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             Magia de Reina, Magia de Rey, de Ian Watson Título 
              original: Queenmagic, Kingmagic 
              Traducción Lorenzo Luengo 
              Ilustracción Roberto Uriel/DPI Comunicación 
              Diseño de cubierta Alberto Cairo 
              Colección Biblióplois Fantástica nº 3-Primera 
              Edición marzo 2003 
              ISBN 84-932836-4-9 
              www.bibliopolis.org 
              Ian Watson, 1986 
                
              
            El autor en cYbErDaRk.NeT  | 
            por J. Javier 
              Arnau, abril 2003 
               
               Una novela de Ian Watson, de fantasía, para más señas.Bien; ¿como se aproxima 
  uno a una obra como esta?. Me explico. De Watson se han publicado en España 
  sólo cinco novelas de Ciencia Ficción, y una de terror, además de algunos relatos. 
     Excepto dos de ellas -El modelo Jonás y Embajada Alienígena-, he leido todas 
  las demás- Empotrados, Visitantes Milagrosos,El Jardín de la Delicias, y Carne-. 
  Y son buenas, pero muy difíciles. 
            Ian Watson no es un autor fácil de digerir. Sus novelas hay que leerlas con 
              atención, e incluso releerlas alguna vez para captar su significado. 
              Es un autor de grandes ideas-auqnue a veces no sepa muy bien qué 
              hacer con ellas: cachalotes evolucionados a un ordenador orgánico 
              (El Modelo Jonás); OVNIS considerados como estados alterados de 
              conciencia (Visitantes Milagrosos); los experimentos para comprobar 
              la programación del cerebro humano, sistemas metalingüisticos como 
              comunicación universal (Empotrados), los niveles de comprensión 
              y las barreras entre el Universo y nosotros (Embajada Alienígena); 
              una misión espacial varada en un mundo que representa el tríptico 
              El Jardín de las Delicias, de El Bosco (El Jardín de las Delicias); 
              un relato de terror, con sangre y tripas, pero también con activismo 
              político, realidad distorsionada, y pervivencia de viejos mitos 
              (Carne).                Ahora toca la fantasía. Muy bien. ¿Y qué nos ofrece Watson 
              aquí? 
     En primer lugar, parece ser la reacción, llamémosle seria, 
  a toda esa oleada de videojuegos y juegos de rol novelizados, para consumo de 
  masas, así como su contrario, las novelas que parecen puros juegos de rol, por 
  su casi inexistente trama, y su multitud de seres, lugares y luchas mil. 
     Pues bien, Watson nos ofrece una novela de fantasía, basada 
  en juegos de mesa, pero con historia, con una trama que nos lleva de unos mundos 
  a otros. 
                Juegos de mesa. Sí; ajedrez, monopoly, escalera y serpiente, 
              y otros más. Al fin y al cabo, con más historia y más solera que 
              otros en los que se basan ciertas novelas  
   La trama que utiliza Ian Watson es una guerra cíclica y eterna 
  entre dos reinos, el de la luz y el de la oscuridad-las piezas blancas y negras 
  del ajedrez. 
     Esto le dá pie al autor para hacer unas reflexiones y unas 
  críticas sobre la sociedad actual. 
     Porque en primer lugar, se plantea la guerra como lo único 
  que sostiene al universo, y esta guerra está  mantenida por la nobleza, los 
  únicos que poseen un alma completa en el reino. 
     Esta nobleza se escoge entre los que en cada época demuestran tener un alma 
  completa: dieciseis en cada reino.La guerra es la esencia misma del universo, 
  y los nobles nacen con la idea de que ya han existido antes, que ha habido otras 
  batallas, y que toda la realidad es una pálida sombra de una Realidad Ideal, 
  a la que todo tiende. Vemos aquí reflexiones acerca de la democracia y de las 
  ideas filosóficas de Platón y Aristóteles. 
   A su vez, el joven escudero-peón protagonista, Pedino se 
  plantea el porqué de la guerra , si gane quien gane, el mundo tal y como lo 
  conocen desaparecerá. Pero, ¿hay otros mundos donde no se apliquen estas reglas? 
     La novela, contada en primera persona por Pedino, nos recuerda 
  la novela picaresca española, con el protagonista contándonos su infancia, su 
  educación en el castillo, y su deambular por los barrios "de mala fama" 
  de la ciudad de la luz. 
     Conforme vá adaptándose a su educación como peón-escudero, 
  Pedino va conociendo los entresijos de las misiones de guerra, descubre el sexo 
  y el amor, y empieza a dudar de la finalidad de la guerra. 
                 Es entonces cuando vemos surgir las ideas filosóficas 
              anteriormente mencionadas, la crítica a una sociedad en la que el 
              poder lo ostenta quien tiene un alma completa, y a la industrialización 
              desbocada, puesto que mientras la ciudad de la luz es meramente 
              medieval, la de la oscuridad, además de ser más autoritaria y más 
              triste, es curiosamente la más tecnificada (tienen ferrocarriles, 
              observatrios astronómicos, etc,etc). 
   Con todo esto, con una clase de magia basada en los movimientos 
  de las respectivas piezas del ajedrez, la guerra continúa durante siglos, hasta 
  que el jaque de uno de los dos bandos acabe con el mundo tal y como es hasta 
  el momento; pero Pedino, enamorado de una pieza contraria, rechaza esto, y cree 
  que puede haber otros mundos en los que la magia sea diferente, y no se apliquen 
  las mismas reglas que en su mundo. Así, con ayuda de personajes de ambos bandos, 
  van saltando-Pedino y su amada, un peón -escudero del bando contrario- a diferentes 
  mundos, realidades paralelas. 
     Y aquí es donde Watson dá el do de pecho, y se saca de la 
  manga unos cuantos mundos, a cada cual más peculiar, y cada uno con su propia 
  clase de magia. Mundos basados en juegos de mesa: Monoply, damas, warhammer-o 
  algo parecido-, etc. 
     En ellos, Pedino, Sara-su amada-y un nuevo acompañante son intrusos, una magia 
  "ignota" que el mundo en cuestión debe eliminar. Finalmente, vuelven 
  a  su mundo...pero ya no es el mismo, ni ellos son los mismos que salieron de 
  él. 
               Watson nos describe cada mundo con todas sus 
              reglas, y la extrañeza que les causa a sus visitantes es la misma 
              que nos causa a nosotros. Sin embargo, a pesar de lo original de 
              la idea, y de lo atrayente del tema, hay ciertos momentos por los 
              que Watson parece pasar rápidamente , como si se hubiera metido 
              en el juego por obligación-ofrecer nuevas perspectivas, nuevas realidades, 
              nuevas magias...nuevos juegos, en definitiva-, pero no supiese muy 
              bien como salir de él. 
     Por eso, nos encontramos con momentos y mundos perfectamente definidos, con 
  la acción perfectamente estructurada, y con otros muy rápidos, por los que se 
  pasa muy deprisa, sin definir completamente la estancia de los protagonistas 
  en ellos. 
   De todas maneras, pesan más los buenos momentos, la definición de las reglas 
  del juego, la recreación de esos mundos mágicos, que los momentos mediocres. 
  Aún así, y de acuerdo con otras críticas que he leído, para algunos el final 
  puede ser uno de esos momentos no tan buenos, pero para otros puede ser una 
  buena sorpresa. El caso es que, seguramente, será un golpe de efecto para muchos 
  lectores. 
   Así, una novela de fantasía altamente recomendable, en la que se juntan las 
  críticas a cierta clase de sociedad actual, las aventuras y la magia, y muy 
  alejada de las franquicias basadas, como esta, en juegos de mesa; no sólo de 
  juegos de rol y/o videojuegos vive el aficionado a la fantasía... 
               Y en cuanto a la edición, los que conocéis Bibliopolis Fantástica 
              ya sabeis de su calidad. Buena encuadernación, y bonitas portadas, 
              muy bien maquetadas y casi sin errores de traducción ni erratas. 
              Muy de agradecer en este bomm de editoriales, algunas de las cuales 
              parecen tener más prisa por sacar material, que preocupación en 
              cómo ofrecen el mismo. Por eso, la labor de los editores de Bibliopolis 
              es muy digna de tener en cuenta, tanto por el material que nos ofrecen 
              como por cómo nos lo ofrecen. 
              
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