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		La hija de la casa Baenre, 
		de Elaine Cunningham
	     
            
		Título original: Daughter of the Drow
		 (1.995)
	     
            
		Portada: Todd Lockwood
	     
            
		Traducción: Gemma Gallart
	     
            
		Editorial: Gigamesh 
		(2.003)
	     
	      
	    
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		 Elaine Cunningham
		
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		 Sandro Herrera (Kelemvor), Mayo 2.004 
	
	    Por fin ha llegado a las tiendas el primer volumen de la nueva trilogía de 
	Los Reinos Olvidados creada por Elaine Cunningham. Se trata de las aventuras de 
	Liriel, la elfa oscura, aunque el nombre original de la trilogía es Starlight & Shadows. 
	En realidad no se si la llegada de estos libros es buena o no. Como seguidor de Los Reinos 
	Olvidados, doy las gracias a Timun Mas por las novedades que está publicando y la calidad 
	con la que lo está haciendo; sin embargo, las últimas novedades aparecidas dentro de este 
	mundo tienen un pequeño olor a drow. 
	   Para empezar, se publicó la primera novela de la Pentalogía del 
	clérigo, escrita por el creador de drows adorado por muchos, odiado por otros tantos: 
	R. A. Salvatore. Luego llegó El mar de las espadas, y las ediciones para coleccionista 
	de El valle del viento helado y El legado del drow, todas ellas historias 
	del elfo oscuro por excelencia: Drizzt Do Urden. Y ya más fresquitas están Desintegración
	e Insurrección, novelas que, casualmente, tratan sobre la sociedad drow (La guerra 
	de la Reina Araña). 
	   Es evidente que las novelas basadas en estos elfos de piel oscura producen 
	notables beneficios a la editorial, de ahí el "razonable" cambio de nombre a la trilogía que 
	nos ocupa (que suena mucho más comercial dentro de este mundillo). Veamos, pues, si tanto 
	drow no se nos atraganta. 
	   La hija de Casa Baenre es, por lo pronto, lo que parece ser; 
	las aventuras de una elfa oscura que no tienen mucha trascendencia en la historia de 
	Los Reinos Olvidados. Los drows han descubierto que su poderosa magia es inútil 
	en las tierras de la luz, en la superficie, y esto ha hecho que salieran derrotados en la 
	guerra que ellos mismo declararon a los enanos de Mthrill Hall. Tras esta derrota, 
	Menzoberranzan (una de las ciudades drow más importantes) se ve envuelta en un inminente 
	caos; su gobernadora, la matrona de la casa Baenre, ha muerto en la guerra. Este hecho 
	provoca una serie de conspiraciones para intentar destronar a Triel Baenre, la nueva 
	matrona. 
	   En semejante panorama, Liriel Baenre, sobrina de la nueva matrona, 
	intenta vivir ajena a los problemas políticos de su sociedad. Para ello está continuamente 
	buscando aventuras en la Antípoda Oscura, llegando incluso a trabar amistad con un dragón de 
	dos cabezas. Pero tan pronto como su tía accede al poder, Liriel es obligada a abandonar 
	su vida juerguista para formarse como sacerdotisa en la prestigiosa escuela Arach Tinilith. 
	Tras su entrada en la Academia conseguirá un poderoso amuleto, conocido como el Viajero del 
	Viento, que la enemistará con la maliciosa Shakti Hunzrin (la omnipresente antagonista) y, 
	a su vez, la convertirá en aliada de un humano bersérker llamado Fyodor. 
	   El Viajero del Viento es un amuleto que permite guardar la magia y 
	poderes de quien lo posee. En cuanto la sociedad drow se entera de su existencia ponen a 
	Liriel en busca y captura, que estará fielmente acompañada por Fyodor, necesitado 
	del objeto para poder controlar un poder que se apodera de él cada vez que 
	entra en combate. 
	   Así pues, nos encontramos con una historia que, efectivamente, 
	gustará a los fans de los elfos oscuros puesto que nos describen cómo es su 
	sociedad, cómo están divididos, cómo gobiernan y cobran importancia algunos personajes 
	de la nobleza de Menzoberranzan, caso de Triel y Gomph Baenre. Tampoco falta el panteón 
	de los dioses drow, que parece como si fueran los verdaderos escritores de la historia. 
	   Pero durante su desarrollo, la novela cambia. Su comienzo no tiene
	más función que la de mostrarnos la sociedad de los elfos oscuros y cómo se van tejiendo 
	unas circunstancias según las cuales se desarrollará la historia. Por desgracia, la 
	verdadera historia de Liriel se desarrollará en los dos próximos volúmenes, Tangled 
	Webs y Wind Walker, y ése es el gran fallo de esta novela. Elaine Cunningham 
	se excede a la hora de crear conflictos entre los personajes y a la hora de presentarnos 
	a cada uno de ellos. 
	   En efecto, la pareja formada por Liriel y Fyodor es el plato fuerte 
	y lo que más interés suscita; sin embargo, ambos se unen al final de la historia y, en 
	lugar de crear interés o suspense, lo único que consigue es desesperación. Y, si no fuera 
	por la corta duración del libro, más de una habría perdido el interés en seguir leyéndolo. 
	Esa pérdida viene abalada también por otro problema en la estructura de la historia: la 
	autora no mantiene un seguimiento correcto de la protagonista; es decir, en algunos 
	momentos nos vamos a encontrar con que han pasado una gran cantidad de capítulos en los 
	que no se habla de Liriel y, por el contrario, se explaya con personajes y situaciones que, 
	a la larga, no tienen la menor importancia. No quiero decir que Elaine Cunningham sea una 
	mala escritora, sólo digo que no ha hecho una correcta introducción a la trilogía de 
	la elfa oscura. 
	   Para concluir me gustaría dejar claro que La hija de la casa 
	Baenre no es ningún bodrio desechable. Al contrario, es una historia agradable a la 
	que le auguro unas entretenidísimas continuaciones y aventuras recordables. Sólo espero 
	que los siguientes libros sigan un desarrollo mejor estructurado para poder divertirnos 
	con una Liriel descubriendo el mundo de la luz y la más que inevitable historia de amor 
	entre ella y su compañero Fyodor. 
	Nota: la edición de Timun Mas es insuperable pero el dibujo de portada de 
	Todd Lockwood (al que admiro profundamente) tiene un gran fallo: Liriel está clavada 
	pero...	¡¡ESE NO ES FYODOR!! Según la autora el berserker era un joven guerrero de 
	diecinueve años y no un enorme camionero como el de la portada. 
	  
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