDaRk.NeT
Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor

 

2004-09-26 12:43   Nemes
jajajajaja,no pacha nada,mujer, de hecho, que se confundan mis articulos con los de Odemlo es muchisimo mas un elogio que una ofensa ;)
2004-09-24 16:21   aina
Nemes, lo siento, lo siento, lo siento. El apijote mental.
2004-09-23 17:36   Odemlo
¿Odemlo? Ummm, no, me parece que te equivocas... esta crítica la ha escrito Nemes.
Aunque puedes leer el artículo que viene incluido en este especial y dejar también alguna opinión al respecto.
:)
(No pasa ná, un lapsus lo tiene cualquiera)
2004-09-23 14:15   aina
Totalmente de acuerdo con Odemlo en lo referente a la historia. En cuanto a lo que podría pasar por un escritor anglosajón no estoy del todo de acuerdo (tiene algo de europeo en su forma de tratar los personajes), salvo quizas por el modo en que trata lo referente a Dios, el uso de la sátira,... En cuanto al libro: na obra increible, sobre todo a la hora de estructura la historia de una forma compleja y arriesgada y saliendo del reto como el gran Rey Rojo Que Sueña. La coherencia, el estilo y la caracterización de los personajes es perfecta. No sé, es más que recomendable, porque deja un regusto placentero que la hace imprescindible e innolvidable (seguro que sí). Hace tiempo que no me sentía tan agusto leyendo.