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		El anillo de los cinco dragones, 
		de Eric V. Lustbader
	     
            
		Título original: The Ring of Five Dragons
		 (2001)
	     
            
		Portada: Grupo Marte
	     
            
		Traducción: Manuel de los Reyes
	     
            
		Editorial: La Factoría 
		(2001)
	     
	      
	    
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		 Eric V. Lustbader
		
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		 Hartree, Mayo 2004 
	
	    Hace 101 años el mundo de Kundala fue invadido por los belicosos V’ornn, 
	una raza de nómadas alienígenas dedicados a la invasión sistemática de todos los mundos por 
	los que pasan. Los habitantes nativos del planeta son esclavizados por la raza V`ornn, 
	tecnológicamente superiores a los espirituales Kundalanos, que a lo largo de los años han 
	ido perdiendo la fe en sus anteriores creencias, adquiriendo una nueva religión y prohibiendo 
	la anterior. 
	   Sobre este trasfondo Eric V. Lustbader nos cuenta la historia de Annon, 
	un joven V’ornn destinado a convertirse en el Dar Sala-At y salvador del pueblo Kundalano. 
	Annon, aunque nacido V’ornn, simpatiza con los habitantes de Kundala al haber sido criado 
	por una matrona Kundalana, que, cuando contaba 16 años, fue secuestrada y convertida en 
	concubina por su padre el emperador. 
	   El argumento, por de pronto, se ha repetido ya incontables veces en 
	los libros de fantasía  y de ciencia ficción, especialmente en la saga Dune, con 
	la que esta novela guarda un paralelismo especialmente molesto, al menos durante el primer 
	tercio de la misma. Aun así, en el mundo de la fantasía épica ya se está acostumbrado a que se 
	nos cuente la misma historia un millar de veces. Así, muchas veces, lo menos que se le pide 
	es que sea ligeramente original en su planteamiento y que al menos esté bien escrita.... 
	Bueno, pues ni siquiera eso se consigue, y a partir de aquí intentaré explicar los motivos 
	de esta rotunda afirmación. 
	Presentación y desarrollo de personajes. 
	   Uno de los motivos por los que a veces se leen historias de fantasía 
	épica en las que el argumento ya está muy trillado es porque a veces el autor nos regala 
	personajes con personalidades complejas o atormentadas que evolucionan de forma lógica a lo 
	largo de la historia. Con lo que, aunque la historia sea la misma de siempre, al menos los 
	personajes son atrayentes. 
	   En esta historia los personajes son planos. Algunos son malvados, otros 
	son bondadosos, pero ninguno es auténtico. La mayoría de los V’ornn son malvados a los ojos 
	del lector, ya que la historia se nos cuenta desde el punto de vista de alguien que apoya 
	la causa Kundalana, pero todos ellos son intercambiables, sin que por ello el argumento se 
	vea modificado especialmente. Lustbader trata de darle complejidad a la trama creando 
	arcos argumentales usando a personajes secundarios que sólo aparecen una o dos veces en la 
	novela y que en realidad ni siquiera se llegan a conocer, pues el arco principal cubre 
	la mayor parte de El anillo de los cinco dragones, quitándole interés al resto. 
	   En cuanto a la evolución de los personajes, resulta especialmente 
	molesto el comportamiento de Annon. En un momento, por medio de un ritual mágico, se ve 
	obligado a cambiar su cuerpo por el de una joven Kundalana. Este cambio debería de producir 
	un cambio de personalidad realmente importante. Al principio, parece comportarse de forma 
	lógica, aterrorizado y atormentado por ese cambio de sexo obligado. Pero a medida que 
	transcurre la novela, y en un lapso de tiempo realmente corto, comienza a comportarse como 
	si realmente fuese una joven Kundalana. Incluso aquéllos que lo conocían anteriormente como un 
	macho V’ornn lo tratan ahora como una niña de raza Kundalana, como si nada grave hubiese 
	sucedido. No te alarmes, este cambio de sexo no afecta para nada al desarrollo general de 
	los acontecimientos. 
	Estilo 
	   El estilo es cansino y repetitivo. Lustbader cubre todo el libro de 
	palabras inventadas y nombres de personajes impronunciables que te obligan a ir a los 
	apéndices para consultar las reglas de  pronunciación; o bien, pasar del asunto y realizar 
	traducción libre si es que realmente en algún momento te interesa conocer el nombre de 
	alguien que sólo aparecerá un par de veces en toda la novela. 
	   Las metáforas y comparaciones resultan cuanto menos molestas, ya que 
	al realizarlas utiliza supuestos elementos de la cultura alienígena que nos está describiendo, 
	con lo que casi siempre la comparación resulta risible o por lo menos extraña. Mención 
	especial merecen los diálogos, la mayoría de las veces estúpidos e infantiles, 
	especialmente los que expresan muestras de afecto. Parecen sacados de la última película 
	pastelera made in Hollywood. Aunque no sé por qué me extraña. Después de todo 
	Lustbader es un consumado escritor de bestsellers. 
	Ritmo narrativo 
	   ¿He hablado de ritmo narrativo? Más bien es la ausencia de ritmo 
	narrativo. Lustbader pasa de un personaje a otro sin motivo aparente. No hay transiciones 
	lógicas basadas en el comportamiento de los personajes, más bien parece como si el autor 
	quisiese contar su historia y para ello mueve a sus personajes como si fuesen marionetas, 
	pero con movimientos bruscos sin que su comportamiento tenga algún motivo coherente. Toda 
	la trama está plagada de situaciones inesperadas con un uso excesivo del Deus ex 
	machina. Por ejemplo, es muy irritante comprobar cómo los personajes hablan de profecías 
	que debía cumplir el elegido justo después de haberse cumplido. 
	   Por otro lado, Annon se dedica a voltear durante buena parte de 
	la novela, resolviendo de esta forma algunos incidentes en la historia. Volteares una 
	especie de truco mágico que consiste en separarse físicamente del cuerpo y cambiar a otro 
	plano de existencia, vamos una especie de proyección astral. Pues bien, cuando resulta que el 
	volteo podría ser la opción ideal para resolver la situación, y así lo expresa Annon, 
	resulta que es imposible hacerlo, pues al escritor se le ha ocurrido en ese momento que ya 
	no se puede hacer. 
	   Asimismo él y los otros personajes con cualidades mágicas se dedican 
	a utilizar hechizos con nombres ridículos que parecen contrarrestar los ataques de sus 
	enemigos, pero en ningún momento se nos aclara cómo es esto posible. Ni se explica tampoco 
	cuales son las reglas y el sistema de magia empleado. Vale, resulta todo muy misterioso, 
	pero en lugar de producir en el lector una sensación de extrañeza y de que el mundo es más 
	complejo de lo que se nos describe, sólo produce sensación de frustración, pues muchas veces 
	lo único que se quiere es acabar de leer éste sin sentido y pasar al siguiente párrafo. Ni 
	siquiera se explica cómo es posible que Annon, un chico de 16 años, conozca estos conjuros 
	que sólo los magos más poderosos pueden lanzar. Pero claro, él es el elegido. Lo que ya he 
	dicho, Deus ex machina, Deus ex machina, Deus ex machina... 
	Conclusión 
	   Desde hace un tiempo, La Factoría de Ideas, ha decidido dividir los 
	libros de fantasía que tienen cierta extensión y publicarlos en dos partes (por cierto 
	resulta extraño que no haga lo mismo con las novelas de ciencia ficción, ¿Acaso no van dirigidas 
	al mismo tipo de público?). Esto hace que la serie de La Perla, prevista en principio 
	como un conjunto de cuatro libros se publique en España en siete volúmenes, ya que el 
	primero que es el que nos ocupa no se ha dividido. Es posible que todos estos misterios 
	y lagunas en el argumento se resuelvan y se expliquen en las siguientes entregas, pero 
	mucho tiene que mejorar la serie en argumento y en estilo para que me atreva a darle una 
	segunda oportunidad con las siguientes partes de esta saga. 
	  
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