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             Tiempos de Arroz y Sal, 
            de Kim Stanley Robinson 
            Título original: The Years of Rice and Salt 
             Traducción: 
              Franca Borsani 
               
            2003, Editorial Minotauro 
            Precio: 23€ 
            Páginas: 716 
              
                
              
            El autor en cYbErDaRk.NeT  | 
            por David Fernández, 
              mayo 2003 
               
            
            
               Nos enfrentamos en esta ocasión con la última novela de 
              Kim Stanley Robinson, publicada por Ediciones Minotauro. Entre otras 
              cosas, es finalista al premio Hugo de ciencia ficción y la editorial, 
              Minotauro, ha lanzado una potente campaña de publicidad para promocionar 
              el libro, apoyada hasta con anuncios en el metro. Y las ventas, 
              parece, están acompañando. 
               Es la primera ocasión, aparte de la promoción 
              realizada a ESDLA -no demasiado necesaria, por otra parte, visto 
              el éxito de la película-, que vemos un libro de "género" lanzado 
              definitivamente al estrellato y a conseguir, me atrevo a decir, 
              un puesto reconocido en la historia de este país como uno de los 
              libros de ciencia ficción más vendidos de la historia -sin contar 
              1984, Un Mundo Feliz, etc-. Y eso es bueno. 
               Para comenzar, decir que sólo había leído un 
              libro de ciencia ficción del Stanley Robinson antes, Marte Rojo, 
              y es de esos que tengo apartados en la estantería de "no puedo con 
              ellos". 
               Pero, ¿es realmente un libro de ciencia ficción? 
              Esa es una de las cosas que habría -o quizá no- que analizar primero. 
               El libro es una ucronía. El punto de ruptura 
              con nuestro presente parte de la desaparición de la civilización 
              judeo-cristiana europea occidental víctima de la peste que asoló 
              -y esto es real- gran parte del continente durante los siglo VI 
              y VII. 
               A partir de ahí Stanley Robinson dibuja el futuro 
              de la humanidad sin la existencia de nuestra civilización actual 
              -en la que vivimos usted y yo, casi seguro-, vista con los ojos 
              de varios personajes en sucesivas vidas-reencarnaciones. América 
              no la descubrió Cristóbal Colón -ni, ya que estamos, Eric el Rojo-, 
              España nunca dominó los mares del mundo, EEUU perteneció por siempre 
              a los "indios"... 
               En principio, un buen punto para comenzar una 
              novela de historia alternativa. Divido en varias partes o "libros", 
              vemos el mundo a través de los ojos de las reencarnaciones de los 
              personajes, y sus andanzas, una muertos, en el Bardo. 
               Pero el libro no dibuja una aventura, no despliega 
              los avances técnicos y científicos de la época -salvo en tres capítulos, 
              mis preferidos- sino que, al contrario, es un libro "social". Hasta 
              la médula. El autor explica este imposible mundo pasado desde la 
              perspectiva de las relaciones humanas, las relaciones sociales, 
              la lucha de los personajes en sus sucesivas reencarnaciones para 
              alcanzar el estado superior de vida y no volver a reencarnarse bajo 
              la forma de un pez o un grano de arena. 
               Esta es la primera dificultad. ¿Es que no puede 
              ser de ciencia ficción un libro "social"? Ejemplos hay, pero quizá 
              de otra manera. 
               La segunda, ¿es "factible" crear un libro de 
              ciencia ficción casi completamente basado en civilizaciones simétricamente 
              opuestas a la nuestra? ¿Es la ciencia ficción prerrogativa única 
              del mundo anglosajón y/u occidental? 
               Unos dirán que sí, otros dirán que no. El caso 
              es que el número de autores procedentes de otras culturas en nuestros 
              géneros es prácticamente nulo. 
               Y no se trata sólo de la "ambientación"; se trata, 
              en este libro, del lenguaje utilizado. Es una enciclopedia andante 
              de islamismo, taoísmo, etc, con lo que ello implica: un lenguaje 
              muy diferente al que estamos acostumbrados en otra novelas de "género". 
              Como ejemplo, los numerosos poemas de cuatro líneas que inundan 
              algunos capítulos del libro,  en especial los ambientados en China, 
              o las interminables discusiones interiores de los personajes sobre 
              el mundo que les rodea, el karma... 
               Es un libro, además, que no mantiene un estilo 
              narrativo a lo largo de los capítulos. Cada uno de ellos está escrito 
              de una manera diferente, probablemente intentando reflejar el cómo 
              pensaría una persona de aquella época, el estilo propio de ella. 
              Esto hace que su lectura sea muy complicada, llegando en algunos 
              momentos a ser insufrible, en especial los capítulos ambientados 
              en el Bardo (allí donde van las almas una vez muerto el cuerpo 
              a que se juzgue su actuación en la vida), y el libro II, donde uno 
              de los personajes se reencarna en un tigre. 
               El autor analiza en varios capítulos la sociedad 
              en la que se recrea cada uno de ellos, con sus pros y sus contras, 
              y en lo que afectan a los personajes. A medida que avanza la lectura, 
              va dejando más de lado ese lenguaje "extraño" para usar uno de hoy 
              en día, repleto aún de términos de ese mundo, pero que aún así mejora 
              a cada página que pasa. Precisamente, a mi entender, los mejores 
              capítulos son los finales. Y es ahí donde el Kim quería llegar. 
               Escondido bajo estas páginas tenemos aún más. 
              Tenemos las propias reflexiones del autor. Si bien no me quiero 
              adelantar en mi juicio para tachar al autor de tal o cual cosa, 
              creo ver entre líneas mucho de sí mismo. Kim nos ha dejado, como 
              tantos otros autores, sus propias reflexiones sobre la vida, la 
              muerte, y el mundo actual en boca de los protagonistas que pueblan 
              éste su planeta Tierra. Por ello, me parece que en cierta forma 
              nos muestra su protesta hacia en cristianismo que impregna su sociedad 
              -y la nuestra- como freno para el desarrollo de los ideales naturales 
              del hombre, "paz", "igualdad" y "justicia", reflejando estas convicciones 
              -creo- en el islamismo. En varias ocasiones en el libro habla de 
              lo mucho que retrasa el desarrollo en todos los campos el vivir 
              bajo una religión monoteísta, pervertida en la (su) actualidad por 
              el paso de los años y las continuas adaptaciones hechas por la jerarquía 
              eclesiástica. Lo que la sucesiva implantación de más y más normas, 
              la tergiversación del mensaje original, hace de daño a una cultura 
              basada en la religión -en el caso de la islámica, en el libro-. 
               En cambio, apoya incondicionalmente las culturas 
              orientales, como fuente milenaria de conocimiento que proponen, 
              como meta en la vida, mejorar reencarnación tras reencarnación para 
              alcanzar la perfección como ser humano. Interesante concepto, puestos 
              a hablar de ello. 
               También es de notar su rechazo hacia el sufrimiento 
              que la mujer ha padecido durante siglos. En el momento en que empieza 
              a plantear la cuestión, el libro se ve imbuido continuamente de 
              referencias hacia esa liberación, como parte del progreso lógico 
              para alcanzar el bienestar mundial, incorporando como idea que uno 
              de los motivos de la caída del islamismo es la no incorporación 
              de la mujer como fuerza social y política. Teoría que bien se podría 
              trasladar a la actualidad, pienso. 
               Muchas teorías, todas interesantes, sobre el 
              mundo de hoy en día, el ser humano, y la búsqueda de la paz (interior 
              o exterior). Un libro que hace pensar. 
               No me sorprende que Minotauro se haya lanzado 
              a la aventura de promocionarlo de la manera que lo está haciendo. 
              Lo comprará mucha gente, y se quedarán satisfechos. Estoy convencido 
              de que muchos lectores del "main stream" que copa hoy en día el 
              mercado quedarán encantados con él. Es una buena novela social, 
              pero quizá un poco espesa para los lectores habituados a la ciencia 
              ficción de aventuras. 
  
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