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		Fabricantes de Sueños 2004, 
		selección realizada por Belén Blanco y Alberto García-Teresa
	     
            
		Portada: José Luis Macías
	     
            
		Editorial: AEFCFT 
		 
	      
	    
		El libro en cyberdark.net
	     
	    
	     
              
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		 Ignacio Illarregui Gárate (Nacho), Febrero 2005 
	
	    Estas antologías que anualmente nos ofrece la AEFCFT 
	bajo el sugestivo título de Fabricantes de sueños constituyen un vehículo idóneo para descubrir las
	mejores obras breves de temática fantástica escritas en castellano y publicadas durante el año anterior a 
	su confección. Lo de mejores, obviamente, desde el punto de vista de los antólogos, en este caso Belén Blanco 
	y Alberto García-Teresa, que han atado en corto los lugares donde surgen estos cuentos para ofrecer una selección 
	consistente. 
	   Criterios particulares a un lado (todos tendríamos nuestros propios candidatos para 
	sustituir a esas piezas que no nos satisfacen), la iniciativa permite degustar historias que, debido a su 
	aparición en publicaciones habitualmente poco transitadas, resultan ignotas para el común de los lectores. 
	Por ejemplo, Fabricantes de sueños 2004 contiene sendos relatos aparecidos por primera vez en la red, 
	en dos revistas electrónicas como Alfa Eridani y Púlsar,
	hecho que da fe de la importancia que 
	está comenzando a tener este medio como lugar de publicación alternativo al papel de toda la vida. Además, 
	de paso, supone un fiel reflejo del tipo de temáticas que trabajan nuestros escritores. Haciendo un balance de 
	lo seleccionado, se mantiene un curioso equilibro entre los distintos géneros encuadrables en el llamado 
	fantástico. Jugando a las etiquetas, hay ciencia ficción clasicota, fantasía cotidiana, terror del de toda 
	la vida, un cyperpunk triste y desesperanzado, fábulas oscuras,... Un poco de todo que agradará a los 
	gourmets amantes de la variedad. 
	   Entrando en vereda, la pieza que abre la antología está muy meditada; es un delicioso bocado 
	que estimula el apetito y pone a tono. Hablo de "Los comedores de insectos", de Vicente Muñoz Puelles, que 
	formaba parte de El último deseo del jíbaro y otras fantasmagorías, un cúmulo de biografías fabuladas 
	publicado por Valdemar. En él se realiza un simpático juego en torno a dos conceptos indisolubles, como son 
	causa y efecto, centrado en la figura de Vincent M. Holt, su libro Why no eat insects? y la inspiración 
	que le llevó a escribirlo a finales del XIX. Invita a leer el libro del que se ha extraído. 
	   A continuación nos encontramos con el relato más flojo de este Fabricantes de sueños 2004,
	"El último Noe" de José Carlos Canalda, publicado en la tercera entrega del fanzine Menhir. Un 
	hombre que pasea por una playa del Cantábrico observa cómo el mar empieza a subir, lenta pero inexorablemente, 
	en una marea ascendente que no tiene fin. Las zonas de costa y los valles son las primeras tierras anegadas, 
	contándose por millones los muertos y desplazados. El protagonista, como fiel testigo, nos describe sin alardes 
	el colapso de la civilización, el motivo detrás de la catástrofe, su huida para encontrar las zonas más altas,... 
	en plan informe final. 
	   "El último Noe" es una historia legible que muestra lo cerca de la desaparición que puede 
	estar nuestra sociedad ante la fuerza de la naturaleza y la escasa ayuda que en una circunstancia extrema 
	supondría la tecnología, pero sin aportar la necesaria verosimilitud. A parte de la causa que, sinceramente, no 
	hay quien se trague, nuestro ignoto protagonista tampoco es que viva unas vicisitudes creíbles. Con el fin tan 
	cerca no hay caos, no se entiende el viaje que puede emprender, se hace inconcebible que llegue vivo hasta donde 
	llega, que nadie sobreviva en un barquito,... Parece más propio de la ciencia ficción de hace seis décadas que 
	de comienzos del siglo XXI. 
	   Después se sitúa "Deshacer el mundo", de Joaquín Revuelta, aparecido en el número 10 de Artifex segunda época
	, un despiadado cyperpunk que desnuda la faceta más triste de nuestra incipiente dependencia 
	de la red de redes y sublima la degradación del ecosistema del planeta. Presenta un futuro donde los seres 
	humanos viven confinados en viviendas estancas sin poder salir al exterior más que con unos trajes de látex que 
	les mantienen a salvo de la infernal contaminación y las enfermedades que pululan por la atmósfera. A través de las
	reflexiones de un hombre atrapado en su hogar penetramos en el lamentable estado de nuestra sociedad, su relación 
	con su compañera Noriko, el amor que siente por ella, la frustración que supone su incapacidad para conectarse 
	directamente a la red,... Revuelta nos hace entrar en esta realidad sin seguir un orden prefijado, con una 
	trayectoria envolvente que nos mueve continuamente por la situación y que proporciona la información a un ritmo 
	que mantiene el misterio a la vez que va montando el cuadro en nuestra cabeza. Y al final, esa telaraña 
	habilidosamente tejida atrapa con su trágica conclusión. Notable. 
	   Siguiendo con este desencanto, llegamos a "Desde la jaula", de Fabio Ferreras, publicado
	en el número 10 de la revista electrónica Púlsar. A mitad de camino entre el horror y la fábula "social", 
	retrata el pavor que cala en un hombre que es encerrado por las fuerzas del orden en una prisión junto a otros 
	infelices. La condición para su liberación está clara: con el fin de evitar el ascenso del crimen, deben ser 
	los propios ciudadanos los que tomen parte en su propia defensa. Tendrán que capturar a un criminal y ajusticiarlo
	para que sus familiares sean liberados. Ferreras critica con un humor muy negro fenómenos como la trivialización 
	de la violencia, el aumento de la delincuencia ciudadana, la aparente impotencia para hacerla frente, los 
	reality shows, la posible represión por parte las fuerzas del orden destinadas para defendernos, 
	la publicidad salvaje,... y consigue una conjunción satisfactoria.  
	   Entrando en el terreno de la fantasía, Carlos Suchowolski relata en "Viaje de vuelta", 
	Artifex segunda época número 9, el retorno a casa de un marinero que ha pasado varios lustros alejado de 
	su hogar. Y claro, se topa con lo que el paso del tiempo trae consigo: cambio, padecimiento, añoranza, olvido,... 
	La narración se desarrolla con un estilo rico y denso, lo que convierte su lectura en relativamente azarosa. Sin 
	embargo los sentimientos de su protagonista se van desgranando de una forma sumamente apropiada, predominando el 
	desarraigo y el extrañamiento, mientras se mantiene un adecuado equilibrio entre descripción y sugerencia. Sobre 
	todo al acercarse la conclusión, cuando comienza a preguntarse las cuestiones que todos nos hacemos cuando un 
	hecho de nuestra vida se tuerce; ¿qué habría ocurrido si hubiésemos obrado de otra manera? 
	   De Santiago Eximeno, uno de los autores más activos del panorama, se recoge "Ellos", 
	publicado en el nº 8 de Alfa Eridani y que también se encuentra en Imágenes, publicado hace unos 
	meses por El Parnaso como primer número de su colección Vórtice. Estamos ante uno de esos micro relatos que 
	tanto le gustan, que coge el famoso poema de Martin Niemüller, "Y yo no dije nada" para ofrecer, como dice la 
	introducción, una sátira sobre el egocentrismo y, también, el sentimiento de superioridad. 
	   Como penúltima pieza se sitúa "1995" de Carlos F. Castrosín, un cuento de su recopilación 
	Terra incógnita, publicada por Silente. En él, a través de un hecho que hace unos años causó bastante 
	revuelo después de un reportaje televisivo (el estado de los horfanatos chinos), se aproxima a un horror que 
	va un poco más allá y que, para nuestra desgracia, a pesar de nacer dentro del propio género y ser durante 
	mucho tiempo pura leyenda urbana, no suena descabellado. Castrosín se toma su tiempo para montar la función 
	y consigue una denuncia perturbadoramente plausible. 
	   Cierra la selección Calos Gardini con "El baile de las víctimas", aparecido en el número 9 
	de Artifex segunda época (tercer cuento de los ocho seleccionados proveniente de dicha revista, lo que da 
	fe de su importancia en los últimos años; aunque, como curiosidad, esta antología sólo recoge uno de los cinco 
	nominados a los premios Ignotus). Una competente historia de vampiros a lo largo de cientos de años sobre un 
	joven iniciado por un vampiro para ser después dejado de lado. Destaca el tenaz retrato de un superviviente y 
	su evolución a lo largo de diversos estadios hasta llegar a culminar su venganza.  
	   Para terminar, se incluye al comienzo una memoria de lo que fue el año 2003 en lo que al 
	panorama editorial se refiere, un compendio informativo dedicado a las diferentes revistas, fanzines, 
	e-zines, antologías, novelas, reediciones y traducciones en el extranjero. Un resumen ilustrativo de 
	cómo la literatura fantástica poco a poco se va convirtiendo en un género más. 
	   La valoración final de Fabricantes de sueños 2004 es muy positiva. Resulta un 
	popurrí que invita no sólo a leer más cosas de sus autores sino a acercarse a los sitios donde fueron 
	publicados a descubrir otras piezas, quién sabe si todavía mejores. La pena es que la difusión que va a 
	tener es todavía más limitada de lo habitual. Estamos hablando de una tirada de andar por casa que condena 
	esta feliz iniciativa al más demoledor ostracismo. 
	 
	Esta antología, al igual que el resto de publicaciones de la AEFCFT, se puede conseguir en la página 
	web de la asociación. 
	  
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