|  
                            
                               Este artículo ha sido 
                            leído 
                            13365                            veces  
                             Los géneros 
                            cinematográficos por excelencia, aquellos que 
                            se refieren al tono general de una determinada película, 
                            son el drama y la comedia. A un nivel más materialista 
                            e inmediato están aquellos subgéneros 
                            que hablan del contenido de la cinta en su cualidad 
                            más básica: acción, terror, romántico, 
                            aventuras... Todos los géneros, de distinto 
                            o del mismo nivel, suelen interactuar entre sí, 
                            y más a medida que el lenguaje cinematográfico 
                            evoluciona. Así, podemos encontrarnos comedias 
                            de acción, dramas románticos, viceversa 
                            y todas las demás combinaciones. Después 
                            existen subdivisiones que hablan más concretamente 
                            del ambiente (policiaco, western, ladrones, submarinos...) 
                            o la época en que se desarrolla la acción 
                            (histórico, futurista...). Es una manera más 
                            o menos fiable de saber a priori qué película 
                            vamos a ver, o de elegir qué película 
                            queremos ver. Éstos subgéneros suelen 
                            basarse en ciertas convenciones visuales y narrativas. 
                            No hay mejor ejemplo que el western o el cine negro. 
                             Justo por debajo de toda esta trama 
                            de categorías y subdivisiones se da un extraño 
                            caso, una categoría que divide a todas las 
                            películas en dos grandes grupos: las películas 
                            de ciencia-ficción y las que no lo son. No 
                            entraré aquí a definir lo que es ciencia 
                            ficción. No me interesa dar una definición 
                            de lo que es la ciencia ficción. Es fácil 
                            (salvo productos fronterizos) reconocer un producto 
                            de ciencia ficción de uno que no lo es. Y sin 
                            embargo, es difícil y tal vez baldío 
                            encontrar una frase más o menos corta que englobe 
                            a una cantidad razonable de películas de ciencia 
                            ficción sin excluir obras fundamentales. Esto 
                            es así por la versatilidad de sus contenidos, 
                            por la ductilidad del género en cuestión. 
                            Al hablar de categorías y subdivisiones no 
                            ha sido casual que incluyera a la ci-fi en el último 
                            lugar, pues sobre una película de ci-fi pueden 
                            recaer todas las demás categorías. ¿Es 
                            posible la comedia de acción en la ciencia 
                            ficción? Sí. ¿Cine negro futurista? 
                            Recordamos Blade Runner. ¿Western? También, 
                            incluso con Yul Brynner. Etc, etc, etc... 
                             De lo que trata humildemente éste 
                            artículo es de clasificar por temas generales 
                            éste enigmático género que tanto 
                            nos gusta. Trataremos de desenmascarar las ciencias 
                            ficciones. Obviamente la que sigue es una codificación 
                            muy general, de manera que podemos encontrar (de hecho, 
                            siempre encontraremos) varios temas en la misma película, 
                            y también el efecto contrario, observaremos 
                            que una película puede encajar perfectamente 
                            en varios géneros de ci-fi. Pero vamos allá. 
                          
                             Jugar con fuego 
                             Existe un género de ci-fi 
                            que alcanzó una popularidad masiva a partir 
                            de la era nuclear, aunque nació mucho antes 
                            (casi diríamos que nació con el cine) 
                            y que aún da frutos de vez en cuando. El Frankenstein 
                            de James Whale dio el pistoletazo de salida a las 
                            películas cuyo conflicto era provocado por 
                            el uso descuidado de la ciencia. En sí es también 
                            toda una tendencia fuera de la ciencia ficción, 
                            pero sus características son idóneas 
                            para hacer ci-fi. 
                              Normalmente 
                            el culpable del conflicto es un científico 
                            que suele recibir su merecido siendo víctima 
                            de su propio invento, ya sea una epidemia, una criatura, 
                            un robot o una mutación, como recordamos en 
                            La Mosca, La Isla del Doctor Moreau o la propia Frankenstein. 
                            A menudo, sin embargo, el mal no está personalizado 
                            más que en el progreso, o en la falta de ética 
                            de sus responsables a la hora de hacer uso de él, 
                            y es en ésta la tendencia en la que reposan 
                            la mayoría de los productos que nos llegan 
                            a la mente: Godzilla, Jurassic Park, Them! Y un larguísimo 
                            etcétera cuyo denominador común es el 
                            castigo al hombre por jugar a ser Dios. 
                           
                               Invasión  
                              No 
                            podía faltar uno de los géneros más 
                            populares de la ciencia-ficción. En ella solemos 
                            empezar siendo testigos de una sociedad desprevenida, 
                            inmersa en los pequeños problemas de cada día, 
                            que se encuentra de buenas a primeras con que una 
                            especie alienígena nos quiere invadir, colonizar, 
                            domar, robarnos el agua o cocinarnos al pil pil. La 
                            acción pasa por la humanidad haciendo por primera 
                            vez causa común y al final solemos darles una 
                            patada en el culo, parafraseando al sargento Zim de 
                            Starship Troopers. Invasores de Marte, La Guerra de 
                            los Mundos, Independence Day, It Came from Outer Space,...son 
                            sólo unos pocos ejemplos del mismo modelo. 
                             Una característica común 
                            a muchas de éstas películas es la técnica 
                            del protagonista colectivo, adecuada para las necesidades 
                            de una ficción en la que toda la humanidad 
                            en bloque está amenazada. (Y que sirve, si 
                            queremos ser maliciosos, para llenar el cartel publicitario 
                            de nombres y caras muy reconocibles para el público) 
                           
                               El Martillo de Dios 
                              Existe 
                            un género que el gran público acepta 
                            bastante bien, como el de las invasiones alienígenas, 
                            y es que las amenazas naturales extraterrestres son 
                            una variante del cine catastrófico. Las premisas 
                            son sencillas y se parecen mucho a las del género 
                            descrito anteriormente, a saber: humanidad descuidada 
                            y perdida en asuntos insignificantes en comparación 
                            con lo que se les viene encima y que por lo general 
                            es un meteorito, el cometa Halley o similares haciendo 
                            exactamente lo mismo que la raza alienígena 
                            en el género invasión, o sea, amenazar 
                            la vida en la Tierra. Ejemplos característicos: 
                            Deep Impact, Armaggedon o The Day the Earth Stood 
                            Still, que incomprensiblemente cuenta el final en 
                            ese inadecuado título. 
                           
                               Post-Apocalipsis 
                              Un 
                            género que se hizo muy popular en los últimos 
                            setenta y en los ochenta fue el de la aventura post-apocalíptica. 
                            Ya asumida la posibilidad real de un holocausto nuclear, 
                            era lógico que un pedacito significativo de 
                            la ciencia ficción se diera un paseo por el 
                            día después. En él encontramos 
                            un mundo devastado por las guerras nucleares o biológicas. 
                            La civilización ha desaparecido y la fuerza 
                            bruta ha tomado el relevo. Las leyes las dicta el 
                            más violento. En este marco solemos encontrar 
                            a un protagonista, casi siempre solitario, que dedica 
                            sus esfuerzos a sobrevivir sin meterse en líos, 
                            y que acaba enrolado en una cruzada en pos del restablecimiento 
                            de la sociedad. Se busca construir un mundo soportable. 
                            El malo, por lo general, es un psicótico delirante 
                            e irracional que ejerce un gobierno desorganizado 
                            y cutre sobre tribus post-urbanas cuyo rasgo principal 
                            es la animalidad de sus acciones. Son idiotas que 
                            siguen a un loco, como podemos comprobar en Mensajero 
                            del Futuro, Waterworld o Mad Max. Todas ellas se ajustan 
                            al modelo, con lógicas diferencias. Por ejemplo, 
                            es recurrente el "efecto Arca de Noé", 
                            que dota a los personajes positivos de un carácter 
                            precursor de la nueva sociedad en ciernes. Efecto 
                            que no encontramos, por ejemplo, en Mad Max, que sin 
                            embargo es el máximo exponente cinematográfico 
                            del género que nos ocupa y que surgió 
                            tras el agotamiento del filón "mutaciones 
                            por radiactividad".  
                           
                               Un Mundo Feliz 
                              Todos 
                            conocemos películas que presentan futuros o 
                            realidades alternativas aparentemente utópicos, 
                            algo así como aquello a lo que debería 
                            tender la civilización. Una garantía 
                            de seguridad y confort. El protagonista de estas películas 
                            suele empezar siendo un miembro satisfecho (o si no 
                            lo está, su insatisfacción es un secreto 
                            inconfesable y molesto) hasta que algún tipo 
                            de revelación le hace descubrir que su aparente 
                            libertad y la de todos los demás es un espejismo 
                            que sólo beneficia, si acaso, a unos pocos. 
                            El "malo" suele ser o estar relacionado 
                            con el poder (Metrópolis, Fahrenheit 451, 1984, 
                            Un Mundo Feliz, Matrix) Hay casos de diferencias muy 
                            drásticas entre ese mundo feliz y la realidad 
                            que oculta, véase Abre los Ojos o El Show de 
                            Truman, extraños ejemplos en los cuales todo 
                            lo dicho anteriormente cobra sentido sustituyendo 
                            a la víctima colectiva por el protagonista 
                            como único perjudicado. El denominador común 
                            siempre, siempre, es la búsqueda de la libertad. 
                           
                               Pre-Apocalipsis 
                             Casi al final de nuestro paseo 
                            por la ciencia ficción en el cine,  
                             Variante del género anterior, 
                            pero con una diferencia fundamental : El mundo que 
                            se presenta no es ninguna jaula de oro, sino una herrumbrosa 
                            y sucia. Es éste uno de los géneros 
                            de la ciencia ficción más difíciles 
                            de digerir para el gran público. Es, tal vez, 
                            la metáfora visual más contundente sobre 
                            los peligros que corre la sociedad urbana, y que en 
                            literatura ha devenido en el fenómeno Cyberpunk, 
                            la gran parodia universal de nuestros días. 
                             En éstas películas 
                            se nos presenta un mundo injusto para el ciudadano. 
                            Injusto, oscuro, mugriento. Gigantescas megalópolis 
                            atestadas de almas en pena. El gran peligro de nuestro 
                            tiempo, la pérdida total de identidad, la esclavitud 
                            voluntaria y a la vez pasiva, es en éstas películas 
                            un hecho consumado, y frecuentemente, la principal 
                            intención de la clase dirigente. 
                              El 
                            protagonista acostumbra ser un hombre gris (recordamos 
                            al pobre funcionario burócrata de Brazil) que 
                            empieza siendo un eslabón sin importancia en 
                            la cadena social. Sus esperanzas de libertad, si las 
                            tiene, son mínimas y secretas, y en algún 
                            momento se ve envuelto en hechos que le convierten 
                            en fugitivo al principio, rebelde en el desarrollo 
                            de la historia, y héroe al final. Un final 
                            que suele ser positivo, aunque en este tipo de películas 
                            el final suele ser interpretable en muchos sentidos 
                            gracias al tonelágico poder de la metáfora. 
                           
                               Viajes Espaciales 
                             Por supuesto, no podía faltar 
                            el tema de los viajes espaciales, el buque insignia 
                            de la ciencia ficción. Es un género 
                            amplio, y tienen cabida en él títulos 
                            de tan distinta índole que es difícil 
                            meterlos a todos en un mismo epígrafe, pero 
                            aún así se detectan ciertas pautas comunes 
                            a todos ellos, de manera que sí es posible 
                            englobarlos a todos (siempre con un "casi" 
                            por delante) en una misma tendencia.  
                              Lo 
                            que llama más la atención de los títulos 
                            que transcurren en el espacio exterior, ya sea en 
                            la totalidad del metraje o en su parte más 
                            significativa, es que se pone en contacto al hombre 
                            con el más allá. En realidad, aún 
                            creemos, con nuestras mentes pequeñas y muy 
                            humanas, que si salimos de la Tierra estamos en el 
                            Cielo. Salir a Júpiter es viajar más 
                            allá del infinito. Claro está, aquí 
                            cada narrador dará su visión de lo que 
                            es el infinito o de cómo responde el ser humano 
                            en contacto con el infinito. Pero cuando alguien decide 
                            contar un viaje cuyo destino no es ni está 
                            en la Tierra, no es como si el protagonista viajara 
                            a Cordoba. El contacto con los dioses es una opción 
                            muy recurrente, (recordamos 2001, cuya obviedad como 
                            ejemplo es casi obscena) aunque no necesaria. Puede 
                            ser que el hombre compruebe que en el espacio tampoco 
                            está lo que buscamos (Naves Silenciosas). O 
                            puede que en otros mundos encontremos el paraíso 
                            que ya hemos destruido en casa (Planeta Rojo). Pero 
                            en cualquier caso, viajar por el espacio es darse 
                            un paseo por los sueños y las creencias del 
                            ser humano. O por sus pesadillas, como sostendría 
                            convencida la teniente Ripley. 
                           
                               El Mal 
                             No podría dar por terminado 
                            éste artículo si no mencionara un género 
                            que en modo alguno es exclusivo de la ciencia ficción. 
                            Hay ciertas películas que suelen presentar 
                            un duelo entre el protagonista y algún tipo 
                            de criatura terrorífica y depredadora, y de 
                            ahí que la ci-fi haga uso de este tipo de cine 
                            con asiduidad. Los conceptos manejados, de puro universales, 
                            son simples, y un niño muy pequeño puede 
                            entender sus contenidos con una pureza envidiable. 
                            Aquí se trata de tratar de sobrevivir a la 
                            muerte, sin metáforas. ¿Quién 
                            no recuerda a Schwarzenegger preparando trampas en 
                            Predator, o a Kurt Russell haciendo análisis 
                            de sangre a sus compañeros en The Thing? La 
                            muerte, el mal, los propios miedos, el diablo,...como 
                            decía, temas universales. Terminator, Alien,... 
                            son todas ellas películas muy básicas 
                            en su planteamiento teórico y tal vez por ello 
                            es un tipo de cine que funciona muy bien.  
                            
                             Y ya está. Sería 
                            injusto olvidar al cine nipón, que en relación 
                            a la ciencia ficción ha sido una factoría 
                            de ideas y de influencias de primera mano, sobre todo 
                            después de sufrir el único ataque nuclear 
                            que se conoce. Esto unido a su condición de 
                            puntero tecnológico deja a Japón en 
                            un lugar idóneo para la creación y contínua 
                            renovación de modelos y esquemas de la ciencia 
                            ficción. Tal vez si su lenguaje visual fuera 
                            más universal, la ciencia ficción y 
                            la fantasía serían patrimonio japonés. 
                            En su cine de ciencia ficción se manejan todos 
                            los temas que hemos hablado, con una evolución 
                            no siempre paralela a occidente, muchas veces completamente 
                            independiente de nuestro lenguaje cinematográfico, 
                            pero dejándonos algunos clásicos que 
                            sí han dado la vuelta al mundo. El universalísimo 
                            Godzilla fue una de las escasas referencias válidas 
                            para nuestros padres, pero el panorama actual deja 
                            poco lugar a las dudas o las matizaciones. Matrix 
                            es una prueba contundente de ello. Japón es 
                            una contínua fuente de inspiración para 
                            la ciencia ficción y el fantástico, 
                            de la misma manera que asimila formas e influencias 
                            occidentales. Y lo que vendrá. 
                           
                                Por 
                            último me gustaría reiterar que esta 
                            clasificación informal de las distintas ciencias 
                            ficciones no tiene aspiraciones de guía, ni 
                            de repaso por toda la ci-fi cinematográfica. 
                            No he querido escribir un artículo que tenga 
                            validez como documento más allá de lo 
                            puramente lúdico. No me gustan las clasificaciones 
                            frías y excluyentes. No valen para nada. Pero 
                            sí reconozco que tienen una utilidad, y eso 
                            es lo que me ha impulsado a escribir el presente texto: 
                            ayudan a pensar de una manera más analítica 
                            en la historia que intuitivamente nos hemos tragado, 
                            y eso contribuye a disfrutarlas una y otra vez mucho 
                            después de haber acabado la proyección. 
                            Así los 5.5 euros de la entrada nos saldrán 
                            más baratos. Sin embargo, yo siempre he pensado 
                            que sólo hay un tipo de película. Ni 
                            siquiera de película, sino de narración. 
                            Sólo existe un género, el del hombre 
                            que busca la victoria sobre la muerte. La libertad, 
                            definitivamente, el gran tema de la narración 
                            universal. ¿O debería decir terrestre? 
                           cYbErDaRk.NeT 
                            recomienda Pasadizo, la mejor guía de cine 
                            fantástico en la red. 
                         |