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		Nuestros amigos de Frolik 8, 
		de Philip K. Dick
	     
            
		Título original: Our Friends from Frolik 8
		 (1970)
	     
            
		Portada: OPALWORKS
	     
            
		Traducción: Antonio Ribera
	     
            
		Editorial: Minotauro 
		Biblioteca Philip K. Dick 
		(2004)
	     
	      
	    
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		 Rafael Martín (Guly Foyle), Diciembre 2004 
	
	    En el poema "The Song of the Happy Shepherd", obra del bardo irlandés William Butler 
	Yeats (1865-1939), escrito en 1889 e incluido en su primer libro de poemas, Crossways, nos 
	encontramos con los siguientes versos: 
	
		| "I | 
		must | 
		be | 
		gone: | 
		there | 
		is | 
		a | 
		grave | 
	  
	
		| where | 
		daffodil | 
		and | 
		lily | 
		wave, | 
	  
	
		| and | 
		I | 
		would | 
		please | 
		the | 
		hapless | 
		faun, | 
	  
	
		| buried | 
		under | 
		the | 
		sleepy | 
		ground, | 
	  
	
		| with | 
		mirthful | 
		songs | 
		before | 
		the | 
		dawn. | 
	  
	
		| His | 
		shouting | 
		days | 
		with | 
		mirth | 
		were | 
		crowned; | 
	  
	
		| and | 
		still | 
		I | 
		dream | 
		he | 
		treads | 
		the | 
		lawn, | 
	  
	
		| walking | 
		ghostly | 
		in | 
		the | 
		dew, | 
	  
	
     		| pierced | 
		by | 
		my | 
		glad | 
		singing | 
		through." * | 
	  
	   Es bastante difícil tratar de iluminar las sensaciones que causan estos románticos 
	versos. Destilan melancolía y tristeza; pero también algo de mágico encanto por momentos vividos con 
	pasión. Fuera como fuese, estos versos debieron provocar en Dick un fuerte impacto, a buen seguro que 
	de índole personal; tanto es así que los incluye en varias de sus novelas, como Gestarescala o 
	en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, y de una manera más importante, por participar 
	en el propio desarrollo de la novela, en Nuestros amigos de Frolik 8. 
	   Las cosas parecían irle bien a Nick Appleton, un hombre normal, hasta que tuvo que 
	vérselas con los Nuevos Hombres. Nick duda entre rebelarse o huir. El viaje le deparará cruzarse con 
	Charlotte, que le hará el viaje más atractivo, aunque menos seguro. Los Nuevos Hombres imponen un sistema 
	totalitario que ha convertido en parias a los normales. Al frente del sistema se encuentra Willis Gram, 
	que casi como cualquier "buen estadista" no es capaz de separar sus problemas particulares de los asuntos 
	de estado, involucrando en la vida y muerte de otros sus manías y obsesiones personales. La sublevación 
	está en marcha –Cordon el subversivo lo proclama–, una nueva era está naciendo, pues Thors Provoni, el 
	traidor, se acerca y trae la ayuda necesaria para derrocar a los Nuevos Hombres. Nick y Willis lo vivirán 
	muy, muy de cerca. 
	   En anteriores reseñas de novelas de Dick he dejado constancia de que su estilo 
	literario no me parece precisamente el de un arquitecto de la prosa, pero igualmente vuelvo a reincidir en 
	que esto es lo de menos. No busquemos en las obras del "loco de Berkley" el fino aliento de Calíope, pues 
	siempre resulta alborotado, como que no estuviera terminado o escasamente corregido. Más bien sería la 
	búsqueda de los imponderables, que entre intranquilizadoras lecturas llegamos a sentir como trascendentes. 
	   Nuestros amigos de Frolik 8 es una paranoia que se desarrolla dentro de otra 
	paranoia. Paranoia en los opresores que imponen un sistema totalitario que es el marco por donde giran sin 
	fin los perdidos personajes, tanto o más paranoicos que los primeros. Un estado policial que aísla a los 
	parias del sistema en campos de concentración y donde se controlan, con mano de hierro, los medios de 
	comunicación. Una sociedad que prohíbe el alcohol por considerarlo incitador a la subversión, pero en cuyos
	bares se venden drogas. Bueno, una vez más, todo el repertorio del autor de antihéroes, misoginia y 
	espiritualidad dickiana, en la que vemos a Dios en el personaje de Morgo, a Jesús en Provoni y a Juan el 
	Bautista en Cordon. Así, entre el pecado y la culpa, se llega a una redención no exenta de "efectos 
	colaterales". 
	   No está entre los grandes de Dick aunque, como con cualquiera de sus obras, siempre 
	se puede tener algún momento de vívida lectura. Quedan muchos por venir, seamos pacientes, ya que como el 
	mejor vino, Dick ha de escanciarse en copas pequeñas. 
	 
	
	
		| *"Debo | 
		irme: | 
		Hay | 
		una | 
		tumba | 
	  
	
		| donde | 
		el | 
		narciso | 
		y | 
		el | 
		lirio | 
		ondean, | 
	  
	
		| y | 
		yo | 
		complaceré | 
		al | 
		desventurado | 
		fauno | 
	  
	
		| enterrado | 
		bajo | 
		la | 
		somnolienta | 
		tierra, | 
	  
	
		| con | 
		alegres | 
		cantos | 
		antes | 
		del | 
		amanecer. | 
	  
	
		| Sus | 
		vociferantes | 
		días | 
		con | 
		regocijo | 
		fueron | 
		culminados; | 
	  
	
		| y | 
		aún | 
		sueño | 
		que | 
		pisa | 
		la | 
		hierba, | 
	  
	
		| caminando | 
		espectral | 
		entre | 
		el | 
		rocío, | 
	  
	
		| atravesado | 
		por | 
		mi | 
		alegre | 
		canto" | 
	  
	 
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