|  
             Esta crítica ha sido leída 
              11338              veces 
             
              
                 
             Un Abismo en el Cielo, de Vernor Vinge 
            Ediciones B, colección Nova, 2003 
               | 
            por Ignacio 
              Illarregui Gárate, 2003 
               
               Un abismo en el cielo es la "continuación" 
              de Un fuego en el abismo, publicada en 1992 y que ganó el 
              premio Hugo un año después. Pongo continuación entre comillas porque 
              no es una segunda parte en sentido estricto sino una de esas precuelas 
              que tanto se estilan en los últimos tiempos, que en vez de narrar 
              hechos cronológicamente posteriores está situada unos 30000 años 
              antes, por lo que aquellos que todavía no hemos podido leerla  
              no encontraremos ningún problema en sus páginas (en el grado de 
              dificultad de los buscadores de incunables está sólo un pasito por 
              detrás de otra "leyenda" como La caída de Hyperion). 
                Su historia tiene lugar en Arachne, un mundo 
              que orbita alrededor de la estrella OnOff. Ésta resulta una curiosidad 
              astronómica ya que radia energía únicamente durante 35 años en un 
              ciclo de encendido/apagado que se repite periódicamente cada 250 
              años. Al espacio "humano" han llegado señales de radio 
              procedentes de él y hacia allá se encamina una expedición de mercaderes 
              Qeng Ho, una civilización nacida para el comercio que espera alcanzarla 
              en el momento de bonanza del ciclo y sacar el máximo partido posible 
              al primer encuentro. Sin embargo al llegar allí se topan con otra 
              expedición procedente de la esfera Emergente, un grupo humano con 
              una orientación cultural diametralmente opuesta a la Qeng Ho y que 
              han cimentado su desarrollo en torno a la dominación y la guerra. 
              El choque inicial entre ambos tiene unas consecuencias imprevistas 
              que les obligará  a cooperar mientras aguardan el despertar 
              del planeta que se iniciará cuando se encienda de nuevo la estrella. 
                Así comienza este ambicioso space opera de primer 
              contacto con una impecable factura clásica del que resulta muy complicado 
              hablar sin desvelar los múltiples giros que aparecen entre sus más 
              de 700 páginas donde Vinge afronta una serie de empresas de las 
              que sale generalmente airoso. A mi juicio la más conseguida es la 
              recreación de 3 entornos culturales extraños, plenamente auto consistentes 
              y que reflejan alguno de nuestras ideas más recursivas. Las dos 
              humanas, bastante anquilosadas al comienzo, discurren con mucha 
              naturalidad a lo largo de las decenas de años de convivencia interesada 
              y mestizaje, llegando a formar, a nivel de base, prácticamente una 
              sola comunidad. 
                Más interesante es la evolución de la cultura 
              "araña" que se desarrolla en la superficie del planeta. 
              Obligada a hibernar bajo tierra en abismos durante 215 años, resurge 
              de sus cenizas ciclo sí ciclo también para reproducir paso por paso 
              nuestra propia historia, no consiguiendo evitar caer en nuestros 
              mismos errores. A través de su comportamiento se reflejan conceptos 
              extrañamente familiares como democracias más o menos controladas, 
              teocracias dominantes, la eterna dualidad norte-rico sur-pobre, 
              la división del mundo en bloques, la consabida guerra fría, los 
              diversos usos que se da a la energía nuclear o temas de inmensa 
              actualidad como los problemas éticos que surgen siempre que se producen 
              avances tecnológicos, sin perder nunca en su tratamiento un matiz 
              de extrañeza alienígena. 
                Las dos partes en las que está escindida, lo 
              que ocurre "arriba" a los humanos y "abajo" 
              a las arañas, transcurren en paralelo y tienen siempre un núcleo 
              de personajes centrales que sirven de foco y entorno a los cuales 
              sucede absolutamente todo. Uno de los más entrañables es Sherkaner 
              Underhill, una araña cuya vida sirve de hilo conductor de todo lo 
              concerniente a su civilización, de la que es el motor de cambio 
              que la hace avanzar hacia la anhelada era de la información. Y obviamente, 
              como en toda historia de este tipo que se precie, hay un grupo de 
              malos sibilinos con un oscuro propósito no explicitado hasta el 
              desenlace. No obstante, el autor se redime de esta presencia rutinaria 
              con un trío de eclécticos villanos que llegan literalmente a asustar 
              porque parecen realmente invencibles. 
                La prosa de Vinge es sencilla pero resulta inexplicablemente 
              redundante (no es difícil encontrar párrafos en los que utilice 
              la misma palabra 3 veces), liosa y, por momentos, peca de escasa 
              continuidad. Cuando la acción se precipita también lo hace la narración, 
              perdiendo la cadencia y causando una ligera confusión que le obliga 
              a recapitular más adelante lo sucedido. Aun así, a pesar de los 
              tirones, consigue sorprender y mantener la tensión a base de manipular 
              al lector y jugar con lo que conoce y las referencias que tiene. 
                Sin embargo hay un hoyo del que no logra escapar. 
              Después de un arranque prometedor, ágil y climático, cuando todo 
              parecía lanzado, se atasca en un nudo de 400 tediosas páginas donde 
              no pasa casi nada y que infla innecesariamente su extensión. Una 
              pena porque si hubiese logrado limar ciertos aspectos podría haber 
              conseguido algo ciertamente memorable y muy superior a La Paja 
              en el ojo de Dios o Huevo de Dragón, dos de sus más claros 
              y prestigiosos antecedentes. 
                Por último quería lanzar desde aquí un pequeño 
              tirón de orejas a la editorial que ha permitido que el libro saliese 
              a la venta sin una corrección de estilo más concienzuda. Ya la primera 
              página, en la que se puede leer está escrito por un tal Vernon Vinge, 
              nos pone sobre aviso de lo que vamos a encontrarnos por delante, 
              con fallos tipográficos y de traducción poco justificables (si además 
              tenemos en cuenta que estamos ante un libro de este precio). No 
              sé por qué a medida que el tiempo va pasando en vez de mejorar las 
              ediciones vamos hacia atrás como los cangrejos, porque cada vez 
              son menos las editoriales que publican libros casi libres de "duendes 
              de imprenta" y demás entelequias editoras. 
               |