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             Marionetas de la Sombra, 
            de Orson Scott Card 
            Título original: Shadow Puppets 
             Traducción: 
              Rafael Marín 
               
            2002, Editorial Minotauro 
              
                
              
            El autor en cYbErDaRk.NeT  | 
            por María 
              Jesús Sánchez, junio 2003 
               
                Parecía que no quedaba ya nada más que contar 
              de Ender y compañía, pero en esta entrega vemos que a Card todavía 
              le quedaban balas en la recámara, es decir, personajes de la saga 
              de los que ocuparse. En este libro les ha tocado básicamente a Bean 
              y Petra Arkanian, aunque también de modo secundario hay alusiones 
              a otros de los insignes graduados de la Escuela de Batalla, el Hegemón, 
              Peter Wiggin y sus padres, que adquieren un inusitado protagonismo, 
              básico para la trama de la novela. 
               ¿El escenario? El mismo Miquel Barceló cita a 
              Card, cuando éste dice que concibió Marionetas como un gran 
              juego de Risk. Y éste es el "tablero" en el que los personajes han 
              de desenvolverse. Un planeta Tierra que, alejado ya el peligro de 
              los fórmicos (antes insectores), se fracciona como un rompecabezas 
              gigante en una serie de estados pequeños y grandes, frente a los 
              cuales se establecen dos grandes imperios en plena expansión: China 
              y el Islam. La Hegemonía, junto con la amenaza exterior, ha perdido 
              su papel preponderante y tiene que luchar para seguir manteniendo 
              su influencia. En este contexto los movimientos del "malo" oficial 
              de la saga, Aquiles de Flandes, serán cruciales para los sucesos 
              en los que se verán envueltos los personajes, en un ambiente de 
              película de superespías. 
               La trama es bastante sencilla. Bean y Petra por 
              un lado y Peter Wiggin por el otro se convierten en el eje de la 
              historia, alrededor de los cuales florece como una especie de espuma 
              tóxica los intereses y movimientos del resto de los personajes, 
              desarrollándose sus movimientos y contramovimientos como en una 
              partida de un juego de estrategia, donde cada situación es analizada 
              y cada suceso depende a su vez de lo que hagan los demás jugadores. 
              En ese sentido se mueven ejércitos, se conquistan países, se generan 
              resistencias dentro de los mismos y todos y cada uno de ellos interpretan 
              su parte como músicos en una sinfonía. Pero al revés que en las 
              sinfonías, el final queda completamente abierto a otras posibles 
              continuaciones, de modo que aunque la novela es autoconclusiva, 
              buena parte de las líneas argumentales quedan pendientes cara al 
              futuro, en concreto la relativa a todos los personajes principales, 
              cuyo futuro tendrá que resolverse en otra entrega. Así que si alguien 
              quería saber si éste era el final de la saga, es bastante difícil 
              que lo sea. 
               En cuanto a los personajes, siguen la línea típica 
              de los personajes de Card. Si Card es bueno, seguramente lo es por 
              su enorme talento narrativo, especialmente en lo que toca a los 
              diálogos, chispeantes e ingeniosos, que enganchan desde el primero 
              momento, aunque las motivaciones y en general el dibujo de los personajes 
              sea algo ambiguo. Por otro lado, la insistencia del autor en considerar 
              "niños" a sus personajes, aunque psicológicamente se desenvuelvan 
              como adultos, queda parcialmente resuelto en este caso convirtiéndolos 
              y reconociéndolos -POR FIN-  como adolescentes o jóvenes adultos. 
              En este sentido, los diálogos y los personajes se hacen mucho más 
              creíbles y por lo tanto ayuda a que el disfrute de la novela sea 
              mayor. 
               En cuanto a los aspectos formales, la traducción 
              es impecable, obra de Rafael Marín y sólo presenta un problema en 
              el título, que no se sabe muy bien que quiere decir... Si se refiere 
              a las sombras chinescas o teatro de sombras, que es típico del sureste 
              asiático, donde es muy popular, o a qué exactamente. El título original 
              Shadow Puppets, parece aludir a este tipo de representaciones, 
              luego lo de marionetas de la sombra, parece que no es del todo apropiado... 
              Pero aparte de este pequeño detalle, la traducción mantiene los 
              ágiles diálogos y un estilo muy apropiado a la obra de Card. 
               En resumidas cuentas, si eres fanático de Orson 
              Scott Card, leételo; si no lo eres, mejor empieza por los primeros 
              libros de la saga de Ender, porque ésta es una obra que no destacará 
              entre las demás de la saga, no siendo mala sino sólo más de lo mismo. 
              Y felicidades a los Cardmaníacos... seguramente tenéis todavía libros 
              para largo... 
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