|  
             Esta crítica ha sido leída 
              11025              veces 
             
              
                 
             La Afirmación, 
            de Christopher Priest 
            Título original: The Affirmation 
             Traducción Matilde Horne 
               
            2003, Editorial Minotauro, Autores 
              
                
              
            El autor en cYbErDaRk.NeT  | 
            por Nemes, 
              abril 2003 
               
            
               "No importa lo que uno ha vivido 
              sino como lo recuerda para contarlo" 
               Gabriel García Márquez 
              
               El Siglo XX representa para la Literatura Universal, 
              como para casi cualquier faceta de la actividad humana, una época 
              convulsa y tremendamente agitada. Ignoramos aún, por pura proximidad, 
              si se trata del inicio de una nueva Era del Hombre o, tan solo, 
              de un breve interludio en el devenir de la Historia.  En el panorama 
              de las letras, fue el siglo de la renovación, las vanguardias y, 
              sobretodo, de la experimentación. De la búsqueda de un modo distinto 
              de hacer literatura. Nuevos enfoques, nuevos conceptos, nuevas maneras 
              de tratar viejos tópicos. Y nuevos temas, también, por supuesto 
              Una de estas innovaciones (quizá la más importante) es el uso de 
              la introspección como motivo principal de la obra y no solo como 
              recurso narrativo. El narrador pasa a ser centro de atención y el 
              cómo percibe los hechos lo mas importante de la novela. Cuando no 
              lo único importante. 
    "La Afirmación" de Christopher Priest 
  es, innegablemente, hija del Siglo XX. Ante todo es una novela de una gran 
  introspección donde, en cada momento, conocemos los sentimientos del protagonista 
  y donde constatamos de un modo muy directo su evolución como persona. No hay 
  pirotecnia efectista, efectos especiales de los caros, personajes o hechos 
  heroicos. Simplemente (¿simplemente?) nos encontramos con un ser humano normal 
  y corriente que en un momento concreto de su vida decide buscarse a sí mismo 
  escrutando en su interior. 
    Ante este planteamiento podríamos 
  pensar que no nos hallamos ante una novela de género fantástico precisamente, 
  pero pasadas unas páginas descubrimos que los laberintos de la memoria deparan 
  interesantes e inesperadas sorpresas...Y que aquel que busca, a veces, para 
  su sorpresa, encuentra. 
    Peter Sinclair es un joven de unos 
  treinta años al que la vida más que darle un duro golpe le ha dado algo así 
  como tres. En un espacio breve de tiempo muere su padre, pierde su empleo, 
  su novia lo deja... ¡Ah! Y se ha quedado sin casa. Se ha convertido, de la 
  noche a la mañana en un perdedor de diccionario. Cuando parece que su hundimiento 
  es irremisible un antiguo amigo de su padre le ofrece un trato: le deja vivir 
  en su casita de campo por un tiempo limitado (aunque suficientemente largo) 
  a cambio de que la acondicione, ya que hace largo tiempo que no la visita 
  y está en estado ruinoso. 
    Peter acepta y, acompañado por la 
  soledad de la campiña británica, encuentra la que cree será clave para recuperar 
  su equilibrio: escribir su autobiografía. Pero lo que empieza siendo un sano 
  ejercicio de autoanálisis, poco a poco deriva en una insana obsesión por escribir 
  y por encontrar en lo escrito respuestas a sus preguntas... Tras repetir varias 
  veces el mecanoscrito debido a una continua insatisfacción con el resultado 
  (en lo que viene a ser una interesantísimo ensayo sobre el hecho y las motivaciones 
  del acto de escribir) decide afrontarlo todo una última vez en clave de ficción 
  con el pretexto de "alcanzar así una verdad superior". Ya que la memoria ha 
  resultado ser una herramienta defectuosa e inexacta, medita que es en la ficción 
  donde las verdad, de un modo un poco platónico, quizá reside. 
    Así pues en su historia decide cambiar 
  todos los nombres: su novia Gracia pasa a ser Seri, su hermana Felicity pasa 
  a llamarse Kalia,... Incluso Londres, gris y triste, se trasforma en Jethra 
 , gris y triste. Pero pronto se dará cuenta que su objetivo de alcanzar la 
  verdad a través de la metáfora ha tenido resultados inesperados... 
    Peter Sinclair es un joven y saludable 
  jethrano de lo mas afortunado: le ha tocado la lotería de la Isla de Collago. 
  ¿Y en que consiste el premio? Pues en la inmortalidad, ni más ni menos. Para 
  ello ha de desplazarse hasta la mencionada Collago y someterse a una especie 
  de operación y terapias. Para ello se embarca en un apacible y encantador 
  crucero por El Archipiélago, un conjunto de infinitas islas (literalmente) 
  que separa los dos continentes en guerra, que le llevará hasta allí. Durante 
  el camino conocerá a Seri y se enamorará de ella hasta el punto que ésta decide 
  acompañarlo hasta Collago para el tratamiento que lo ha volver inmortal.  
   Peter Sinclair ha escrito un libro : una autobiografía 
  . En ningún momento explica que le motivó a escribirla, ni por que la lleva 
  encima en su viaje a Collago, pero resultará de una utilidad capital. 
    Se trata de una autobiografía muy peculiar ya 
  que está  pelín...ficcionada, prácticamente una novelización donde los nombres 
  han sido sustuidos...Jethra ha sido rebautizada como Londres,aparece un antiguo 
  y convulso amor llamado Gracia y su hermana Kalia es llamada Felicity...extraños 
  nombres esos...en ella, a un alter ego suyo, llamado también Peter Sinclair  
  la vida más que darle un duro golpe le ha dado algo así como tres. En un espacio 
  breve de tiempo muere su padre, pierde su empleo, su novia lo deja... ¡Ah! 
  Y se ha quedado sin casa... 
               ¿Quién es, pues,  Peter Sinclair?  
               A partir de este momento la vida de los dos  
              Sinclairs se  disgrega y se mezcla, y el lector, entre confundido 
              e hipnotizado asiste a un progresivo desgranamiento del misterio 
              de un modo sutil y velado . El acertijo se va desvelando de manera 
              gradual hasta culminar en uno de los finales de libro mas sorprendentes 
             , originales y, si la novela trascendiera dentro del fandom, polémicos 
              y controvertidos que un servidor ha tenido el placer de leer. Final 
              de libro que os obligará a replantearos el concepto tradicional 
              de climax digno de todo un debate teórico. 
    "La Afirmación" de Chrisptopher Priest 
  no es un libro fácil. En absoluto. Se trata de un hábil trabajo de prestidigitación 
  literaria, un artefacto difícil y delicado que ha de encontrar su lector ideal. 
  Lector con el que juega a su antojo y al que desconcierta a medida que avanza. 
  A través de la trama principal: las paralelas y disociadas existencias de 
  los dos Peter Sinclair se esconden agudas reflexiones sobre distintos temas: 
  la memoria y sus falibilidad como instrumento de análisis introspectivo, la 
  percepción de la realidad y las distorsiones a las que la mente humana puede 
  someterse, la inmortalidad y sus implicaciones éticas, el sentido de la vida 
  (qué biografía no es, en últimos término, una búsqueda del sentido de la vida 
  ), el viaje iniciático ... 
    Como bien se puede adivinar, más que 
  un libro de acción trepidante, aunque no se haya exento de ciertos giros inesperados, 
  es más bien un veneno lento y absorbente, soberbiamente escrito y que reclama 
  la máxima atención a su lector. Exigiendo en determinados momentos volver 
  atrás para redescubrir nuevos significados a pasajes ya leídos a medida que 
  la disociación invade las distintas vidas de Peter Sinclair y las realidades 
  empiezan a confundirse entre ellas. 
    Escribir una historia de estas características 
  y salir airoso (no hablemos ya de, si se me permite la expresión, cortar orejas 
  y rabo) exige del escritor una construcción de personajes especialmente medida 
  y una capacidad narrativa a prueba de bombas. Y, en mi humilde opinión, creo 
  que Priest consigue esto e incluso va más allá al lograr narrar esa historia 
  de una manera fluida pese a que la historia avanza enmarcada entre lo onírico 
  y surreal. Hace que las extrañas elucubraciones del personaje arranque reflexiones 
  personales en el lector consiguiendo, en ciertos momentos, que nos identifiquemos 
  con un personaje (¿o personajes?) esquizofrénico atrapado en un mundo interior 
  a ratos notablemente poético. 
               "La Afirmación" es un libro muy especial que tiene como 
              blanco a lectores  aviesos y curtidos, y un ejercicio literario 
              rico en matices poco recomendado para lectores de autobús y buscadores 
              de la diversión rápida. Es un libro que te obliga a estrujarte la 
              cabeza y que hagas el esfuerzo de entender. Una novela que te atrapa 
              pese a la superficial falta de acción. Aquel lector que, advertido, 
              se enfrente a la lectura de este libro con la mente abierta y con 
              ganas de algo distinto en materia de género fantástico se encontrara 
              con un libro sumamente estimulante, ideal para demostrar a los doctos 
              en letras que insisten en etiquetar el género fantástico como subliteratura 
              que se encuentran en un serio error. 
              
             |