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		Los jinetes de la muerte, 
		de Dan Abnett
	     
            
		Título original: Riders of the Dead
		 (2003)
	     
            
		Portada: Adrian Smith
	     
            
		Traducción: Diana Falcón Zas
	     
            
		Editorial: Timun Mas 
		Warhammer 
		(2004)
	     
	      
	    
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		Dan Abnett
		 
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		 Pau Martínez Medrano (blackonion), Enero 2005 
	
	    Los jinetes de la muerte está ambientada en el mundo de ficción Warhammer, 
	basado en el juego de mesa y rol del mismo nombre. La acción transcurre en una edad feudal en la que un 
	imperio benigno, bajo el mando del emperador Karl-Franz, resiste en el centro de un continente los envites 
	de las fuerzas del Caos y la Oscuridad, formadas por orcos, enanos, elfos y demás razas. Siendo la base de 
	las novelas un juego de simulación de batallas, éstas tienen un valor importante. En ésta en concreto 
	se narran los hechos ocurridos en El Año Que Nadie Olvida, en el que el Caos lanzó su mayor ofensiva sobre 
	el imperio y se produjeron las mayores batallas del universo Warhammer. 
	   La novela comienza con dos jóvenes que, desde que nos lo dice la contraportada, ya 
	sabemos que acabarán enfrentados, pues "el poder mutante de esa terrible zona es tal que puede acabar 
	transformando a los amigos más fieles en encarnizados enemigos". Así pues, desde el momento en que 
	aparecen los jóvenes Gerlach, hijo de nobles, predestinado a un lugar elevado en las ordenes de caballería, 
	creído y orgulloso, y Karl, de origen humilde, predestinado a ser un simple segundón, culto y piadoso, ya 
	queda muy claro que su buena relación pasará por alguna crisis y se volverán enemigos. Típico y tópico. Pues 
	no. Ante mi sorpresa la narración, efectivamente, acabará separándolos y enfrentándolos, pero de una forma 
	muy peculiar y bastante bien llevada.  
	   A lo largo de Los jinetes de la muerte, Abnett irá mostrándonos la forma de 
	vida de los jinetes de la muerte kislevitas. Estos jinetes, tras una engañosa apariencia de salvajismo y 
	estulticia, esconden una filosófica y pesimista visión de la vida, muy propia del bárbaro, que tras su 
	basta apariencia y sus aparentes desconocimientos oculta una vida interior que se nutre del continuo 
	contacto con la naturaleza. Estos jinetes, a los que sus familiares y amigos ya consideran muertos desde que 
	salen camino de la batalla, lucharán por la victoria sabiendo que la muerte es inevitable y que esa es su 
	última batalla. Ese desprendimiento les da la fuerza para sobrevivir día tras día, combate tras combate, y 
	permeará todos los aspectos de su vida cotidiana. 
	   Por otro lado, en el norte, en los desiertos del Caos, asistiremos a la forja de un 
	Paladín de Caos. Ésta es la parte que más me ha gustado, pues su iniciación sigue toda una serie de pasos 
	muy lógicos y coherentes, y no se puede evitar simpatizar con el personaje, alcanzándose una cierta 
	identificación y empatía con él. Al menos yo no pude dejar de pensar que en su situación muy probablemente 
	habría actuado igual. Los seguidores de Moorcock que se deleitan leyendo sobre la corrupción del Caos, 
	que afecta a almas y cuerpos, y los poderes de los dioses del cambio, disfrutarán con esta novela, porque 
	se vive el día de un campamento del Caos y prácticamente la mitad de la historia está ambientada entre sus 
	filas, narrándose varias batallas desde su punto de vista, con especial énfasis en las relaciones entre 
	los diversos clanes de bárbaros y sus Zares. 
	   Lamentablemente, todas las historias se acaban, y no sé si Dan Abnett tenía un cierto 
	numero límite de páginas que entregar, porque después de una narración más que aceptable y muy entretenida, 
	en lugar de aportarnos un final majestuoso y épico, despacha los últimos acontecimientos muy rápidamente, 
	al borde del anticlímax, dejándonos un poco con la miel en los labios. No obstante, pese a que he notado a 
	faltar algo más de acción en el desenlace, éste es coherente y sirve para profundizar 
	un poco en el desarrollo de los personajes y en la filosofía de los jinetes kislevitas, cerrando la novela 
	de una forma muy satisfactoria y ligando muy bien todos los cabos que se habían  enhebrado por el camino. 
	   En resumen, Los jinetes de la muerte es una obra entretenida, que contiene más 
	de lo que podría pensarse en un primer momento, sobre todo tratándose de una franquicia. Y como ya he 
	comentado, gustará a todos aquellos que sientan una cierta inclinación por los personajes oscuros y las 
	fuerzas del Caos. 
	  
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