Poco 
              después se convocó el primer UPC. Hojeando La luna quieta 
              pensé que era una novela muy inflada y que tal vez podándola podría 
              encajar en el concurso. Así que me puse a trabajar con mi recién 
              comprado ordenador y la reduje a menos de la mitad. La mandé como 
              de relleno, pues no sabía si encajaría en la filosofía del certamen... 
              y unos meses después recibí la llamada de Miquel Barceló. 
               Fue así, gracias al UPC, como publiqué por primera 
              vez. No puedo decir que desde entonces todo haya sido un camino 
              de rosas, pero el UPC me abrió paso. Así que su creación lo supuso 
              todo para mí. 
               ¿Encontraste algún problema para acomodarte 
              a una extensión tan inusual como la novela corta? 
                 
              Como ya he dicho, esa resultó ser la extensión ideal para una obra 
              como La luna quieta. Después, gracias a la limitación de 
              páginas que imponen las normas, he tenido que aprender a sintetizar 
              y a estructurar bien mis argumentos. Todos los relatos que he enviado 
              al UPC son auténticas novelas, no cuentos alargados. Es evidente 
              que en esa extensión no puedes manejar demasiados personajes ni 
              complicar mucho la trama, pero es posible contar casi cualquier 
              historia. 
               Es curioso que la extensión de una novela corta, 
              en torno a las 100 páginas, coincida con la media de los guiones. 
              La novela corta y el guión tienen muchos puntos en común. De hecho, 
              para la escritura de El mito de Er trabajé con la ayuda de 
              manuales sobre guiones, como los de Linda Seger o el de Syd Field. 
               Supongo que elegir entre tus "hijos" es difícil, 
              pero ¿cuál de todas las que has presentado es la que más te gusta? 
               El mito de Er. Era la primera vez que 
              escribía una novela histórica, o semi-histórica. Me atraía la idea 
              de presentar un mundo griego no tal como nosotros creemos que era, 
              sino como ellos creían que era. Además, creo que es la primera 
              de mis obras en la que yo llamaría una fase más "consciente" de 
              mi escritura; luego han venido Amada de los dioses y La 
              Espada de Fuego. Así lo han reconocido mis editores franceses, 
              que han elegido El mito de Er para su publicación después 
              de Le regard des Furies. 
               Además, le tengo un cariño especial a Estado 
              crepuscular, por lo bien que me lo pasé con ella y porque me 
              ganó el aprecio del fandom. Me alegra reeditarla ahora en la colección 
              Gotas, junto con otras novelas cortas de tanta calidad como 
              Seis y La noche roja. 
               ¿Y de las que te ganaron? ¿Cuál es la que 
              consideras lo hizo con justicia?  
               Cualquiera de ellas. Aunque también creo que, 
              casi siempre que he quedado segundo, podría haber ganado el premio 
              y tampoco se habría cometido una injusticia. Muchas veces la final 
              del premio se mueve en niveles parejos de calidad y es el gusto 
              personal de los miembros del jurado el que decide. No hay nada que 
              objetar.  
               Por ejemplo, hay quien ha dicho que no tenía 
              que haber ganado el UPC con Buscador de sombras, que lo había 
              merecido más con otras obras... Lo que más gracia me hace es que 
              algunos no opinan sobre el asunto, sino que pontifican. 
               Sólo tuve una espina clavada. Estado crepuscular 
              ni siquiera llegó a salir en el volumen del UPC 92. Pero luego Miquel 
              la publicó en sus Quaderns UPCF y consiguió los premios Ignotus 
              y Gigamesh, a pesar de su reducida distribución, así que esa heridita 
              ya está casi curada.  
            ¿Cómo ves el "éxodo" hacia la novela 
              juvenil de algunos autores como Mallorquí, Barceló, Armando Boix 
              o tú mismo? 
               Para mí es una posibilidad más. Me gusta variar. 
              En realidad sólo he escrito dos obras juveniles, Memoria de dragón 
              y Los Héroes de Kalanúm. En el futuro puede que repita, si 
              encuentro historias que me parezcan apropiadas para ese formato. 
               El término éxodo me parece excesivo. Lo único 
              que hemos hecho ha sido ampliar nuestros caminos y salir de las 
              editoriales confinadas exclusivamente a la CF y la fantasía. Pero 
              seguimos siendo los mismos. A mí la vena fantástica me sale hasta 
              cuando escribo para la Sonrisa Vertical. (¿Qué mejor terreno para 
              desbocar la fantasía que el del sexo?) 
               Eso sí, aunque a César Mallorquí le va muy bien 
              en la novela juvenil y lo está ganando todo, echo de menos leer 
              algo suyo que no esté dirigido a los chavales. ¡A ver si lees esto 
              y te animas, gigantón!  
               ¿Pero no se sacrifica demasiado a la hora 
              de escribir una novela juvenil? Hace poco he leído Memoria de 
              dragón y se nota que está orientado para  chavales de entre 
              14 y 17 años, algo que no me ocurrió con Nox perpetua, publicada 
              también en una colección juvenil. 
                La novela Memoria de dragón la escribí 
              para el premio Edebé, del que quedó finalista; de modo que tenía 
              que cumplir con ciertas características que se dan en esos concursos. 
              Sin ser una novela para "tontos" (a veces me parece que 
              ciertas obras que encuentro en colecciones juveniles sí lo son), 
              lo que no podía era introducir un lenguaje demasiado barroco ni 
              una estructura complicada; y el final feliz y claramente conclusivo 
              es inevitable. He comprobado por mí mismo que esa novela funciona 
              muy bien entre los chavales de la ESO, pues he tenido encuentros 
              con ellos en diversos institutos; entre ellos, el mío. Y sin embargo, 
              las mínimas complejidades formales que tiene (algún cambio de punto 
              de vista) han supuesto una dificultad para algunos chavales. Hemos 
              de tener en cuenta que estas colecciones están concebidas para personas 
              que no están acostumbradas a leer, y hay que ponerles las cosas 
              fáciles. 
                En 
              cuanto a Nox perpetua, no es una novela juvenil, ya que la 
              escribí para el premio UPC del 93. No consiguió pasar el corte, 
              pero luego fue publicada en La Calle de la Costa. Más tarde la editorial 
              SM decidió incluirla en su colección El Navegante, pero a mí jamás 
              se me habría ocurrido presentar una historia así a un certamen de 
              literatura juvenil. De hecho, en mi instituto la han leído alumnos 
              de 3º y 4º de la ESO y a los que estaban acostumbrados a leer les 
              ha gustado, pero muchos otros no han llegado a entenderla del todo 
              por la complejidad de su estructura y su contenido. (Y eso que Nox 
              perpetua  es un relato de lo más sencillo para cualquier aficionado 
              a la CF.) 
               Desde tu labor de educador, ¿cómo contemplas 
              el futuro de la literatura en un país como éste donde los índices 
              de lectura son tan bajos? ¿Se está realizando una buena labor desde 
              los centros de enseñanza? 
               Prefiero no pensar demasiado en el futuro de 
              la literatura, no sea que me invada el desánimo y deje de escribir. 
              La verdad es que cuando yo estudiaba en el colegio y en el instituto 
              era de los pocos que leían, así que las cosas no han cambiado tanto. 
              Creo que la mayoría de la gente se aficiona a leer cuando crece 
              un poco más y las hormonas se le asientan. 
               Precisamente el auge de la literatura juvenil 
              se debe a que los profes hemos comprendido que para aficionar a 
              los muchachos a la lectura es más conveniente darles Los escarabajos 
              vuelan al atardecer de María Gripe, o La catedral de 
              César Mallorquí, que una novela como Zalacaín el aventurero, 
              que ya aprenderán a apreciar con el tiempo... o no. 
               ¿Cuáles son los mejores libros para iniciar 
              a un chaval de 12 o 13 años en la lectura? 
               Hay novelas juveniles que no están mal. Harry 
              Potter, desde luego, está haciendo una buena labor. (Otra 
              buena labor, quiero decir: la primera es convertir a su autora en 
              multimillonaria.) Algunos clásicos de toda la vida funcionan muy 
              bien. El único año en que di literatura comprobé que El Hobbit 
              gustaba, pero El perro de los Baskerville hizo furor. Y ahora 
              que estoy encargado de la biblioteca de mi instituto, no hacen más 
              que pedirme relatos de terror (las niñas sobre todo, que son unas 
              morbosas). 
               Cualquier cosa es buena para empezar a leer, 
              hasta Mortadelo. ¡Qué digo! Sobre todo Mortadelo.  
               Ya has comentado un par de veces la próxima 
              publicación de Amada de los dioses por parte de Tusquets. 
              ¿Cómo te dio por presentarte a un premio como La Sonrisa Vertical? 
               Un buen amigo mío, David, llevaba tiempo animándome 
              a que me presentara a este concurso. Cuando estaba a mitad de la 
              EdF, y apenas quedaban un par de semanas para que terminara 
              el plazo de La Sonrisa Vertical, me decidí a contar la historia 
              de Nerea, una hermosa cortesana del siglo V antes de Cristo por 
              cuyos brazos no sólo pasan personajes de la época, sino incluso 
              algún que otro dios. 
               Dicen que los varones pensamos en el sexo unas 
              cuatrocientas veces al día. O a la hora, no estoy muy seguro. El 
              caso es que dedicar buena parte de esas energías mentales a construir 
              un relato resultó interesante y, sobre todo, muy divertido. Estoy 
              bastante satisfecho del resultado. Creo que me ha salido una novela 
              excitante -en todos los sentidos-, fresca y con un toque de sensibilidad 
              femenina que me ha sorprendido a mí mismo.  
               Y, por cierto, es una novela de fantasía. 
               ¿No te da un poco de "miedo" que algún padre 
              descubra en manos de qué crápula está su hijo? Fantasía, ciencia 
              ficción, literatura erótica,... 
               Un compañero me ha propuesto que pongamos Amada 
              de los dioses como lectura obligatoria para Cultura Clásica 
              en 3º de la ESO. Desde luego, si me atreviera a hacer algo así, 
              sería una buena manera de salir en los periódicos. 
               La verdad es que mucha de la gente que me rodea 
              no se toma demasiado en serio lo que escribo, más por lo fantástico 
              que por lo erótico. Existe un absurdo prejuicio entre bastantes 
              personas que, por su nivel intelectual, deberían tener una mente 
              más abierta: prefieren una novela mal escrita, pero "seria" -y vosotros, 
              cyberdarkianos, sabéis a qué me refiero-, que otra de mucha más 
              calidad en la que haya elementos de fantasía o ciencia ficción. 
              Más de una persona bienintencionada -digo yo- me aconseja: "Si tú 
              escribes bien, muchacho. ¿Por qué no te dedicas a algo más serio?" 
              En fin... 
               Ahora que se está hablando de la EdF en 
              diversos medios, algunos tan prestigiosos como El País, la 
              cosa cambiará. Y los de mi generación, que andábamos de casa en 
              casa con bolsas llenas de cómics de la Marvel para cambiarlos con 
              otros chavales, tenemos ya unos cuantos años y posiciones cada vez 
              más influyentes. Lo que era subliteratura se está convirtiendo en 
              un referente cultural. ¡Ya era hora de inyectarle un poco de color 
              a la vida! 
                 
              También has hablado de la pronta reedición de Estado Crepuscular 
              en la colección Gotas junto a Seis de Daniel Mares y La 
              noche roja de León Arsenal. ¿Cómo es que después de tantos años 
              alguien se ha acordado de ella? 
               La edición fue muy reducida y hoy día es imposible 
              encontrar un Estado crepuscular, pero aún hay mucha gente 
              que me sigue preguntando por esta novela. Aparte de conseguir los 
              premios Ignotus y Gigamesh, fue un relato que funcionó bien por 
              el boca a boca. Supongo que la ciencia ficción humorística es difícil 
              de encontrar y los lectores aprecian la poca que se escribe.  
               ¿Sabes si es una aventura de sólo tres libros, 
              o tiene visos de continuar? 
               En principio, la idea de los editores es seguir 
              adelante y publicar títulos interesantes a precios asequibles. Yo 
              estoy seguro de que esta iniciativa prosperará y la colección Gotas, 
              fruto de la colaboración entre Pulp y Metrópolis Milenio, se asentará 
              en el mercado de la ciencia ficción. Las dos novelas a las que acompaña 
              la mía son excelentes.  
               Seis es una mezcla muy fresca de ciencia 
              ficción y cuento de hadas, escrita con el desparpajo y el ingenio 
              que caracterizan a Daniel Mares. Hay quien ha achacado cierto descuido 
              en la forma de escribir de Dani. Me gustaría saber dónde hay que 
              firmar para escribir "descuidadamente" si el resultado tiene esa 
              soltura. (Los escritores somos como los sistemas operativos: cuanto 
              más fácil se lo ponemos al lector, más trabajo de programación hay 
              detrás.) 
               Y La noche roja es un apasionante space-opera 
              con todo el sabor, la ambientación y los personajes inimitables 
              de un León Arsenal. Los admiradores de cuentos como Ojos de alacrán 
              o Las fraguas marcianas podrán disfrutar de ese sello 
              Arsenal en una narración más extensa de lo habitual en su CF. 
               ¿Existen perspectivas para ver alguna reedición 
              tuya más? ¿Lux aeterna? ¿La luna quieta? 
               Ahora mismo, no. 
               Poniéndose pelín ambiciosos... ¿No sería genial 
              un libro con la mayoría de tus novelas cortas y relatos? 
               La verdad es que me encantaría unir en uno o 
              dos volúmenes las novelas que he presentado al UPC, o al menos aquéllas 
              que no se han publicado de forma independiente. Confío en hacerlo 
              tarde o temprano. 
                Antes 
              has mencionado la publicación en Francia de La mirada de las 
              furias y que El mito de Er está apunto de aparecer. ¿Tan 
              bien funcionó la primera? 
               La editorial L’Atalante está bastante contenta 
              con Le regard des Furies. Los recortes de prensa que me enviaron 
              fueron, en general, elogiosos, y al parecer estuve a punto de ganar 
              un premio que al final se llevó Holdstock, el autor de Bosque 
              Mitago. (No me preguntéis por el nombre del premio, porque me 
              lo contaron en Nantes y con tanta mezcla de idiomas no me enteré.) 
             
               ¿Es el público Francés más receptivo a las 
              obras españolas que el español?  
               De momento sí. Para los franceses somos algo 
              nuevo y un puntito exótico. Un escritor francés me dijo en Nantes 
              que nosotros éramos "la sangre joven". Me hizo gracia, porque él 
              tenía ocho o diez años menos que yo. 
               Para el futuro, a parte de esa novela ambientada 
              en Tramórea, ¿tienes algo más entre manos? 
               Tengo unas cuantas carpetas en mi ordenador, 
              cada una con un proyecto y su documentación correspondiente. Hay 
              un par de novelas históricas, una especie de tecnothriller, una 
              de terror... No sé por dónde saldré, pero ya me pican las yemas 
              de los dedos y si no me embarco pronto en una novela voy a enloquecer. 
              Corregir pruebas, negociar con las editoriales, hacer entrevistas, 
              todo eso está muy bien; pero es escribir lo que me hace sentir que 
              estoy vivo. 
               Para terminar, ¿hay algo que quieras decir 
              a los usuarios de cyberdark? 
               Lo siento por vuestros currelos y vuestros estudios, 
              pero espero que La Espada de Fuego os haga perder unas horitas 
              de sueño. 
               Os confesaré algo: cuando estoy terminando un 
              libro, entre la tormenta de ideas y las radiaciones del ordenador, 
              ando todo el día electrificado y no consigo dormir más que a saltos, 
              y además sueño con los personajes de la novela. Así que robar un 
              poco de la noche a los lectores es, en el fondo, una compensación. 
               Kalinykhta. 
              
            @2003 Ignacio Illarregui 
              Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor  |