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	[ AsturCon 2003, La Crónica ]
	[ Un polaco de Cadi ] 
	[ Las mesas de la Asturcon ]
	[ Una visitante en la Asturcon ]
 
	
               por Vorkosigan 
	
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	Vista general  | 
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               La Asturcon 2003 ha sido mi primera visita a una reunión del
	fandom. Llegué a Gijón ilusionada, nerviosa, a la expectativa no sabía muy bien de qué,
	sin saber qué me esperaba ni qué podía dar de sí aquella extraña reunión a la que
	finalmente me había decidido a ir. Y desde luego ese aspecto no se vio defraudado ya
	que no se parecía en nada a lo que yo había esperado o imaginado, porque fue
	totalmente distinto. 
               La primera impresión vino después del paseo por los tenderetes
	que me encontré en el camino hacia la carpa de encuentros. Un lugar amplio, más parecido
	a una caseta de Feria  que al de las reuniones o convenciones que yo conocía. Eso sí,
	con la versatilidad de las sillas movibles y la barra del bar ahí mismo. La carpa de
	encuentros es un lugar para el encuentro (como su propio nombre indica), aunque más que
	un lugar para la escucha, era un trajín de ir y venir, de gente entrando y saliendo de
	la carpa, y con ruido exterior, además de alguna que otra señora y algún jubilado
	entrando para sentarse y descansar un rato, que miraba y ponía cara de pensar algo así
	como: "¿qué está haciendo esta gente hablando de cosas tan raras?". Este pequeño
	inconveniente se vio agravado en algunos casos de forma clamorosa como en la
	presentación de La espada de fuego de Javier Negrete. Para los que no
	estuvisteis allí os diré que, entre otras cosas, estaban probando iluminaciones en el
	escenario mientras se presentaba su libro. ¡En fin! Eso no lo merecen ni él, ni el
	libro, ni, por supuesto, los interesados en oír y ver la presentación. 
	
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	Público asistente  | 
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               Las mesas y exposiciones se parecían muy poco a lo que
	esperaba. Creí que sería más como la exposición de Blueliv, más al estilo de un
	congreso tradicional, donde los ponentes hablan media hora y hay algunas preguntas por
	parte del público. Parecido a lo que he leído sobre las conferencias sobre los
	clásicos de la ciencia ficción en Cádiz.
	Para mi sorpresa se trataba de entrevistas en directo, y las presentaciones de los
	libros poco tuvieron que ver con la forma que con que las conocía hasta entonces. 
               Todo esto me pareció un poco extraño, pero esta extrañeza se
	vio compensada por la maravillosa organización y por sus esfuerzos para que todo
	estuviera en su lugar. Se multiplicaron para estar en todas partes y que todo fuera
	sobre ruedas. Las cenas estupendas, riquísimas, abundantísimas; el autobús todo un
	acierto, puerta a puerta, hotel/restaurante/hotel. El hotel ¡perfecto! Al lado mismo
	del recinto, lo que permitía, entre presentación y presentación, acercarte a descansar
	un rato o dejar algún paquetillo. Y me extrañó sobremanera que se cumpliera el horario,
	¡sucede tan pocas veces y lo agradezco tanto! 
               Pero lo mejor de la Asturcon fue, con mucha diferencia, el
	público asistente. Un montón de gente a la que quería ver y estaba allí. Eso fue más
	interesante: los viejos y nuevos amigos.  Aunque a los asistentes los dividiría en tres
	grupos netamente diferenciados: los autores, los editores y el resto del mundo. 
	
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	Andrzej Sapkowski y algunos cyberdarkianos  | 
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               La mayor sorpresa la depararon los autores. Desde luego no
	esperaba que fuesen tan asequibles, tan cercanos. Encontrarte allí con tus autores
	favoritos y que te hablen, te dediquen los libros y no detrás de un mostrador sino
	tomando tranquilamente una cerveza, es, es…. como diría, impactante. Ya sé que los
	miembros del fandom lo ven normal, pero para mí no lo era hasta entonces.
	Siempre que me había acercado a por un autógrafo o a hablar con algún autor, éste lo
	hacía desde la distancia y la prepotencia; en Gijón descubrí que hay autores humanos.
	Me refiero a los autores españoles y por supuesto a nuestro amigo polaco, un ser
	entrañable. En cuanto al resto de autores extranjeros la barrera del idioma impedía
	un acercamiento, con la dificultad añadida de que según me pareció estaban allí a su
	negocio, a vender libros y no a disfrutar de una agradable reunión como era el caso
	del resto. De los que no diré que no les interese vender libros y darse a conocer,
	desde luego que no, pero me pareció que para ellos la reunión era algo más y, la verdad,
	yo se lo agradecí. El marketing está bien, pero se agradece en una reunión como esa ver
	que hay quien también va a otras cosas. 
               Diferente me pareció el mundo de los editores, con reacciones
	más variadas, desde el que solo iba a su negocio y a vender, y lo demás le importaba
	poco, hasta otros con más acercamiento a los asistentes y con ganas de charlar e
	intercambiar ideas, pero en general muy a lo suyo. Y además me dio la impresión de que
	alguno me miraba con cara de "¿qué hace esta aquí?". Lo que pensé, aunque no dije, es
	que "éstas" son las que compran los libros... (yo al menos conozco muchas). 
               El resto del mundo fue una maravilla, aunque tanta gente y tan
	poco tiempo…. Tengo la sensación de haber estado poco con mucha gente y haber perdido
	una oportunidad. El encuentro con los amigos de Cyberdark fue estupendo, gente
	encantadora, con ganas de disfrutar, pasarlo bien y hablar de nuestra afición favorita.
	Encontrar a gente con la que había intercambiado post, correos y "trabajillos" para la
	página fue toda una experiencia, aunque confesaré que ninguno era físicamente como me
	lo había imaginado, si alto era bajo, si gordo era flaco, si serio unas castañuelas,
	… En fin, la percepción extrasensorial no es lo mío. Os preguntareis ¿por qué no
	nombro a nadie? Os lo diré: fueron dos días tan intensos y vi y conocí a tanta gente
	que me da miedo olvidarme de alguien y eso me dolería mucho. 
	
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	Sapkowski con menos cyberdarkianos  | 
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               Y aunque ya lo sabía, pude constatar que el fandom es
	eminentemente masculino y bastante pequeñito, casi todos viejos conocidos. Me dio la
	impresión que el desembarco de los cyberdakianos en general y un montón de mujeres en
	particular no dejó de causar extrañeza a algunos asistentes. Pero al fin y al cabo
	vivimos tiempos de cambio... 
               En resumen, fue una fin de semana estupendo con un magnífico
	ambiente y maravillosos ratos entre actos oficiales hablando con los autores, saludando
	a los amigos, ir corriendo a un stand que "acaba de sacar de saldo el libro de...",
	aderezado con compras (¡demasiadas! ) de libros y "búsqueda activa" de autores para que
	me firmaran un ejemplar, además de algún "asalto" a algún traductor para que me contara
	cómo marchaba el último libro de mi saga favorita (en secreto os diré que ¡ya está! y
	seguro que se publica en breve). 
               Después de este estupendo fin de semana lo que queda es
	prepararnos para la siguiente reunión. Espero poder ir a Getafe y volver a disfrutar de
	unos días tan intensos como los que pase en  Gijón; igualmente me imagino que al estar
	"peninsularmente más centrado", seremos muchos más. Y, según cuentan los asiduos a
	estas reuniones, son adictivas. ¿Me habré convertido ya en adicta tan pronto? Espero
	encontrar la solución a mi duda en Getafe ¿Nos veremos allí? Entonces….
	¡Hasta luego! 
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